Su infancia y su vida posterior estuvieron marcadas por la amputación de una pierna, para erradicar un tumor que avanzaba en la misma. Fue adoptado por el propio cirujano que le intervino, el catedrático Nicolás Montells y Bohigas, que se hizo cargo de la educación del muchacho en Zaragoza. Se inició a la fotografía, como ayudante retocador, en el conocido establecimiento de la familia Coyne. Estudió con Lucas Escolá Arimany en la Escuela de Artes y Oficios de la capital aragonesa (1886). De 1905 a 1908 viajó a París, ampliando estudios y conocimientos en el especializado estudio de Henri Manuel, dedicado a la fotografía de obras de arte y judicial.

A su vuelta a Zaragoza se estableció por cuenta propia, convirtiéndose en las décadas siguientes en un consumado fotógrafo, comprometido con la renovación y la recuperación de Aragón. Bien asesorado por eruditos e historiadores del arte, como Ricardo del Arco y Garay y José Galiay Sarañana, preocupados por salvaguardar y divulgar el patrimonio histórico-artístico aragonés, inició la documentación fotográfica de las obras de arte y arquitectura conservadas en la región. A pesar de su acusada minusvalía, viajó sin descanso por toda la geografía aragonesa para realizar un exhaustivo inventario fotográfico, que él mismo denominó Archivo de Arte Aragonés. Atendiendo a los importantes servicios que prestó a historiadores, arquitectos y estudiosos de arte, Mora fue nombrado “fotógrafo distinguidísimo” de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis en Zaragoza en 1921. En el ámbito nacional e internacional, colaboró con diversas instituciones y museos, destacando sus relaciones con eminentes especialistas que divulgaron las peculiaridades de la pintura medieval y del arte románico aragonés, como Walter Cook y Kingsley Porter. En reconocimiento a su labor fue nombrado miembro del College Art Association of America en 1944. Las más de cuatro mil imágenes que conforman sus fondos fotográficos se encuentran conservadas en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza. [...]