Covarrubias, María Jesús de. María de Jesús. Torrijos (Toledo) 1561 – Eibar (Vizcaya), 9.XII.1611. Priora, reformadora y promotora de las Agustinas Recoletas (ARMM).
Nace en Torrijos María Jesús de Covarrubias, hija de Marcos de Covarrubias y de María de Frías. Ella es, junto a Petronila, las dos únicas hijas del matrimonio.
La familia de María tiene un importante ascendiente en el famoso arquitecto Alonso de Covarrubias, su abuelo, y varios de sus descendientes ocupan puestos muy destacados en la sociedad de la época. Sus tíos son Diego de Covarrubias y Leyva, presidente del Consejo de Castilla, además de obispo de Segovia, y Antonio de Covarrubias y Leyva, canonista y helenista.
María se forma en un ambiente profundamente religioso, pues no sólo tiene un tío obispo, también una tía suya, Catalina de Covarrubias, es religiosa —Catalina de los Ángeles— en el convento de dominicas de Madre de Dios de Toledo. Mientras su hermana Petronila se casa con Alonso Pérez de Baraiz, caballero navarro y alcalde de Corte en Madrid, ella mantiene desde un principio sus deseos de entrar en religión, siendo su mayor anhelo convertirse en monja descalza. Lo logra, en parte, al entrar en el convento de agustinas de Santa Úrsula de Toledo; la comunidad no es de descalzas, pero en el transcurso de la vida religiosa, María pudo, finalmente, acceder a una comunidad agustina directamente relacionada con las reformas de su Orden. El 1 de mayo de 1567 tomaba el hábito y profesaba en 1578. Durante la estancia en Toledo ejerció diversos oficios: tornera y cantora. En estos años la Orden de San Agustín, al igual que otras órdenes, da paso a la introducción de reformas de descalcez y recolección. En 1587 algunos acontecimientos impulsaron las aspiraciones de acoger la vida recoleta entre los frailes y las monjas de la Orden. El Capítulo Provincial celebrado en diciembre de 1588 en Toledo es el punto de partida para los agustinos. Dentro de las comunidades femeninas, María Jesús era abierta defensora del proceso, trató de interceder a favor del mismo redactando algunas cartas, a fray Pedro de Rojas —obispo luego de Astorga y Osma—, al maestro fray Luis de León —catedrático de la Universidad de Salamanca— y al propio rey Felipe II. Después del Capítulo Provincial del año 1588, al año siguiente, el 20 de septiembre de 1589 se aprueba en la junta la forma de vida que implicaba la recolección.
La posibilidad de fundar comunidades de descalzos y las dos primeras de la rama femenina originadas en Talavera de la Reina y la segunda en Madrid, son seguidas en la distancia por la monja toledana. La pretensión de formar parte de una futura fundación anima a sor María de Jesús, que salía de Toledo para Eibar (Vizcaya). El padre Agustín Antolínez, provincial agustino de la provincia de Castilla y futuro arzobispo de Santiago de Compostela había elegido a la religiosa junto a su compañera en Toledo, Constanza de San Pablo —Constanza de Ribera en el siglo—, y otras dos agustinas del monasterio de Ciudad Rodrigo, de las cuales destaca Mariana de San José —Mariana de Manzanedo— para marchar al norte peninsular en 1601. Reunidas las cuatro con una seglar y una profesa en el convento de Santa María de Gracia de Ávila, se sumó al grupo una religiosa de velo blanco. Las siete llegaban a Eibar acompañadas del confesor, fray Cristóbal de Pineda, de fray Pedro Salmerón, vicario del monasterio de Santa María de Gracia y, por último, del prior fray Miguel de Sedeño, prior de Durango. El grupo entraba en la localidad vizcaína el 7 de mayo de 1603.
María era elegida subpriora en el monasterio de la Purísima Concepción, San Cosme y San Damián fundado el 14 de mayo de 1603. El 23 de mayo de 1604 hacía su profesión recoleta como el resto de sus compañeras; al mismo tiempo es electa como priora debido a la marcha de la madre Mariana de San José, que sale de allí para una nueva fundación en Valladolid.
Aun ocupando el oficio, sor María de Jesús pudo escribir unas Confesiones y Soliloquios, obras que conserva la comunidad. Priora durante un trienio, se encarga de las compras para la ampliación del monasterio y las obras de la nueva iglesia, iniciadas el 4 de agosto de 1604. Terminado el trienio, vuelve a ejercer el oficio, pero le faltó salud para completar su labor, por lo que abandonó el priorato para fallecer poco después, el 9 de diciembre de 1611, en el monasterio de agustinas recoletas de Eibar.
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Laura Canabal Rodríguez
