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Juan de la Torre y Orumbella

Biografía

Torre y Orumbella, Juan de la. Orihuela (Alicante), s. t. s. xvii – Madrid, 1711. Jurista y magistrado valenciano, regente del Consejo Supremo de la Corona de Aragón, caballero de la Orden de Montesa.

Fue miembro de una familia destacada en los servicios a la Monarquía, como señala la especialista en la magistratura valenciana Canet, hijo y padre de oficiales de la misma, como hijo del asesor de la Bailía del mismo nombre y padre de José de la Torre Despuig. La misma autora informa de su graduación como doctor en la Universidad de Valencia en 1666 y de la obtención de la cátedra de Instituta de la Universidad de Orihuela el 19 de octubre de 1667 donde enseñó durante cinco años. Como la inmensa mayoría de los magistrados valencianos que llegó al Consejo de Aragón, recibió el hábito de Montesa, en 1671. Su familia se preocupó de que estudiara en un colegio mayor de una universidad castellana, para lo que se trasladó a Valladolid en 1675, donde ingresó en el Colegio de Santa Cruz y donde residió hasta 1678, impartiendo durante esos años lecciones extraordinarias. Pere Molas pone a Juan de la Torre como modelo de ascenso a las plazas de los tribunales superiores por su condición de colegial, que favorecía también la entrada en la Orden de Montesa. Sería el caso también de Antonio Calatayud y Pedro Villacampa. Molas especifica que los tres llegaron a defender la conveniencia de favorecer la promoción de los colegiales en sendos memoriales (Corona de Aragón, legajo 624, documento 38/45 y legajo 625, doc. 44/1; Molas Ribalta, 1999) todo lo cual dice mucho de la vinculación de la pequeña nobleza togada con los colegios mayores. No cabe duda de que los colegiales tuvieron mayores facilidades para acceder a las respectivas Audiencias, como lo demuestran las respectivas biografías, y como lo reconocía el propio Consejo de Aragón cuando constataba, en una consulta de 22 de agosto de 1689, analizada por Canet, que “los collegiales, sin llevar más que los adelantamientos en la escuela, entran por lo regular en la sala criminal de aquella Audiencia” (de Valencia). Accedió a la Audiencia Criminal valenciana y en 1687 a la civil (Maestre Racional, 272 y 283, respectivamente). Llegó a la máxima cota de la Audiencia valenciana, regente de la misma, dos años más tarde (Maestre Racional, 285) tras ser propuesto en consulta del Consejo de Aragón de 9 de julio de 1689. En 1693 pasó al Consejo de Aragón para ocupar la plaza que había tenido Antonio Calatayud (17 de febrero de 1693). Su plaza en la Audiencia la ocupó Domingo Matheu y Silva.

En setiembre de 1693 reemplazó a Pedro Villacampa, que tenía en esa fecha ochenta y siete años, como asesor general de la Orden de Montesa pero sólo en casos de ausencia o enfermedad de aquél. Villacampa falleció en julio de 1696, lo que dio paso a De la Torre como titular de su plaza de asesor de la Orden de Montesa, para el que fue nombrado por Decreto de 8 de agosto del mismo año. La vinculación con la orden de Montesa se extendió también a sus hijos José, miembro desde 1697 y comendador de Vinaroz y Benicarló, y Juan, que ingresó en 1709. En noviembre de 1694 sustituyó como asesor del Consejo de Cruzada a José de Ozcáriz, por enfermedad de éste (Real Decreto de 9 de noviembre de 1694). Por Real Decreto de 10 de diciembre de 1695, fue nombrado, junto con Francisco Comes y Torro, para formar parte de una Junta para decidir la competencia del Consejo de Aragón o el de Guerra en las presas de los corsistas mallorquines. Se trataba de decidir a quién correspondía dictar sentencia cuando se producía apelación en estas cuestiones.

En febrero de 1701 participó junto con Francisco Comes y Torro, ambos como regentes del Consejo de Aragón, en una junta para resolver un conflicto de competencias entre la Audiencia de Mallorca y el inquisidor de Mallorca, a la que comparecieron también dos representantes del Consejo de la Inquisición. Se debatía a quién correspondía la causa penal que pesaba sobre Jaime Company, familiar de la Inquisición, y su mujer. Este interesante caso de conflicto de competencia se decidió en favor de la justicia ordinaria, es decir, de la Audiencia, la mallorquina en este caso. Por esas fechas, se había abierto ya la crisis sucesoria y se había iniciado el proceso de toma de postura de los magistrados de la Corona de Aragón en general y los del Consejo Supremo en particular. Debe tenerse en cuenta que el hecho de que una gran parte de estos terminaran apoyando al archiduque no era incompatible con el ejercicio de su cargo en la defensa de las regalías monárquicas, como lo demostraron, por ejemplo, en las Cortes de Cataluña de 1701-1702, en las que se opusieron a la devolución de las insaculaciones a la ciudad de Barcelona, a la recuperación por ésta del control de las entradas y salidas de la ciudad, y también a la reforma del procedimiento para resolver las contrafacciones. De la Torre fue de los que apoyaron la entrada de las tropas del archiduque en Madrid a inicios del verano de 1706, y permaneció en la Corte cuando el rey Felipe salió hacia Burgos, en lugar de seguirle con sus afectos. Cuando a principios de octubre regresó este último a la Corte, acompañado de todos los que le habían sido fieles, De la Torre fue suspendido en sus funciones, al igual que el consejero valenciano marqués de Villatorcas y el otro regente valenciano, Juan de Coloma, así como los catalanes José Rull y Francisco Comes y Torro. Los regentes valencianos del Consejo destituidos, José Coloma y Juan de la Torre, fueron reemplazados por Pedro José Borrull y José García de Azor respectivamente, y el consejero de capa y espada valenciano, José de Castellví y Alagón, marqués de Villatorcas, por Diego Bosque, marqués Del Bosque (consulta de 9 de octubre de 1706, resuelta el 28). A partir de esa fecha, octubre de 1706, es probable que su existencia no fuera precisamente fácil ni agradable, si bien es verdad que las medidas tomadas contra él, al igual que en los restantes casos de los austracistas depuestos, no pasaron de la destitución. El Rey terminó por “liberar del crimen de infidelidad” a los austracistas del Consejo de Aragón del “intruso” archiduque. El decreto, de 3 de marzo de 1707, incluía la libertad de movimientos y residencia, salvo en la Corte, y el desembargo de sus bienes y devolución de los mismos si ya les hubieran sido secuestrados. Falleció en 1709 y donó su biblioteca al Colegio vallisoletano de Santa Cruz.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Reino de Valencia, Maestre Racional. 272, fol. 254; 283, fol. 241; 285, fol. 101; Archivo de la Corona de Aragón, Consejo de Aragón, leg. 625, doc. 11/4 (consulta de 9.VII.1689); leg. 624, doc. 38/45; leg. 625, doc. 44/1; leg. 624, 38/24 (17.II.1693); 30 (Real Decreto de 9.XI.1694); 27 (Real Decreto de 10.XII.1695); Archivo Histórico Nacional, Consejos Suprimidos, 2029, Libro de Resoluciones y Ceremonias del Consejo de Aragón: fol. 191 r. (Real Decreto 8.VIII.1696), fol. 175 v., fol. 217 v.-218 r.

T. Canet Aparisi, La Magistratura Valenciana (S. XVI-XVII), Valencia, Universitat, 1990; J. Arrieta, El Consejo Supremo de la Corona de Aragón, 1494-1704, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1994; M. A. González de San Segundo, “El Consejo de Aragón y la Orden de Montesa”, en Anuario de Historia del Derecho Español, LXVII-II (1997) págs. 901-923; P. Molas Ribalta, La Audiencia borbónica del Reino de Valencia (1707-1834), Alicante, Publicaciones de la Universidad, 1999; V. Graullera Sanz, Juristas valencianos del siglo xvii, Valencia, Generalitat Valenciana, 2003.

 

Jon Arrieta Alberdi

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