Muñoz Pérez, Cosme. Villar del Río (Soria), 1573 – Córdoba, 3.XII.1636. Militar, eclesiástico, fundador de la Congregación Hijas del Patrocinio de María.
De padres nobles aunque no ricos, a los cinco años le dieron maestro para enseñarle las primeras letras e instruirlo en las costumbres cristianas. A los dieciséis años se sentía inclinado a las armas y se dirigió a Málaga. Sentó plaza de soldado en las Galeras de España. Al perder la salud, trabajó, primero como amanuense de un escribano público, después como secretario de la provisión de las galeras. Tras una grave enfermedad, durante la cual pidió a la Virgen de la Victoria de Málaga por su recuperación, vendió sus posesiones y repartiendo entre los pobres el dinero y se marchó a Córdoba. Su meta era llegar al sacerdocio y lo alcanzó, a pesar de las muchas dificultades que encontró.
Hacia 1607, el obispo de Córdoba, fray Diego de Mardones le puso al frente de una obra que, pocos años antes, había comenzado Isabel de la Cruz con dedicación de su vida y hacienda y que se vio truncada por su muerte: un hogar para recoger, alimentar y educar a niñas huérfanas. El padre Cosme aceptó el encargo y se dedicó a levantar, organizar y dar nueva forma al Colegio de Niñas Huérfanas de Nuestra Señora de la Piedad. Para ello se informó de los escasos centros dedicados a la formación de la mujer que había en España, buscó constituciones y reglamentos en Santiago de Compostela y Toledo. Era consciente de que las niñas huérfanas y pobres estaban abocadas a la total marginación, a la explotación social y muchas veces a la prostitución. La educación que se impartía en el Colegio Nuestra Señora de la Piedad era una educación integral, de calidad partiendo siempre de una pedagogía preventiva. Era graduada, según la edad, y se enseñaba la Lectura, Escritura, Matemáticas, Música y Canto, con práctica de órgano y arpa para las que tenían cualidades; sin dejar las labores de mano, dechados, bordados y todo lo relacionado con la casa. Como parte de la preparación que recibían las jóvenes, se les enseñaba a valorar su trabajo, ponerle precio, gestionarlo con el exterior del colegio y administrar el 50 por ciento de su importe que la comunidad les daba. En los diez años de permanencia en el colegio, se preparaban totalmente y el colegio les entregaba una dote de 200 ducados.
En los siglos XVIII y XIX, en la provincia de Córdoba se produjo un movimiento socio-cultural a favor de la educación de la mujer y se tomaron como modelo los colegios fundados en Córdoba y Villafranca por los padres Cosme Muñoz y Luis Pérez. El paso del tiempo y, sobre todo, los bruscos cambios religiosos, culturales y políticos del siglo XIX en España, acarrearon una situación precaria para estos colegios. El obispo de Córdoba intervino proponiendo la unión de estas comunidades con el fin de fortalecerlas y darles perspectivas de futuro. El 24 de junio de 1918 se promulgó el decreto y se aprobaron las nuevas constituciones el 9 de enero de 1919. La nueva congregación se denominó Religiosas de Enseñanza bajo el Patrocinio de la Bienaventurada Virgen María.
Bibl.: L. Mercado y Solís, Tratado Apologético de la vida y virtudes del venerable varón P. Cosme Muñoz, Presbítero, Fundador del Colegio de N. Señora de la Piedad de Niñas Huérfanas de la Insigne y Nobilísima Ciudad de Córdoba, Córdoba, 1654; H. Armayor González, Pedagogía cordobesa del siglo xvii, ts. I y II, Córdoba, Imprenta Provincial-Palacio de la Diputación, 1971; A. García Navarro, Inspiración mariana de las distintas formas de vida Religiosa, Madrid, Hijas del Patrocinio de María (HPM), 1988; Hijas del Patrocinio de María, Documentos Fundacionales, Fuenlabrada (Madrid), Anzos, 1989; A. Barrios Moneo (CMF), De la congregación de Madres de la Piedad a la congregación Hijas del Patrocinio de María (1983- 1919), Madrid, HPM, 1991; Carisma de la Congregación Hijas del Patrocinio de María, Madrid, HPM, 1991; Congregación Hijas del Patrocinio de María “Datos sobre la historia de las casas”, Madrid, HPM, 1991.
José Martín Brocos Fernández