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Adolfo Salazar Palacios

Biografía

Salazar Palacios, Adolfo. Madrid, 6.III.1890 – México, 27.IX.1958. Compositor, musicógrafo, historiador y crítico.

En un principio, la composición fue la vocación inicial de Salazar, que se inició como compositor bajo la influencia del nacionalismo de Felipe Pedrell, los consejos recibidos por parte de Mauel de Falla y Bartolomé Pérez Casas, y la impronta del impresionismo francés. A esta etapa de remontan Tres preludios, con textos de Paul Verlaine y Rubaiyat. Pero pronto se decantó por la crítica, el ensayo y la musicología, decisión en la que fue determinante la pobre situación de la cultura musical española por una parte y la influencia del Pedrell musicólogo, al que sucedió en el puesto del comité directivo de la Sociedad Internacional de Musicología.

Según el biógrafo de Salazar, Emilio Casares, “entre 1915 y 1936 España vivió una época destacada en la creación, una auténtica restauración musical, y esta restauración tiene en Adolfo Salazar un líder que la fundamenta e impulsa. Las personalidades de Falla y Salazar (junto con la influencia de Debussy y Stravinski) sobresalen en este momento y ambos se manifiestan como los grandes impulsores del hacer y pensar de la música española”. El propio Salazar definía así la situación: “Si todavía hubiese buenos caricaturistas, nada me importaría pasar a la posteridad pintado con un soplillo en la mano aventando el brasero musical español hasta convertirlo, a ser posible, en una hoguera de entusiasmo”. Lo cierto es que Salazar se convirtió en uno de los principales adalides de la cultura española entre 1920 y 1930, sobre todo desde su incorporación al periódico El Sol como crítico y su nombramiento como presidente de la sección musical del Ateneo madrileño. Por otra parte, su relación con autores como García Lorca, Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Menéndez Pidal, Picasso, Azaña, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Indalecio Prieto, León Felipe o Américo Castro, le sitúa en el núcleo de la cultura española del momento. Sus críticas versaron no sólo sobre música sino que se extendieron a la literatura y las artes visuales. Joaquín Rodrigo señalaba la importancia del papel ejercido por Salazar: “Para los que entonces todavía nos ensayábamos en el cifrado armónico o gemíamos bajo el martirio de la contestación de motivos de fuga, y muy especialmente para los que éramos provincianos, las críticas o las crónicas del redactor de El Sol suponían la ventana abierta sobre la vida musical madrileña, y luego, aún más espoleante, el mirador sobre el que poder otear la lejana Europa, el soñado París de Albéniz, Falla y Turina, el casi imposible Berlín o la Viena envuelta en el misterioso arcano de su incipiente atonalismo. Las crónicas de El Sol eran devoradas por nosotros con verdadera avidez de neófitos, de convencidos de antemano”.

Por otra parte, Salazar no escondía su formación autodidacta: “Yo, que provengo de una extracción social humilde —mis padres eran maestros, y la pobreza de la clase pedagógica es folclórica—, no pude permitirme el lujo de hacerme doctor en algo, ni siquiera abogado. A lo que todo buen español está muy obligado. De las enseñanzas elementales de mis padres salté al Ateneo”. Por su parte, Henríquez Ureña le definía en el prólogo de su primer libro, Andrómeda, como “ágil cabeza filosófica, nutrida y ejercitada dialécticamente en vastísima lectura”. Al asumir la dirección de la Revista Musical señalaba asimismo lo siguiente: “Aspiramos a que nuestra revista sea una conciencia palpitante de quienes trabajan en el silencio por un arte cada vez más noble... pondremos un efecto lleno de fraternidad para los valientes luchadores del momento”. La principal meta para el Salazar crítico era la “nueva música española”, tal como explicaba en 1919: “El retorno en 1914 de D. Manuel de Falla, después de su estancia en Francia, y el estreno de su ópera La vida breve, decidió al que firma estas líneas a simultanear sus propios trabajos puramente musicales con los de la crítica periodística [...] Los críticos se dividen en dos clases, los que pegan y los que bombean [...] hay quien cree hacer patria con el elogio indiscreto y el ditirambo irracional. Bueno, nosotros no. Lo hemos dicho varias veces y lo pensamos seguir poniendo en práctica hasta que se nos declare formalmente el boicot”. La defensa de los nuevos ideales trajo consigo el ataque a lo que él llamaba vicios nacionales: “Toda la labor de nuestra gente nueva sería inútil si de una vez no nos ponemos todos de acuerdo en rechazar a todas esas viejas máquinas catarrosas y apolilladas, esencia y archivo del pompierismo académico y oficial, cuando serias y del rastamerismo chulapón, cuando populares”.

En una fuerte polémica que sostuvo con Julio Gómez, crítico de El Liberal, provocada por la aparición del libro La música contemporánea en España en 1929, éste reconocía: “La figura del crítico de El Sol es de una importancia capital en nuestra vida musical contemporánea. Quien siga atentamente la marcha de nuestra producción no podrá menos de apreciar que en todos ellos se nota la influencia clara y poderosa del criterio de Salazar”. Algo parecido afirmaba M. Arconada, crítico de la Gaceta Literaria: “Sería injusto no reconocer la influencia que algunos autores interpretados (Salazar y Mantecón), críticos de la prensa diaria y periódica, han tenido en este grupo entusiásticamente juvenil”; refiriéndose a los nuevos músicos del Grupo de Madrid. Todos los componentes de la Generación del 27 reconocieron la influencia de las ideas de Salazar. Para Casares “los parámetros de la crítica salazariana se pueden concretar en estas palabras: defensa del nuevo hacer musical ejemplificado en Falla, Debussy, Stravinski y Ravel; defensa por ello de una música que va del nacionalismo progresivo al impresionismo y de aquí al neoclasicismo, y defensa de la nueva generación de compositores representada especialmente en Ernesto Halffter”.

Con el transcurso de los años, la labor como historiador fue ganando terreno. Su obra musicológica gozó de la aceptación de los historiadores más importantes de aquella época, como Guido Adler, en cuyo Handbuch der Musikgeschichte colaboró entre 1923 y 1926, Worringer, Alfred Einstein, Curt Sachs, Gilbert Chase, Henry Collet, P. H. Lang, M. Bukofzer, O. Strunk, etc. Otra participación de interés en el medio musicológico alemán fue “Die Moderne Spanier”, publicado en el citado Handbuch. Participó asimismo en la Enciclopedia Espasa. A pesar de su importancia en el momento musical español, tanto Andrómeda (1921) como Música y músicos de hoy (1928), Sinfonía y ballet. Idea y gesto en la música y danzas contemporáneas (1928), La música actual en Europa y sus problemas (1935) y Hazlitt el egoísta y otros papeles (1935) no fueron sino recopilaciones de su labor crítica en El Sol. Se puede afrimar que. La música contemporánea en España (1930) es la primera gran obra de carácter histórico escrita por Salazar. En 1936 dio a conocer uno de sus más logrados trabajos, El siglo romántico, una obra que ya se encuadra dentro de la denominada historia del espíritu: “No son las fechas ni su sucesión lo que aquí se le ofrece [...] el romanticismo fue un admirable movimiento del espíritu humano, tras el Renacimiento, el Barroco. Mi aspiración consiste en investigar su contenido, lo que el arte de cada una de las figuras examinadas significa, lo que dice y lo que quiere decir él y ellas”. La música en el siglo XX. Ensayo de crítica y de estética desde el punto de vista de su fución social (1936) es su última obra aparecida en España. Una vez asentado en México, lo reeditó en 1939 bajo el título de Música y sociedad en el siglo XX, “por no saber si por fin había visto la luz en España”. Al poco de estallar la contienda civil en España, abandonó el país para trasladarse a Washington en calidad de agregado cultural de la embajada, lo cual nunca le perdonaron los componentes del grupo de la República directamente implicados en la lucha contra Franco. En Washington organizó cursos sobre folclore en la Universidad de Middlebury en compañía de Joaquín Nin-Culmell, intervino en la preparación de la Feria Mundial de Nueva York, contribuyó a la American Musicological Society con su trabajo sobre “La música en el teatro primitivo anterior a Lope de Vega y Calderón” y dictó en 1938 varias conferencias sobre musicología en Cuba y en Puerto Rico.

Invitado por el presidente Lázaro Cárdenas, llegó a México el 19 de marzo de 1939: allí se le dispensó una gran acogida, como lo demuestra la publicación de varias obras como Las grandes estructuras de la música (1940), La rosa de los vientos en la música europea. Conceptos fundamentales en la historia del arte musical (1940), y Forma y expresión en la música (1941). En todas estas obras, se aleja Salazar del historicismo o la historia de la música como suma de hechos; Salazar reconocía la influencia que sobre él ejercieron dos obras recién traducidas al español encuadradas en la nueva corriente historiográfica: Conceptos fundamentales de la historia del Arte de Wölfflin y La esencia del estilo gótico de Worringer, aparecidas en 1924 y 1925, respectivamente. No dejó de colaborar como crítico en destacados medios impresos de la capital mexicana, tales como El Universal, Excelsior y Novedades. A los tres años de su llegada a México, inició la publicación de su obra fundamental: La música en la sociedad europea: en opinión de Casares “no se ha podido concretar cuándo comenzó a gestarse esta obra, pero después de un minucioso estudio y ordenación del archivo dejado a su muerte, podría afirmarse que se venía gestando desde hacía mucho tiempo. No sería posible improvisar una obra tan compleja como ésta. Entre el material autógrafo conservado en el Fondo Salazar se halla un inmenso fichero, fruto de muchos años de investigación, que fue la base de este trabajo. Salazar la consideraba como su gran obra y por ello se la dedicó a su madre. Realizó en ella una síntesis de las opciones historiográficas dominantes, en especial de la metodología alemana, con un peso decisivo de la corriente del historicismo cultural... Salazar se adhiere a los presupuestos de la Escuela de Viena y se propone trascender el historicismo como método de interpretación, evitando convertir la obra en un acopio de materiales de ‘primera mano’ o hallazgos de erudito”. Mención aparte merecen los dos volúmenes que dedicó al romanticismo y que complementan su obra anterior: Los grandes compositores de la época romántica. Varios críticos destacaron el hecho de haber sabido interpretar la historia musical de España en relación con la historia universal.

Sus trabajos continuaron de manera ininterrumpida hasta que en 1954 sintió los primeros síntomas de una enfermedad que fue paralizando su cuerpo de forma progresiva. Los diez últimos años aportan toda una serie de obras divulgativas, tales como Síntesis de la historia de la música (1950). Especial relevancia adquirió la traducción al inglés de su obra La música moderna por la editorial Norton. Destacaron asimismo Juan Sebastián Bach. Un ensayo (1951), La música de España (1953) y La música en la cultura griega.

La parálisis que tuvo su inicio en 1954 se hizo cada vez más aguda, falleciendo en La Hacienda San Angelín, propiedad de la familia Prieto, en 1958.

 

Obras de ~: (Todas conservadas en el Fondo Adolfo Salazar de México). Música sinfónica: Arabia, 1923; Paisajes, 1929; Homenaje a Arbós, 1934. Música de cámara: Cuarteto en Sol menor, 1917; Arabia, 1923; Cuarteto n.° 3 para cuerda en Si menor, 1924; Rubaiyat, 1924; Trois petites piéces, 1925; Zarabanda, 1927; Tres danzas para combinación antigua. Voz y piano: La Convertire y Mélancolie, 1913; Tres poemas de Rosalía de Castro, 1915; Jaculatoria, 1915; Rosas de Saadi, 1916; Trois chansons de Paul Verlaine, 1920 (CH); Aspiración. “Tomorrow”; Canción de poeta; When I am dead my Dearest.

Piano: Tres preludios para piano, 1916; Schumaniana, 1917; Romancillo. Guitarra: Deux enfantines, 1927; Romancillo, 1927. Otras: Cuatro canciones sobre textos de poetas españoles de los siglos XVI y XVII, 1927; Cuatro letrillas que se cantan en las obras de Cervantes.

Escritos (libros): Andrómeda. Ensayos críticos, México, Editorial Cultura, 1921; Música y músicos de hoy, Madrid, Mundo Latino, 1928; Sinfonía y ballet. Idea y gesto en música y danzas contemporáneas, Madrid, Mundo Latino, 1929; La música contemporánea en España. Examen crítico de la música española en el periodo contemporáneo y de sus orígenes, Madrid, La Nave, 1930; Hazzlit el egoísta y otros papeles (Sobre literatura inglesa), Madrid, Yagües, 1935; La música actual en España y sus problemas, Madrid, Yagües, 1935; El siglo romántico (Ensayos sobre los grandes compositores de la época romántica), Madrid, Yagües, 1936; La música en el siglo XX (Ensayo de crítica y estética desde el punto de vista de su función social), Madrid, El Árbol, 1936; Música y sociedad en el siglo XX (Ensayo de crítica y estética desde el punto de vista de su función social), México, La Casa de España en México, 1939; La rosa de los vientos en la música europea (Conceptos fundamentales en la historia del arte musical), México, Orquesta de México, 1940; Forma y expresión en la música (Ensayo sobre la formación de los géneros en la música instrumental), México, El Colegio de México, 1941; Las grandes estructuras de la música (La música antes de la historia: en el templo, en la escena, en el pueblo), México, El Colegio de México, 1941; Las grandes periodos en la historia de la música (Introducción al estudio de la historia musical), México, Orquesta Sinfónica de México, 1941; Introducción a la música actual, México, Editorial de la Orquesta Sinfónica de México, 1942; La música en la sociedad europea, México, El Colegio de México, 1942-1946; La música moderna (Las corrientes directrices del arte musical contemporáneo), Buenos Aires, Editorial Losada, 1944; Delicioso el hereje y otros ensayos sobre la literatura francesa de todos los tiempos, México, Editorial Leyenda, 1945; Síntesis de la historia de la música, Buenos Aires, Editorial Pleamar, 1945; Music in Our Time (Trends in Music since the Romantic Era), trad. Isabel Pope, New York, Norton, 1946; La danza y el ballet (Introducción al conocimiento de la danza de arte y del ballet), México, Fondo de Cultura Económica, 1950; La música (Como proceso histórico de su invención), México, Fondo de Cultura Económica, 1950; En tomo a Juan Sebastián Bach; una introducción a la vida yola obra del gran músico, México, Editorial Patria, 1951; Juan Sebastián Bach. Un ensayo, México, El Colegio de México, 1951; La música de España. La música en la cultura española, Buenos Aires, Espasa Calpe Argentina, 1953; Conceptos fundamentales en la historia de la música, Madrid, Revista de Occidente, 1954; La música en la cultura griega, México, El Colegio de México, 1954; La música orquestal en el siglo XX, México, Fondo de Cultura Económica, 1956; La era monódica en Oriente y Occidente, I, Roma, México, El Colegio de México, 1958; La era monódica en Oriente y Occidente II. La transformación de la prosodia clásica a expensas del acento, México, El Colegio de México, 1958; Historia da dança e do ballet, Lisboa, 1959; La música en Cervantes y otros ensayos (Colección de ensayos publicados en Méjico), Madrid, Ínsula, 1961.

 

Bibl.: M. Valls Gorina, La música española después de Manuel de Falla, Madrid, Revista de Occidente, 1962; A. Fernández- Cid, Lieder y canciones de España, Madrid, Editora Nacional, 1963; La música española en el siglo XX, Madrid, Fundación Juan March, 1973; F. Sopeña, Historia de la música española contemporánea, Madrid, Rialp, 1976; E. Casares, La Generación de la República o la Edad de plata de la música española, Madrid, Fundación Juan March, 1983; T. Marco, Historia de la música española. 6. Siglo XX, Madrid, Alianza, 1983; E. Casares, “Adolfo de Salazar y el Grupo de la República”, en Cuadernos de Música, 1, 1 (1984); “La rinascita musicale della Seconda Repubblica spagnola ed il suo progetto per una riorganizzazione della musica. La Generazione della Repúbblica”, en Musica-Realtá (Milano) (1984); VV. AA., “Los músicos de la República”, en Cuadernos de Música, 1, 1 (1984); E. Casares, La música en la Generación del 27. Homenaje a Lorca, 1915- 1939, Madrid, Ministerio de Cultura, 1986; “La música española hasta 1939, o la restauración musical”, en VV. AA., Actas del Congreso España y la música de Occidente, Madrid, Ministerio de Cultura, 1987; E. Casares, “Musica e musicisti della Generazione del 27. Elementi per un interpretazione”, en Musica-Realta, VIII (1987); “Manuel de Falla y los músicos de la Generación del 27”, en Manuel de Falla tra la Spagna e L’Europa, Firenze, L. Olschki, 1989; “La Generazione del 27 e La música intorno a Lorca”, en Federico García Lorca nella música contemporanea, Milano, Ed. Unicopoli, 1990; “Salazar Palacios, Adolfo”, en E. Casares Rodicio (dir y coord.), Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, vol. IX, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2002; M. Aznar Soler y J. R. López García (eds.), Diccionario biobibliográfico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939, vol. 4, Sevilla, Renacimiento, 2016, págs. 287-288.

 

Paulino Capdepón Verdú 

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