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Francisco Hernández-Rubio Gómez

Biografía

Hernández-Rubio Gómez, Francisco. Jerez de la Frontera (Cádiz), 29.IV.1859 – 27.IX.1950. Arquitecto.

Nació en el seno de una familia sin tradición artística, lo que no impidió que desde pequeño mostrara su inclinación por la arquitectura. De ahí que, tras cursar en su ciudad natal estudios de Humanidades, su padre le enviara a estudiar en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, donde en 1889 se graduó con el número uno de su promoción. Recibió sus primeras influencias de los arquitectos Francisco de Cubas y, sobre todo, de Ricardo Velázquez Bosco, con los que trabajó como auxiliar. Sus primeras prácticas fueron para el Ministerio de Fomento, donde colaboró con Velázquez Bosco en trabajos como la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid o la restauración del monasterio de Santa María de la Rábida en Huelva.

Pronto abrió un estudio en Jerez de la Frontera y realizó sus primeros proyectos para su ciudad natal, entre los que destacan la reconstrucción de la plaza de toros en 1894 y el Baldaquino para la iglesia colegial dos años más tarde. En 1898 fue nombrado arquitecto conservador de la cartuja de Jerez, cargo que desempeñó hasta 1941, año en el que el Gobierno devolvió aquélla a la Orden Cartujana. A lo largo de todo este tiempo trabajó y luchó con gran empeño y profesionalidad por el monumento jerezano, contribuyendo decisivamente a que éste se mantuviera en pie en unos años difíciles. En 1899 obtuvo el cargo de arquitecto auxiliar del Ayuntamiento de su ciudad natal, llevando a cabo importantes tareas urbanísticas, como la urbanización de la Feria de ganados, donde construyó una serie de casetas permanentes en las que empezó a poner en práctica el Modernismo. Su decidida adscripción a este estilo la adquirió tras viajar a la Exposición Universal de París de 1900, de donde trajo a Andalucía las nuevas ideas que postulaban los adictos al Art Nouveau. Gran parte de los trabajos de Hernández-Rubio en los siguientes años siguen claramente esta tendencia, destacando la desaparecida cafetería Pasaje de Oriente en Sevilla (1911), las casas para la viuda de Muñoz (1909) y Antonio Guijarro (1910), ambas en Huelva o la Farmacia Cafranga (1908) en la jerezana calle Larga. En otros proyectos realizados durante estos años utilizó elementos modernistas para decorar edificios de marcado gusto inglés, como el del Tiro de Pichón en El Puerto de Santa María (1903) y, sobre todo, el pabellón del Jockey Club de Jerez (1905). Este carácter anglicista está presente en la mayoría de los trabajos que realizó entre 1910 y 1920. En ellos utilizó rasgos derivados de diferentes estilos, como tejados muy inclinados, torres, porches o miradores, pero con el punto en común de la preocupación por el escenario natural. Buenos ejemplos son las casas para Carlos Sundheim (1912) y Francisco Castillo (1913) en la avenida de la Palmera de Sevilla, el proyecto de 1915 de una Comisaría de Marina para el puerto de Cádiz o el edificio de oficinas para la Sociedad Española de Construcción Naval en la localidad gaditana de San Fernando, obra de 1920.

Trabajador incansable, junto a su cargo como arquitecto municipal, Hernández-Rubio desempeñó otros en distintas instituciones. Fue nombrado arquitecto al servicio de la Marina en 1912, arquitecto de las obras que se ejecutasen en Jerez en los edificios dependientes del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1921 y arquitecto de la Compañía Telefónica Nacional de España en 1925. Tan abundantes responsabilidades no le impidieron seguir ejerciendo la práctica arquitectónica. Así, en 1911 estableció un estudio en Sevilla, desde el que proyectó numerosos trabajos, como varias casas señoriales en la avenida de la Palmera entre 1912 y 1914, algunas ya mencionadas anteriormente. Por otro lado, nunca dejó de trabajar para su ciudad natal, donde realizó entre 1920 y 1940, a pesar de su ya avanzada edad, el proyecto del teatro Villamarta (1924), de marcado carácter regionalista, el sanatorio de Santa Rosalía (1928-1929), que recuerda a sus obras de inspiración inglesa, una tribuna para el estadio Domecq (1934), de acusado funcionalismo, y numerosas reformas de casas particulares.

En sus últimos años, a pesar de acercarse a los noventa de edad, Hernández-Rubio siguió trabajando sin desmayo, bien en sus proyectos, bien colaborando en los del segundo de sus tres hijos, Francisco, que fue también un gran arquitecto. No es de extrañar que, tras su muerte en septiembre de 1950 a causa de las heridas provocadas por el atropello de un coche frente a su casa, su entierro constituyera una auténtica manifestación de duelo en la que participaron un gran número de paisanos y las más altas autoridades de la ciudad de Jerez, pues este arquitecto, abierto a su tiempo, capaz de internarse en la cultura europea de fin de siglo y estudiar los sistemas constructivos más avanzados, había sido uno de los protagonistas fundamentales en Andalucía en la evolución de la arquitectura española en el tránsito del historicismo al racionalismo a través de las soluciones del eclecticismo, el Art Nouveau y el regionalismo, siendo considerado como uno de los más eficaces intérpretes del Modernismo en Andalucía.

 

Obras de ~: Plaza de toros, Jerez, 1894; Baldaquino de la iglesia colegial, Jerez, 1896; Urbanización de la Feria de Ganados, Jerez, 1899; Casetas para la Feria de Ganados en el parque González Hontoria, Jerez, 1903; Ayuntamiento, Pedro Domecq, Casino Nacional, Casino Militar, González Byass; Edificio para el Tiro de Pichón, El Puerto de Santa María, 1903; Pabellón del Jockey Club, Jerez, 1905; Pórtico de la bodega de Pedro Domecq en la cuesta de la Chaparra, Jerez, 1907; con J. Romero Barrero, Balneario Reina Victoria, Cádiz, 1907; Farmacia Cafranga en la calle Larga, Jerez, 1908; Casa para la viuda de Muñoz en la calle Palacios, Huelva, 1909; Casa para Antonio Guijarro en la calle Rico, Huelva, 1910; Banco de España (actual Biblioteca municipal) en la Alameda del Banco, Jerez, 1910; Edificio para la Jefatura de minas en la calle Rascón, Huelva, 1910-1912; Cafetería Pasaje de Oriente en la calle Albareda, Sevilla, 1911; Casa para Carlos Sundheim en la avenida de la Palmera, Sevilla, 1912; Casa para Francisco Castillo en la avenida de la Palmera, Sevilla, 1913; Casa para el doctor Antonio Seras en la avenida de la Palmera, Sevilla, 1914; Casa para César Puente en la avenida de la Palmera, Sevilla, 1914; Escuela de San José en la calle Porvera, Jerez, 1916; Proyecto para el teatro Villamarta en la plaza de Veracruz, Jerez, 1924; Edificio para la Central telefónica en la calle Ancha, Cádiz, 1927; Tribuna para el Jockey Club en el Hipódromo, Jerez, 1928; Pabellón de San Patricio para el Sanatorio de Santa Rosalía, Jerez, 1929; Villa Victorina en las bodegas González Byass, Jerez, 1935-1940.

Escritos: Consideraciones sobre el hormigón armado, Jerez de la Frontera, Imprenta del Guadalete, 1901.

 

Bibl.: C. Pemán, “El vaso hispano-árabe de la Cartuja de Jerez”, en Revista del Ateneo (Jerez de la Frontera), n.º 32 (marzo de 1927); A. Villar Movellán, “Modernismo en Cádiz”, en Archivo Hispalense (Sevilla), n.os 171-173 (1973); “El modernismo arquitectónico andaluz y su singularidad”, en Actas del Congreso Internacional Modernismo español e hispanoamericano, Córdoba, Diputación Provincial, 1985; E. Fierro Cubiella, Gran Balneario Victoria, Cádiz, 1989; J. A. Merino Calvo, “Francisco Hernández-Rubio, Arquitecto Conservador de la Cartuja de Jerez (1898-1941)”, en Anales de la Universidad de Cádiz (Cádiz), VII-VIII (1990-1991); J. J. López Cabrales, “La visión técnica del arquitecto: Francisco Hernández-Rubio y el hormigón armado”, en Cuadernos de Arte (Universidad de Granada), n.º XXII (1991); J. A. Merino Calvo, El arquitecto jerezano Francisco Hernández-Rubio y Gómez (1859-1950), Jerez de la Frontera, Ayuntamiento, 1995.

 

José Antonio Merino Calvo