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Antonio José Landaeta

Biografía

Landaeta, Antonio José. Caracas (Venezuela), p. m. s. XVIII – 17.III.1799. Pintor y dorador.

Hijo de Alejandro Landaeta y Juana Estéfana García, ambos pardos libres. Su padre otorgó testamento el 31 de diciembre de 1769, en donde nombró como herederos a sus hijos vivos: Antonio José, Juan José, María Josefa y Juana María. En este documento Antonio José fue nombrado como albacea, junto a su madre y a su tío el capitán Manuel de los Santos Landaeta.

Antonio José Landaeta contrajo nupcias con María Candelaria Landaeta. Su esposa estuvo casada anteriormente con Nicolás Francisco Pompa, con quien engendró a Marcos Pompa. Del matrimonio con Landaeta procrearon a María Bárbara (1776), María Josefa Benigna (1779), Calixto José (1783), José María de Jesús (1786). Todos nacidos en Caracas, en donde estaba radicada la familia Landaeta.

Su actividad artística se remonta a 1748 cuando doró doce maceteros que acompañaban la columna de plata y carey del Santo Cristo de la Columna, en la iglesia de Nuestra Señora de Altagracia. Desde 1767 actuó como tasador de cuadros en varias testamentarías en calidad de oficial de pintor, a partir de 1789 utilizó el título de maestro de pintor. En 1774 actuó como testigo, junto a su hermano Juan José, en la venta de una esclava, propiedad de María Antonia Maestre, hermana del pintor Domingo Maestre.

En 1780 compuso la imagen de San Gabriel Arcángel, que se hallaba en el altar de la Oración en el Huerto, y otra imagen no especificada del altar mayor, ambas en la iglesia conventual de Santa Teresa de Jesús de monjas carmelitas descalzas.

En 1781 fue testigo del matrimonio del pintor José Antonio Peñaloza en la catedral y ese mismo año inició sus actuaciones en compañía de su hermano Juan José, como albacea de su tío el capitán Manuel de los Santos Landaeta. Éste falleció en 1785, año en el cual los hermanos Landaeta concedieron un poder a los procuradores Juan Pablo Lamota y José Bustinzuría, en la Audiencia de Santo Domingo (República Dominicana), para seguir un litigio sobre las cuentas de la mayordomía de fábrica de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Altagracia ejercida por el capitán Landaeta.

En los dos años siguientes Landaeta se hizo cargo de algunas labores de mantenimiento y pintura en el refectorio del convento de monjas concepcionistas de Caracas. En 1786 participó como testigo en un litigio suscitado entre el dorador Pablo José Malpica y el doctor Benito de Pasos y Varela, por el precio del dorado de tres retablos de la iglesia de la Santísima Trinidad de Caracas. La labor de Antonio José fue juzgar la obra y la cantidad de libros de plata gastados en la misma.

Para 1789 se le encargó la pintura del túmulo para las exequias del monarca Carlos III, construido por los tallistas Domingo Gutiérrez, Francisco Cardozo y Antonio José Limardo. Este túmulo se colocó en la catedral. El 30 de julio de ese mismo año cobró 12 reales del Ayuntamiento civil de Caracas por dos imágenes de la Inmaculada Concepción sobre vitela, que se colocaron en el Pendón Real para la jura de Carlos IV.

En 1789 pintó un cuadro de formato ovalado que representa a San Guillermo, para el coro de la iglesia conventual de la Merced, actualmente en la colección Cisneros. Al dorso del cuadro se halla un papel encolado en el que se lee: “Timoteo Alvares/ que la puso en este nuestro choro de Ca/racas el 27 de setiembre de 1789 por la noche. Pintola Antonio Joph Landaeta/ que llevo por ella a todo costo 160 ps con licencia del P. Presidente un creyente. Pdo. F. Juan Picón”. En octubre del mismo año se hizo cargo de dorar y pintar de carey seis atriles de los altares de la Concepción, San Jorge, Santísimo Cristo, Benditas Ánimas del Purgatorio y Nuestra Señora de la Antigua de la catedral. En ese encargo obsequió como limosna el trabajo realizado en el altar de las Benditas ánimas. Realizó otras labores de pintura ese mismo año para la catedral, así pintó la fachada del templo, rejas, puertas y balcón de la sala capitular, doró unos bufetes y siete juegos de sacras. Dos años después (1791) doró la silla de la imagen escultórica del apóstol San Pedro y aseó su imagen, que aún se encuentra en la sede catedralicia.

En 1792 recibió 207 pesos y 4 reales por diversas obras ejecutadas para el convento carmelita de Santa Teresa de Jesús, entre ellas destaca una imagen al fresco de San José y el dorado del púlpito. A mediados del año nuevamente acometió obras en la iglesia de carmelitas, como el dorado del retablo de San Antonio Abad y la renovación de la pintura del santo, que hizo de limosna. Todas estas piezas desaparecieron con la exclaustración de los conventos femeninos en 1874.

En 1794 vendió una esclava a Vicente Miranda, propiedad de su esposa María Candelaria. En julio de ese año, María Candelaria otorgó su testamento por encontrarse gravemente enferma. En éste declaró que al momento de su segundo matrimonio con Landaeta, su esposo sólo aportó al matrimonio 100 pesos y el ajuar de su oficio de pintor y dorador a medias con su hermano Juan José. Mediante este documento se ha podido conocer que compartió su taller con su hermano Juan José, por lo cual se hace difícil identificar las autorías de las piezas.

En fechas cercanas a 1795 pintó un cuadro de la Inmaculada Concepción, según una obra desaparecida de Mateo Cerezo que se difundió en el continente americano a través de un grabado de J. Salvador Carmona elaborado en el siglo XVIII (Museo Lázaro Galdiano, Madrid). La pieza venezolana está firmada —“Ant Jph Landta”— y se conserva en la colección particular Santaella Garrido. En la colección privada Zingg se encuentra otra Inmaculada Concepción, que posee una composición y estilo similar, por lo que también se le ha adjudicado a Landaeta.

En 1796 vendió a María Nicolaza Monasterios un solar en el barrio de San Lázaro. En 1797 fue nombrado albacea de los testamentos de María Margarita Landaeta y de María Mejía. Al año siguiente doró el retablo de la Santísima Trinidad, elaborado por el maestro tallista Francisco José Cardozo, para la nave de la Orden Tercera de San Francisco, aún conservado en la iglesia de San Francisco de Caracas. Ese mismo año pintó una Inmaculada Concepción, firmada y fechada al dorso: “Antonio José Landaeta lo pintó año de 1789 Jn Lovera, su discípulo, lo retocó año 1839”, para la sala capitular de la catedral, actualmente en el mismo lugar. Gracias a esta inscripción se sabe que en el taller de los Landaeta se formó el pintor Juan Lovera.

Las pocas obras pictóricas conservadas muestran un color suave con marcada preferencia por tonalidades ocres-rosas en los fondos de las figuras, buen manejo del dibujo, coronas adornadas con gruesas perlas y rostros ovalados. Alfredo Boulton le atribuyó una Inmaculada Concepción en la colección particular de Suárez Borges. Otros cuadros se atribuyen a la llamada Escuela de los Landaeta, para denominar a los distintos pintores miembros de la familia y a sus discípulos y seguidores, activos en todo el siglo XVIII, pero aún no identificados plenamente. La extensa familia Landaeta se dedicó a oficios diversos como la orfebrería, la pintura, el dorado y la música.

El 17 de marzo de 1799 Landaeta fue sepultado en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Altagracia, con entierro cantado como hermano de la cofradía de Nuestra Señora de los Dolores. Murió sin testar. Aún se encontraba viva su esposa María Candelaria.

 

Obras de ~: Pinturas: San Guillermo, 1789, colección Cisneros; Inmaculada Concepción, c. 1795, colección Santaella Garrido; Inmaculada Concepción, 1798, catedral de Caracas; Dorado del retablo de la Santísima Trinidad, 1798, iglesia de San Francisco de Caracas; Inmaculada Concepción, colección Zingg (atrib.); Inmaculada Concepción, colección Suárez Borges (atrib.).

 

Bibl.: A. Boulton, Historia de la pintura en Venezuela. Época colonial, vol. I, Caracas, Ernesto Armitano Editor, 1975; Galería de Arte Nacional, Diccionario de las Artes Visuales en Venezuela, vol. I, Caracas, Monte Ávila Editores, 1982; C. Duarte, Visión de las artes durante el período colonial venezolano, Caracas, Ediciones de la Asociación Venezolana Amigos del Arte Colonial, 1984; C. Duarte y G. Gasparini, Historia de la catedral de Caracas, Caracas, Ediciones Armitano, 1989; J. Rodríguez Nóbrega, La pintura colonial en Venezuela, Caracas, Historiadores S. C., 1997; C. Duarte, Diccionario biográfico documental. Pintores, escultores y doradores en Venezuela. Período hispánico y comienzos del período republicano, Caracas, Fundación Galería de Arte Nacional, Fundación Polar, 2000.

 

Janeth Rodríguez Nóbrega