Flores, Pedro de. España, 1544 – Cartago (Costa Rica), 1621. Conquistador, fundador y encomendero.
Nació en España en 1544, en localidad desconocida, y murió en Cartago, Costa Rica, en 1621. Hombre de vida dura y trágica, llegó a Costa Rica hacia el año 1588 y fue con Juan Cabral en 1590 a una expedición por la costa norte y en 1605 con Diego de Sojo a la conquista de Talamanca; aunque anteriormente, por encargo del gobernador Juan de Oconitrillo, había conquistado la isla de Cebaco, cuyos indígenas se caracterizaban por su bravura y coraje, que los había convertido en una mortificación y peligro constante para las huestes españolas en el camino hacia Panamá, por sus asaltos y actos de pillaje. Para lograr el sometimiento de estos indígenas, el capitán Flores tuvo que enfrentar no sólo la resistencia encarnizada del indígena, sino también los obstáculos de la naturaleza, con la presencia de anchos ríos, brazos de mar y caminos, verdaderamente infernales.
Precisamente, estas acciones le valieron un reconocido prestigio entre los habitantes de Cartago, por lo que fue nombrado segundo jefe en la expedición de Diego Sojo. Después de someter pacíficamente a los indígenas del valle del Duy y altos de Viceita, Pedro Flores recorrió el río Tarire hasta su desembocadura y parte de la costa. El 10 de octubre de 1605 se fundó la ciudad de Santiago de Talamanca, donde ejerció el cargo de primer alcalde ordinario; fue tal su entusiasmo que, una vez reelegido para el cargo y nombrado fiscal del Santo Oficio, decidió trasladar a Talamanca toda su hacienda y a su esposa, Isabel Juárez, quien a su vez era encomendera del pueblo de Usabarú, cercano a Santiago.
Sin embargo, aquélla no fue una acertada decisión.
Lamentablemente, Diego de Sojo había desatado sangrientas correrías contra los pueblos cabécares, que el 29 de julio de 1610 se levantaron contra el español, incendiando toda la región en una cruenta venganza.
Así, mientras algunos grupos permanecían cercanos a Diego de Sojo, otro se dirigió a Talamanca la madrugada de aquel día; para desgracia de Pedro Flores, que estaba en Santiago, su encomienda de Usabarú estaba ubicada en el camino a la ciudad. Ahí estaban solas su esposa y tres hijas, acompañadas de otras dos personas que, al darse cuenta de la presencia de los sublevados, dieron la voz de alerta. Lamentablemente, fue tarde. Isabel Juárez y las hijas de Pedro Flores murieron en aquel asalto en que, además, incendiaron la casa y otros ranchos. Los cabécares sitiaron, posteriormente, la ciudad de Santiago de Talamanca, obligando a los españoles a huir hacia un castillo construido por Alonso de Bonilla y del cual fueron rescatados por una tropa enviada por Juan de Oconitrillo, a pedido del propio Flores.
Después de aquel desastre, Santiago fue despoblado y Pedro Flores regresó en 1610 a Cartago, “vencido por el destino, sin hogar, sin hacienda, sin familia”.
Sus últimos años transcurrieron sumidos en total pobreza y mendicidad, a tal extremo que un testimonio de la época señala: “[...] y por esta causa ha quedado el dicho capitán muy pobre y padece extrema necesidad, que se sustenta, porque vive en casa ajena y come de lo que le dan [...]”. Murió, en esas condiciones, en el año 1621.
Bibl.: M. J. Jiménez, Noticias de Antaño, t. II, San José, Imprenta Nacional, 1949, págs. 109-118; C. Meléndez Chaverri, Conquistadores y Pobladores, San José, Euned, 1982, págs. 218-219.
Óscar Aguilar Bulgarelli
