González Ubierna, José Manuel. Salamanca, 15.V.1900 – 8.VII.1982. Pintor.
Discípulo del pintor vitigudinense Vidal González Arenal, desde muy joven comenzó a interesarse por el paisaje urbano de Salamanca, tema que enseguida se convirtió en su motivo predilecto. En esos años de juventud viajó en repetidas ocasiones a Madrid, donde frecuentó el Museo del Prado. En 1920, en el Salón de Otoño, descubrió la pintura de José Gutiérrez Solana.
También se interesó por la obra de Zuloaga y otros pintores de la escuela vasca.
Tras esa etapa de formación, expuso en 1925 en la Universidad de Salamanca en una exposición colectiva que reunió a los jóvenes pintores y dibujantes salmantinos de entonces. Posteriormente, en 1926 y 1928 expuso en el Casino de Salamanca; en ese último año, junto con sus amigos los pintores Emilio Vilches y Manuel Mucientes. Dio a conocer por entonces algunos de sus más característicos cuadros de rincones urbanos de Salamanca, pintados en tonos predominantemente sombríos (viejas plazuelas, casas de la puerta de Río y de la Isla de la Rúa en la plaza del Corrillo).
En 1931 viajó a París, donde pasó algunos meses pintando vistas y rincones pintorescos del ambiente bohemio de la ciudad. Allí entabló amistad con el escultor bejarano Mateo Hernández.
Al año siguiente celebró su primera exposición individual en Salamanca, en la Sala de la Caja de Previsión Social, muestra que fue considerada como la constatación de su madurez y su afianzamiento artístico. A partir de entonces se sucedieron las exposiciones y los premios en todos los certámenes de su ciudad a los que acudió, y alcanzó los primeros galardones de las exposiciones regionales y nacionales organizadas por el Casino en los años cuarenta y cincuenta. Alternó esta intensa actividad con alguna que otra incursión en certámenes nacionales en Madrid, como fue su participación en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934 y en el Salón de Otoño de 1957.
Su vida transcurrió sin grandes cambios trabajando en Salamanca en uno de los estudios del patio de Escuelas Menores de la Universidad de Salamanca y en Santander, ciudad donde pasó largas temporadas en primavera y verano pintando marinas y paisajes de los pueblos cántabros.
En todos esos años se convirtió en el pintor por excelencia de la ciudad de Salamanca, de su ambiente, sus monumentos, sus calles y plazas. Fue sin duda el artista que dedicó mayor atención a Salamanca, consagrando su vida y su obra a perpetuar el alma y la fisonomía de la vieja ciudad, una Salamanca hoy perdida o transformada que se puede evocar en sus nostálgicos y entrañables lienzos.
Obras de ~: Isla de la Rúa, 1924; Casas de la Puerta del Río, 1925; Plazuela del Peso, 1926; Plazuela de San Julián, 1926; Parador del Rincón, 1930; Antigua ermita de San Gregorio, 1930; Le Pont Neuf (París), 1931; Quai de la Bastille, 1932; Puentecillo de San Esteban, 1940; Retrato del arqueólogo Padre César Morán, 1940; Bodegón de la bitácora, 1944; Vista de Salamanca, 1944; Retrato del decano Teodoro Andrés Marco, 1950; Paisaje de Salamanca, 1951; Vista de Ledesma, 1952; Plaza del Cachupín (Laredo), 1952; Vista de Salamanca en un día de nieve, 1958-1959.
Bibl.: J. C. Brasas Egido, José Manuel González Ubierna y la pintura de paisaje urbano de Salamanca, Salamanca, Caja Duero, 2002.
José Carlos Brasas Egido
