López Pacheco, Diego. Señor de Ferreira. Portugal, p. m. s. xiv – ?, 1385 post. Noble portugués.
Noble portugués, hijo de Lope Fernandes Pacheco, gran privado de Alfonso IV, y de María Gomes Ferreira, del linaje de Villalobos, creció cercano a la Corte y ejerció una gran influencia en el entorno del Monarca. Hacia 1343 nacía el primer hijo del heredero del trono, el infante Pedro, y su esposa Constanza Manuel, al que llamaron Luis. Pacheco fue padrino de su bautismo, y la amante del infante, Inés de Castro, madrina. El niño murió pronto y en 1345 nacía un nuevo heredero, el futuro Fernando I, al que se sumarían tres vástagos ilegítimos, frutos de la relación del infante con la Castro. Viudo ese mismo año, Pedro se dejaba aconsejar por los hermanos de Inés, e incluso estuvo a punto de aceptar una oferta para acceder al trono castellano. Tanto Diego Pacheco como otros nobles desconfiaban, presionaban al príncipe para que se casase con ella o la dejase; temían que esta relación pusiese en peligro más tarde la sucesión de Fernando, y finalmente aconsejaron a Alfonso IV que se deshiciese de Inés. El 7 de enero de 1355, aprovechando que Pedro había salido a cazar, la Castro fue degollada por orden del Rey en los palacios de Coimbra. El asesinato enloqueció al infante, y lo llevó a levantarse en armas contra su padre.
En 1356 se firmaban unos tratados de paz mediante los cuales Pedro pasaba a ser responsable de la mayor parte del gobierno del reino, y a cambio perdonaba a los tres caballeros que consideraba culpables de la muerte de su amante: Álvaro Gonçalves, Pedro Coelho y Diego López Pacheco. Durante algunos meses Diego López vivió tranquilo, alejado de la Corte, en sus tierras de Ferreira. En 1357 murió Alfonso IV, y los temores hicieron que cruzase la frontera, para pasar a residir en Castilla. Poco tiempo después el nuevo monarca portugués, Pedro I, pactó con su sobrino homónimo castellano un intercambio de prisioneros: los asesinos de Inés de Castro a cambio de algunos huidos a Portugal. Álvaro Gonçalves y Pedro Coelho fueron apresados y sádicamente ejecutados, pero Diego Pacheco consiguió escapar y refugiarse en Aragón, en donde se puso al servicio de Enrique de Trastámara. Con él combatió en la guerra castellano-aragonesa y como mercenario en Francia. También con él entró en Castilla en 1366, apoyando sus pretensiones de arrebatar el trono al rey Pedro. Pero mientras el monarca portugués agonizaba, reconocía haber errado al juzgar a Diego López, y expresaba su deseo de que regresase a Portugal, devolviéndole todos sus bienes. Pedro de Portugal murió en enero de 1367; en marzo Diego Pacheco regresó y se puso al servicio de Fernando; en abril Pedro de Castilla vencía a Enrique de Trastámara en la batalla de Nájera, obligándolo a huir de nuevo.
La situación en la Corte portuguesa se complicó a raíz del matrimonio de Fernando I con Leonor Telles, noble poderosa que pronto organizó a su gusto la privanza. Pacheco, opuesto a su política, regresó a Castilla como embajador en 1371 y decidió quedarse al lado de su valedor, Enrique II. Algunos nobles castellanos habían buscado el apoyo portugués para combatir al ilegítimo Trastámara, y mantenían, con el apoyo de Fernando, una guerra fronteriza intermitente desde que Pedro de Castilla fuera asesinado, en 1369. Pacheco fue enviado en 1372 a la Corte de Fernando para averiguar cuál era entonces la situación. Allí comprobó el grado de poder que alcanzaba la Reina y descubrió el descontento de los hijos de Inés de Castro. A su regreso convenció a Enrique para que entrase en Portugal con un ejército y fuese directamente a Lisboa, convencido de que tomando la capital haría que el reino se rindiese. El cerco de Lisboa se prolongó varios meses sin que se consiguiese nada, y finalmente se firmaron las paces de Santarem, en las que se incluía el perdón a Diego López y la devolución de sus bienes portugueses. Afincado ya en Castilla, en los años siguientes se movió entre los dos reinos. Testificó acerca del posible matrimonio de Pedro I con Inés de Castro en las Cortes de Coimbra de 1385, y se cree que murió poco más tarde.
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Covadonga Valdaliso Casanova