Pérez de Ayala, Fernando. ¿Toledo?, p. m. s. XV – Toledo, 1477. Canónigo de Toledo.
Hijo bastardo de Pedro López de Ayala (1398- 1451), se desconocen el año y lugar de nacimiento, aunque es muy posible que naciera en Toledo, preparándose desde muy temprana edad para la carrera eclesiástica.
Ostentó una canonjía en la Catedral de Toledo y la dignidad de vicario de la ciudad desde 1462.
En esa fecha el arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo (1446-1482), convertía dos oficios, el de vicario y el de capellán mayor, en dignidades del Cabildo. Mucho debió de influir en la elección para el oficio de vicario su ascendencia, pues el linaje Ayala (él mismo firmaba Fernando de Ayala) había alcanzado una importancia inusitada en todos los núcleos de poder de la ciudad, no en vano su hermano era alcalde mayor de Toledo, como lo fue también su padre.
Durante los enfrentamientos de los bandos locales de Toledo en el verano de 1467, los desórdenes tomaron parte en diversos grupos sociales, conversos y cristianos viejos dando lugar a numerosos problemas.
El Cabildo catedralicio mantuvo un papel importante como consecuencia del cobro de unas rentas de la Catedral en Maqueda que pretendía cobrar el alcalde mayor de la ciudad, Álvar Gómez de Ciudad Real, representante de los conversos toledanos.
El apoyo de los conversos estaba con el linaje de los Silvas, mientras el linaje Ayala apoyaba al grupo de cristianos viejos. La Catedral, implicada en la difícil situación, tenía a Fernando Pérez de Ayala como cabeza visible del partido anticonverso del Cabildo; a él cabe unir a Juan Pérez de Treviño, vicario general del arzobispado y canónigo hasta 1478. Álvar Gómez estaba presente cuando se leyó en la Catedral el agravio producido por el cobro de rentas y mantuvo una fuerte discusión con Fernando Pérez de Ayala, cuyo poder en la Catedral era muy importante. La irrupción entonces del jurado Fernando de la Torre, de linaje converso, terminó con enfrentamientos dentro de la Catedral, heridos y muertos. Estas luchas terminaron con el conocido como “fuego de la Magdalena” y la pérdida de poder por parte de los conversos y los Silva; no obstante, suponen la intervención más destacada de Fernando en un acontecimiento más de la vida política toledana.
Desde entonces hasta su muerte, Fernando estuvo encargado de llevar a cabo su labor de canónigo de la Catedral con algunos problemas con miembros del Cabildo, resultado en parte de su fuerte carácter e importante posición por su condición de miembro del linaje de los Ayala.
El 18 de septiembre de 1470 redactó su testamento en Toledo, siendo enterrado en el coro de la Catedral, delante del altar de Nuestra Señora. En las últimas voluntades mencionó como heredero universal de sus bienes a su hijo, Fernando de Ayala. El fallecimiento se produjo en 1477, fecha en que ya no está presente en las fuentes documentales de la Catedral, especialmente en las Actas Capitulares.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Catedral de Toledo, Actas Capitulares, vol. I (1466-1490), fols. 7v. y ss.; ms. E.5.F.1.7; Archivo Capitular de Toledo, ms. E.5.F.1.8.
E. Benito Ruano, Toledo en el siglo xv: vida política, Toledo, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1961, pág. 94; A. Franco Silva, El condado de Fuensalida en la Baja Edad Media, Cádiz, Universidad, 1994; J. M.ª Palencia Herrejón, Los Ayala de Toledo: desarrollo e instrumentos de poder de un linaje nobiliario en el siglo XV, Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1996, págs. 28 y 63- 64; M.ª J. Lop Otín, El cabildo catedralicio de Toledo en el siglo xv. Aspectos institucionales y sociológicos, Madrid, Fundación Ramón Areces, 2003, págs. 74-75 y 324.
Laura Canabal Rodríguez
