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Emilio Brugalla Turmo

Biografía

Brugalla Turmo, Emilio. Barcelona, 4.X.1901 – 1.IV.1987. Artista encuadernador y teórico de la encuadernación.

Cursó estudios primarios hasta un poco antes de cumplir los doce años, cuando entró a trabajar como aprendiz en el taller de encuadernación industrial Gibert Reig y Trillas. Compaginó el trabajo en este taller con la asistencia a las clases del Instituto Catalán de las Artes del Libro. Tras realizar el primer curso en este centro, donde ya demostró su interés por el dorado a mano, se pasó a la Escuela de Artes y Oficios y Bellas Artes de Barcelona, donde asistió a las clases de encuadernación artística que impartían Hermenegildo Alsina Munné y Enrique Messeguer.

En cuanto al ambiente que reinaba entonces en la encuadernación artística, pasada ya la primera década del siglo xx, era el de una continua mejora teniendo en cuenta el atraso a que había llegado durante el siglo xix. La encuadernación artística catalana comenzó a despegar para terminar por situarse en un puesto privilegiado, alcanzando importantes cotas de calidad.

Los industriales Hermenegildo Miralles y Ramón Miquel y Planas, desde sus empresas, apoyaron e impulsaron el trabajo de cuatro magníficos artistas: Joaquín Figuerola, Rafael Ventura, José Roca y Alemany y Pierre Guérin.

Ya en 1916, entró en los talleres del encuadernador Ángel Aguiló, donde se especializó en el dorado a mano y en la encuadernación para bibliófilos. Allí recibió, aparte del adiestramiento del trabajo diario, la maestría de Joaquim Figuerola, quien le fue orientando en todas las especialidades de las artes del libro, y en especial del decorado exterior. Figuerola y Alsina Munné fueron los maestros esenciales en los comienzos del joven Brugalla, a quien inculcaron el sentido humanista del artista y a quien en 1921 alentaron a marchar a París para que conociera el importantísimo momento que se estaba viviendo en Francia en torno a las artes del libro y la encuadernación artística.

Llegado a París, sin contrato de trabajo, gracias a la recomendación de Alsina Munné, trabajó en el taller de encuadernaciones industriales Byli. Poco después consiguió entrar como único operario en el taller de Alfred Chevalier, maestro responsable de alguna de las nuevas direcciones que se habían tomado en el mundo de la encuadernación, y donde se dedicó Brugalla a practicar la técnica del dorado y el mosaico abarcando todos los estilos decorativos posibles.

Durante los dos intensos años que pasó en París, Brugalla consiguió hacer excelentes amigos entre la profesión, como fue el caso del dorador Robert Paris, con el que mantuvo a lo largo del tiempo una excelente relación. Durante su estadía en la capital francesa, coincidió con su maestro Alsina Munné, y con todos ellos, conoció y se nutrió de los importantes cambios que el mundo de la encuadernación estaba viviendo ya desde los primeros años del siglo xx. En su afán por aprender todo lo que le fuera posible, al tiempo que trabajaba en el taller, asistía a las clases nocturnas de la academia de dibujo de Montparnasse y a otras clases de perfeccionamiento profesional que se impartían en la Chambre Syndicale de la Reliure. Cuando terminó el curso, le concedieron el primer premio en la asignatura de Dibujo que le fue entregado por la sección del Libro de la Association Pollitechnique.

Años antes de que Brugalla fuese a París, el máximo representante de la encuadernación francesa era Marius- Michel, quien fue el primero en establecer la necesidad de armonizar la decoración de la encuadernación con el alma del libro, así como el rechazo de todo tipo de pastiche o copia, práctica bastante frecuente en aquel momento. Para cada uno de sus libros creaba ornamentaciones basadas en la utilización de las plantas y las flores naturales o más o menos estilizadas como modelos, alejándose de las decoraciones de estilo retrospectivo. En ese período cabe destacar a otros encuadernadores como Leon Gruel, Charles Meunier, Canape, Kieffer, Lanöe, Lortic, Mercier y Noulhac.

Entrada la década de los años veinte se produjo la aparición de un movimiento en las artes decorativas y en la arquitectura, el estilo Art Déco, que también llegó al ámbito de la encuadernación de la mano de algunos decoradores. De entre todos, por su influencia, destacó Pierre-Émile Legrain, que sostenía la necesidad de sugerir y evocar la idea del objeto antes que representar el objeto mismo. Para ello puso a punto un repertorio de formas geométricas abstractas, basado en la interferencia de líneas rectas y líneas curvas.

Concebía la encuadernación del libro como un conjunto integrado y no sólo como dos planos decorativamente aislados y unidos por el lomo.

Brugalla volvió a Barcelona en 1923 para cumplir el servicio militar. Fue entonces cuando comenzó su relación profesional con la Casa Subirana, una conocida editorial y librería que estaba especializada en temas religiosos. Empezó trabajando como dorador y consiguió, finalmente, formar una importante sección de encuadernación artística que pronto cobró cierta importancia.

Para esta casa presentó en la Exposición Universal de Barcelona de 1929 una cincuentena de ejemplares. El jurado concedió el Gran Premio a la encuadernación del Fausto de Goethe, decorada con mosaicos y con hierros, y también destacó muy elogiosamente los grandes méritos de otra de las obras presentadas por el encuadernador, el Missale Romanum, una obra decorada también con mosaicos y con una pintura de la Crucifixión, obra de José Segrelles, incrustada en el centro de las cubiertas y protegida por un cristal de roca. Éste fue un punto de inflexión dentro de la historia de la encuadernación española, y fue el comienzo del brillante despegue del encuadernador.

A partir de ese momento comenzó a recibir encargos que sacaba adelante en su propio domicilio, hasta que, en 1931, con la colaboración de su hermano José, restaurador de papel, abrió su propio taller en Barcelona, en el número 7 de la calle de Aribau, al que pronto se incorporó, a la edad de catorce años, su hijo Santiago.

En su obra se pueden encontrar todas las tendencias decorativas del momento. Fue muy hábil en la interpretación de todos los estilos de época, desde las ornamentaciones basadas en el estilo inglés hasta los modelos franceses de los siglos xvii y xviii, pasando por los tradicionales medievales españoles, todos ellos ejecutados con una perfección que alcanzaba su máximo grado en el trabajo con los hierros. Pero también, destacando por encima de todos, realizó algunas decoraciones de creación original, participando del momento revulsivo que, fundamentalmente en Francia, estaba viviendo la encuadernación. Ayudado en numerosas ocasiones por los diseños de Alsina Munné, Brugalla formuló un nuevo código decorativo en la encuadernación española y se convirtió en el profesional más valorado de la historia de la encuadernación española.

Emilio Brugalla se dedicó también a la divulgación del arte de la encuadernación y del libro. Para ello dictó múltiples clases y escribió numerosos artículos sobre esos temas. Por ejemplo, dedicó parte de su tiempo a impartir clases en la Escuela de Bibliotecarias de Barcelona, en el Instituto Catalán de las Artes del Libro en Barcelona, en el Ateneo de Barcelona y en el Fomento de las Artes Decorativas. También lo hizo en los muchos congresos internacionales a los que asistió como conferenciante y como expositor.

Siempre fue alabada su erudición y su fácil discurso, habituado como estaba a la declamación y al teatro por puro placer.

Asimismo son innumerables las conferencias que pronunció a lo largo de su trayectoria profesional.

Afortunadamente, la mayoría de ellas se pueden encontrar recopiladas en varias publicaciones.

Brugalla fue realizador y participante de la mayoría de las exposiciones sobre el libro y la encuadernación que se sucedieron a lo largo de todo el siglo xx, llegando hasta la de 1986, organizada para la Biblioteca Nacional de Madrid, en donde se expuso gran parte de su mejor obra. En 2001 la Biblioteca de Catalunya le rindió homenaje con una exposición conmemorativa del centenario de su nacimiento.

En 1963, la Biblioteca Municipal de Madrid adquirió una de las colecciones de Ricard Viñas Geis, formada por obras de Lope de Vega, entre las que destacan primeras ediciones, todas ellas con encuadernaciones realizadas por Emilio Brugalla.

Entre sus méritos y reconocimientos destacan: Medalla de Plata en el Primer Certamen de Arte Decorativo de Palma de Mallorca, en 1945; Diploma de Primera Clase en la Exposición de Artes Decorativas de Madrid, en 1947; nombramiento como académico de número de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, en 1965. Su discurso de entrada versó sobre La orfebrería, el libro y la encuadernación. Le contestó, en nombre de la Corporación académica, Antonio Ollé Pinell, catedrático del Conservatorio de las Artes del Libro. Se le concedieron también la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica, en 1968; el Diploma y la Insignia de Plata de la Federación Internacional de Maestros Encuadernadores con sede en Múnich; el nombramiento como miembro de honor de la asociación británica Designer Bookbinder, en 1973; la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo por el Rey Don Juan Carlos, en 1977; el nombramiento como académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en 1978; la Cruz de Sant Jordi por la Generalitat de Cataluña, en 1982, y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en 1983.

 

Obras de ~: Tres ensayos sobre el arte de la encuadernación, Barcelona, José Porter, 1945; La Encuadernación en París en las avanzadas del arte moderno. Barcelona, Asociación de Bibliófilos de Barcelona, 1954; “La orfebrería en el libro y en la encuadernación”, en Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes (1966); “Un artista ignorado. Recuerdo de José Panadero Sala. Un asombroso pintor y encuadernador”, en Boletín de la Escuela Nacional de Artes Gráficas (enero de 1966); El arte de encuadernar y su evolución, Barcelona, Biblioteca Central, 1966; “Los maestros encuadernadores se reúnen en Suecia”, en Boletín del Gremio Sindical de Maestros Impresores de Barcelona, 110 (1966); La encuadernación tradicional en España y la encuadernación original en el palenque europeo, Actas del V Congreso Internacional de Bibliófilos, Venecia, 1967; “Inquietudes de hoy por los libros de ayer”, en Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona (1968); “El día del Libro y las rosas”, en Boletín del Gremio Sindical de Maestros Impresores de Barcelona (1968); La encuadernación suntuaria, arte tradicional español, Vich, Colomer Munmany, 1968; “Ditirambo a la encuadernación”, en Boletín de la Escuela Nacional de Artes Gráficas (enero de 1968); “La encuadernación en España”, Gaceta Papelera, 14 (1970); “El libro, basamento y ornato de la civilización”, en Gaceta Papelera, 22 (1970); La aparición de la imprenta y la encuadernación, Gaceta Papelera, 25 (1971); La encuadernación. Peana de ofrendas consagradas al libro. Gaceta Papelera, 37 (1972); El arte en el libro y en la encuadernación, Barcelona, Imprenta Juvenil, 1973; “Una biblioteca hispánica expatriada”, en El Libro Español, Revista mensual del Instituto Nacional del Libro Español, 189 (1973); “El arte del cuero y la encuadernación”, en Boletín del Gremio Sindical de Maestros Impresores de Barcelona, 106 (1973); “Christophe Plantin”, en Boletín del Gremio Sindical de Maestros Impresores de Barcelona, 106 (1973); “Glosa del arte de vestir el libro (1.ª parte)”, en Boletín del Gremio Sindical de Maestros Impresores de Barcelona, 110 (1974); “Glosa del arte de vestir el libro (2.ª parte)”, en Boletín del Gremio Sindical de Maestros Impresores de Barcelona, 112 (1974); “El libro antiguo y su conservación”, en Boletín del Gremio Sindical de Maestros Impresores de Barcelona, 114 (1975); El arte en el libro y en la encuadernación, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1977; “La bibliofilia, la encuadernación y el grabador de pequeños hierros”, en Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona (1977); “La encuadernación suntuaria”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 48 (1979); “Contrastes de la bibliofilia: divagaciones en torno al libro y su indumento”, en Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, 1981; “Bien que silencieuse, l’histoire de l’art de la reliure est pleine d’emotions”, en Art et Métiers du livre, 118, Paris (1982); “Definición simbólica de la encuadernación suntuaria”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 54 (1982); “La encuadernación suntuaria magnifica la palabra escrita”, en Revista de Librería Antiquaria, 5 y 6 (1983); “El cosido de los pliegos y la magnitud del libro” en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 58 (1982)1984; “La superfluité et les livres. La chronique du temps jadis”, en Art et Métiers du livre, 134, Paris (1985); “La conservació del paper”, en Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona (1985).

 

Bibl.: VV. AA., Emili Brugalla, enquadernador. Commemoració del centenari del seu naixement, Barcelona, Biblioteca de Catalunya, 2001; VV. AA., Encuadernación de Arte: Boletín de la Asociación para el Fomento de la Encuadernación (Madrid), 18 (número monográfico), (2002).

 

Carlos Aitor Quiney Urbieta