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Gómez Carrillo de Acuña

Biografía

Carrillo de Acuña, Gómez. Señor de Jadraque y Mandayona. ?, p. s. XV – 3.VIII.1446 ant. Camarero mayor de los Paños, repostero mayor y ayo del rey Juan II de Castilla.

Segundogénito de Lope Vázquez de Acuña, I señor de Buendía, y de Teresa Carrillo de Albornoz, Gómez Carrillo llevaba el nombre en recuerdo de su abuelo materno. Por la rama paterna procedía de una familia portuguesa; su abuelo paterno era Vasco Martines de Acuña, señor de Tabeada, cuyos hijos habían emi­grado a Castilla a finales del siglo XIV. El hermano de su padre, Martín, a través de sus dos matrimonios, fundó la Casa de los condes de Valencia de Don Juan y la de los Téllez Girón. Lope Vázquez de Acuña, por su parte, tuvo tres hijos más, además de Gómez Ca­rrillo: el primero era conde de Buendía —Pedro—; el tercero, Alonso Carrillo, el famosísimo arzobispo de Toledo, y el último de su mismo nombre, Lope Vázquez de Acuña, sería, fue el tiempo, el I duque de Huete.

Gómez Carrillo fue, pues, un ilustre segundón comparado con sus hermanos y primos, lo que no le impidió gozar del favor del rey Juan II, de quien fue consejero y en cuya Corte disfrutó de varios ofi­cios, como el de la alcaldía mayor de los hijosdal­gos, si bien el más importante fue el de camarero mayor de la Cámara de los Paños, cargo que había desempeñado anteriormente Fernán López de Sal­daña al que se le privó para entregárselo a Gómez Carrillo en 1440. También fue repostero mayor del futuro Enrique IV cuando éste era príncipe, si bien su primer cometido fue el de ayo del Rey, como lo subrayaba este mismo cuando al agradecerle los ser­vicios “[...] que me fizo en mi crianza e menor de edad [...]”.

En 1432 se casó con la heredera de Diego de Cas­tilla, hijo bastardo del rey Pedro el Cruel, y de Isabel de Salazar. El matrimonio con la riquísima María de Castilla, señora de Miedes y Mandayona, que había sido dama y tía de la reina doña María, primera esposa del rey Juan II, le reportó a Gómez una magní­fica posición social. La nieta del Cruel gozaba por su patrimonio de cerca de medio centenar de lugares y una veintena de poblados en Atienza que el monarca confirmó por privilegio rodado en 1435.

Gómez Carrillo de Acuña participó en varios acon­tecimientos importantes del reino, siendo testigo de la concordia entre los reyes de Castilla y de Ara­gón firmada el 22 de septiembre de 1436. Dos años después, Gómez Carrillo destacó entre los amigos de Álvaro de Luna acompañándole en su salida de Cas­tronuño después del concierto entre el rey de Castilla con el de Navarra y con el infante Don Pedro de Ara­gón. Porque Gómez Carrillo, en aquel reino dividido entre los infantes de Aragón y el rey de Castilla, siem­pre fue un hombre del poderoso valido real, con el que intervino en varios encuentros armados —¿qui­zás en Higueruela?— y también en justas de guerra, como la descrita en 1433, siempre dentro del séquito de Álvaro de Luna.

El señor de Jadraque falleció muy joven. Ya había muerto en 1446 cuando el 3 de agosto sus padres otorgaron testamento y fundaron los dos grandes mayorazgos: el de Buendía y Añazón en el resto de sus hijos.

Gómez Carrillo de Acuña y María de Castilla tuvie­ron dos hijos, Leonor y Alonso. El último fue el conti­nuador de la línea en Jadraque, Miedes y Mandayona. Alonso Carrillo de Acuña fue, asimismo, el I señor de Caracena y se casó con la V señora de Pinto, Leonor de Toledo. Desempeñó el oficio de guarda mayor del Rey con Enrique IV y Alfonso XII.

 

Bibl.: G. Chacón, Crónica del Condestable Álvaro de Luna, ed. de J. de Mata Carriazo, Madrid, Espasa Calpe 1940; L. de Barrientos, Refundición de la Crónica del Halconero, ed. de J. de Mata Carriazo, Madrid, Espasa Calpe, 1946; E. Mitre Fernández, “La emigración de nobles portugueses a Castilla durante el reinado de Enrique III”, en Hispania, 104 (1966), págs. 520-531; E. Cuenca Ruiz y M. del Olmo Ruíz, El Cid Campeador y Gómez Carrillo de Acuña (camarero del rey D. Juan II): dos personajes para Jadraque, Guadalajara, Gráfica Nueva Alcarria, 1984; I. Pastor Bodmer, Grandeza y trage­dia de un valido. La muerte de Álvaro de Luna, Madrid, Caja de Ahorros (col. Marqués de Pontejos), 1992, 2 vols.; P. Porras Arboleda, Juan II rey de Castilla, Burgos, Diputación Pro­vincial de Palencia, 1995; J. M. Calderón Ortega, Álvaro de Luna: riqueza y poder en la Castilla del siglo XV, Madrid, Dykinson, 1998; Álvaro de Luna (1419-1453): Colección di­plomática, Madrid, Universidad Rey Juan Carlos I-Dykinson, 1999; J. A. García Luján, Libro de Lo Salvado de Juan II de Castilla, Córdoba, Publicaciones de la Universidad de Córdoba, 2001; F. Fernández de Bethencourt, Historia Genealó­gica y Heráldica de la Monarquía Española, Sevilla, Fabiola de Publicaciones Hispalenses, 2002, 10 vols.; F. P. Cañas Gálvez, El itinerario de la corte de Juan II de Castilla (1418-1454), Madrid, Silex, 2007; F. P. Cañas Gálvez, “La cámara de Juan II: vida privada, ceremonia y lujo en la Corte de Castilla a mediados del siglo XV”, en A. Gambra Gutiérrez y F. Labrador Arroyo (coords.), Evolución y estructura de la Casa Real de Castilla, vol. 1, Madrid, Polifemo, 2010, págs. 81-196; F. P. Cañas Gálvez, Burocracia y cancillería en la corte de Juan II de Castilla (1406-1454): estudio institucional y prosopográfico, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2013; F. P. Cañas Gálvez, La cámara real de Juan II de Castilla: cargos, descargos, cuentas e inventarios (1428-1454), Madrid, Ediciones de La Ergástula, 2017.

 

Dolores Carmen Morales Muñiz