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María Portocarrero

Biografía

Portocarrero, María. Marquesa de Villena (I), señora de Moguer y Villanueva del Fresno. ?, p. t. s. XV – 1470. Dama, noble.

Segundogénita de Pedro Portocarrero, V señor de la villa de Moguer y IV de Villanueva del Fresno, y de Beatriz Enríquez, hija mayor de Alfonso Enríquez, almirante de Castilla, María de Portocarrero se convirtió, a la muerte de su hermana mayor, en la heredera del importante estado de Moguer. Aunque sus padres formaban parte de la mejor nobleza del Reino —él, del Consejo de Juan II y alcalde mayor de Sevilla; ella, una Enríquez emparentada directamente con Juana Enríquez, la madre del futuro rey Fernando el Católico—, María Portocarrero, sin embargo, ha pasado a la historia por haber sido la esposa de uno de los hombres más poderosos del siglo XV: Juan Pacheco, marqués de Villena.

Aunque la tradición pone en su boca reproches dirigidos a su ambicioso marido en la hora de la muerte, María de Portocarrero fue la primera admiradora del poderosísimo personaje. Tal era su mimetismo que, según el cronista Palencia, imitaba en el habla —premiosa y algo defectuosa— a Pacheco al que, además, le debía el mantenimiento de su fortuna. Y es que la última representante legítima de los Portocarrero había sido desposeída de sus bienes por parientes y tutores.

Su matrimonio con Pacheco le reportó no sólo grandes mercedes sino, ya en 1444, la devolución del estado de Moguer usurpado por su tutor y tío Micer Egidio Bocanegra.

Ingente documentación sobre esa recuperación remite asimismo a la ayuda que también recibió María del conde de Arcos y Per Afán de Ribera.

María fue la segunda mujer de Pacheco tras el efímero matrimonio del marqués con Angelina de Luna, de la que no tuvo hijos. Sí, en cambio, tuvo descendencia de otras mujeres, pero, si se ha de creer a sus biógrafos, Juan Pacheco amó intensamente a su mujer, que no dejó de apoyarle desde incluso antes de celebrar su matrimonio y con la que vivió hasta que consiguió la nulidad de su primer enlace.

Consecuentemente, a través de la influencia de su poderoso marido, la marquesa de Villena consiguió importantes mercedes de los Monarcas. Así, Alfonso XII le hizo merced en octubre de 1467 de las tercias de Moguer por juro de heredad sin descontarle el diezmo y la Chancillería, dando orden un año después para que se cumpliera. También disfrutó de un juro de 120.000 maravedís situados y puestos por salvado en las rentas del servicio y montazgo del paso de los ganados del puerto de Villaharta y la Perdiguera.

Un privilegio de Enrique IV del 27 de febrero de 1469 le aportaba 190.000 maravedís de juro anual.

Sólo unos días antes —el 11 de enero— Pacheco le había dado licencia para que testase ante su secretario, Fernando de Arce. Pidiendo humildemente perdón a Dios por sus pecados, la marquesa reconvenía a su marido por el dolor que había causado su ambición exhortándole a enmendar su conducta porque habría de dar cuenta de sus actos. El maestre de Santiago, que no tenía la mínima intención de enmendarse, sin embargo había dejado escrito en sus testamentos todas las fórmulas para favorecer a su mujer particularmente en lo que a sus bienes originarios —Moguer, Villanueva, castillo de Garci Muñoz...— se refería.

No llegó María de Portocarrero a ser la I duquesa de Escalona. Falleció, según la tradición, muy cristianamente en 1470 y fue enterrada en El Parral al lado de la epístola de la capilla mayor. De su matrimonio con Pacheco tuvo trece hijos y fue su segundogénito Pedro el que gozó de la herencia de los Portocarrero; herencia importante ya que, además de Moguer con el título de VII señor, disfrutó de importantes rentas como la del pescado, el alcornoque o el piñón. El resto de sus hijos e hijas —salvo los pequeños Luis y Lope fallecidos prematuramente— disfrutaron de una magnífica situación bien a través de sus matrimonios o dedicadas a la vida religiosa. Diego, el mayor, fue II marqués de Villena, y Alfonso ostentó el señorío de Montalbán —que después seguirá la línea de los duques de Uceda—. Sus hijas se casaron espléndidamente; a saber: María Pacheco llamada La Mayor, con Rodrigo Pimentel el duque de Benavente; Beatriz, con Rodrigo Ponce de León, III conde de Arcos y I duque de Cádiz; Catalina lo hizo con Alfonso Fernández de Córdoba; Francisca, con Íñigo López de Mendoza, I marqués de Mondéjar y II conde de Tendilla; Juana, después de dos intentos fallidos, uno con el duque de Viseu, un sobrino de Alfonso V de Portugal, se matrimonió con Diego Fernández de Córdova, alcaide de los Donceles, de donde procederán los duques de Segorbe; María Pacheco denominada La Menor, se casó con Fernando Álvarez de Toledo, el señor de Oropesa, y Leonor se prometió a Pedro de Cabrera y Bobadilla, pero a la muerte del novio ingresó en el Convento de Santa Clara de Carmona, donde fue abadesa y compartió destino con su otra hermana, Inés, monja en Santa Clara de Valladolid y después en el Convento de Moguer, quien terminó su vida religiosa como abadesa en el Convento de Portaceli de Sevilla.

 

Bibl.: F. Fernández de Bethencourt, Historia Genealógica y Heráldica de la Monarquía Española, Casa Real y Grandes de España, Madrid, Enrique Teodoro, 1897-1920, 10 vols.; A. de Palencia, Crónica de Enrique IV, intr. de A. Paz y Meliá, Madrid, Atlas, 1973 (Biblioteca de Autores Españoles); M. A. Ladero Quesada, Andalucía en el siglo XV. Estudios de historia política, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1973; A. González Gómez, Moguer en la baja edad media (1248-1538), Huelva, Diputación Provincial, 1977 (col. Estudios Onubenses); VV. AA., Congreso de Historia del Señorío de Villena, Albacete, Diputación, 1987; A. Franco Silva y J. A. García Luján, “Los Pacheco: la imagen mítica de un linaje portugués en tierras de Castilla”, en Actas das II Jornadas luso espanholas de Historia medieval, vol. III, Oporto, 1989, págs. 943-991; A. R. Peña Izquierda, “El linaje de los Portocarrero: de la alta edad media al siglo XVI”, en Ariadna. Revista de Investigación, 16 (2000), págs. 7-79; L. Suárez Fernández, Enrique IV de Castilla. La difamación como arma política, Barcelona, Ariel, 2001; P. Romero Portilla, “Protagonismo del partido portugués en la política castellana del siglo XV”, en Revista da Faculdade de Letras. Historia, 4, 1 (2003), págs. 187-212; “El partido portugués en Castilla: Siglo XV”, en L. Adao da Fonseca, L. Carlos Amaral, Mª. F. Ferreira Santos (coords.), Os reinos ibéricos na Idade Média: livro de homenagem ao professor doutor Humberto Carlos Baquero Moreno, vol. 3, Porto, Livraria Civilizaçào Editora, 2003, págs. 1245-1253; A. Franco Silva, Entre la derrota y la esperanza. Don Diego López Pacheco, marqués de Villena (m. s. XV-1529), Cádiz, Universidad, 2005.

 

Dolores Carmen Morales Muñiz

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