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Álvaro de Oviedo

Biografía

Oviedo, Álvaro de. Álvaro de Toledo. ?, p. s. xiii – 1282 post. Arcediano, autor, traductor y comentarista.

Muy limitados son los conocimientos sobre la vida del arcediano de Oviedo, no en cambio sobre su trabajo como autor, traductor y copista. De posible ascendencia mozárabe, cursaría estudios universitarios al mencionarse su condición de magíster, llegando a ser profesor en algún “estudio general”. Su amplia actividad hay que encuadrarla entre los años 1270 a 1282, con especial preferencia por la cosmografía aristotélica y la astrología.

Antes de alcanzar notoriedad en la vida eclesiástica, Álvaro de Oviedo colaboró con un destacado traductor y escritor hispano-judío, Yehudá ben Mosé Al-Kohen, en la etapa alfonsina de la Escuela de Traductores de Toledo. El traductor judío es uno de los más importantes y fecundos de la época del rey Alfonso X, experto en obras astrológicas árabes. Trabajó con varios colaboradores que lo redactaban en latín desde la lengua romance. Álvaro tradujo una obra de astrología del Yehudá, el Libro conplido en los indicios de las estrellas, y su etapa de traductor continuó con la recesión latina del Tratado de la azalea, de Azarquiel.

El primer dato en torno a su actividad eclesiástica lo sitúa en Viterbo, entonces sede de la Curia romana, el 6 de diciembre de 1280. El año 1281 consta como arcediano de Oviedo en un documento de préstamos del arzobispo de Toledo, Gonzalo Pétrez o “García Gudiel” (1280-1299). En otro documento del mismo arzobispo de Toledo, un pleito, figura como arcediano de Ribadeo. Por lo tanto, estuvo en Italia entre 1280 y 1281 pero posiblemente hubiera llegado al menos en 1278. En Italia entró en contacto con las corrientes que condenaban las doctrinas de Averroes, origen de encendidas polémicas literarias entre 1270 y 1277. Inmerso en este ambiente hay que considerar su obra Comentario al De substantia orbis de Averroes, en 1280. En el mismo manuscrito Álvaro de Oviedo afirma que había compuesto dos tratados titulados: Liber Benedictus y De creatione mundi, escritos que no han llegado hasta nosotros. Todas las obras están dedicadas al arzobispo de Toledo Gonzalo Pétrez. La etapa de traductor continuó con la recesión latina del Tratado de Azafea de Azarquiel, autor toledano. El Libro conplido en los indicios de la Estrellas, de Abu-l- Hasan Ali ibn Abi-l-Rigal (Abenrangel), también fue conocido como Zacuto, se trata de un libro de astrología judiciaria; la obra tuvo una versión castellana y una recesión latina realizada por Pedro Regio y Aegidius de Theobaldis de Parma en 1257, y de ella se hicieron tres traducciones al hebreo y además una versión latina más hecha por Álvaro de Oviedo.

Villás Vallicrosa, el mejor conocedor y editor de la obra de Álvaro de Oviedo, lo presenta como copista de El Libro de los Fundamentos de las Tablas Astronómicas de R. Abraham ibn Ezra, iniciada la copia en el manuscrito 98-21 de la Biblioteca Capitular de Toledo —ahora en la Biblioteca Nacional, manuscrito 10053— y terminada por otro copista en el año 1270. El manuscrito se inicia con la copia de la recesión latina del Tratado de la azafea de Azarquiel, escrito por el judío Yehudá ben Mosé Al-Kohen, con quien trabajó Álvaro de Oviedo. Tiene asimismo la obra de al-Fargani, Fragmentum Toletanum, además de otras traducciones, todas ellas de procedencia árabe entre 1270 y 1279. La compilación astrológica y astronómica formada por catorce obras del árabe (entre ellas cabe destacar los Cánones astronómicos traducidos por Gerardo de Cremona) antecede a las conocidas Tablas Toledanas de Azarquiel, y un tratado centrado en el astrolabio planisférico de Massallah, autor israelita (Biblioteca Capitular de Toledo, manuscrito 98-20, ahora en la Biblioteca Nacional, manuscrito 10009). Igualmente, Álvaro de Oviedo realizaba comentarios y notas en las obras copiadas, llegaba a anotar identificaciones de los capítulos o la estructura de las obras; identificaba títulos y autores de las obras; glosaba el texto a través de otras notas que a veces llegaban a ser amplios comentarios, hacía notas cronológicas, etc.

No hay evidencia de la fecha de su muerte, pero es muy posible que fuera después de 1282.

 

Obras de ~: Comentario al “De Substantia Orbis”, de Averroes (aristotelismo y averroísmo), ed. y notas de M. Alonso Alonso, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto Filosófico Luis Vives, 1941.

 

Bibl.: J. M. Millás Vallicrosa, “El literalismo de los traductores de la corte de Alfonso el Sabio”, en Al-Andalus, I (1933), págs. 155-172; M. Alonso Alonso (ed.), Comentario al “De substantia orbis”, de Averroes, op. cit.; J. M. Millás Vallicrosa, Las traducciones orientales en los manuscritos de la Biblioteca Capitular de Toledo, Madrid, Instituto Arias Montano, 1942, págs. 158- 159; Estudios sobre Azarquiel, Madrid, CSIC, 1950, págs. 280- 331; Y. Mosé Al-Kohen, El Libro conplido en los Indicios de las Estrellas, Madrid, G. Hilty, 1954; M. C. Díaz y díaz, Index Sacriptorum Latinorum Medii Aevi Hispanorum, Salamanca, CSIC, 1958-1959, págs. 300-301 (1437-1441); J. S. Gil, La Escuela de Traductores de Toledo y sus colaboradores judíos, Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1985, págs. 60-68; R. Gonzálvez Ruiz, Hombres y libros de Toledo (1086-1300), Madrid, Fundación Ramón Areces, 1997.

 

Laura Canabal Rodríguez

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