Leoz (Ramírez de Asiaín) y Echalaz, Francisco. Navarra, ú. t. s. xvi – ?, 1757. Consejero del Consejo Real de Navarra.
En realidad, su nombre fue Francisco de Leoz Ramírez de Asiaín y Echalaz, pero siempre firmó como Francisco de Leoz y Echalaz. Era hijo de Francisco de Leoz y Echalaz y de Inés Ramírez de Asiaín. Estuvo casado con María Catalina de Azcona y Carrillo, con quien tuvo un hijo, Francisco Joaquín, que llegó a oidor de la Cámara de Comptos. Era, asimismo, sobrino nieto del I marqués de Zabalegui, Francisco Juániz de Echalaz.
Estudió la carrera de Leyes en la Universidad de Salamanca, donde obtuvo el grado de licenciado. Más tarde fue catedrático de Clementinas en la misma Universidad. Desde su cátedra salmantina fue promovido a la Fiscalía de la Audiencia de Sevilla. Y mientras ejercía ese cargo recibió, el 11 de mayo de 1724, el título que le acreditaba como nuevo oidor del Consejo Real de Navarra, ocupando la plaza que había quedado vacante por muerte de Sebastián Pérez Tafalla.
El 30 de enero de 1732 recibió una Real Cédula comisionándole para asistir a las pruebas de la causa de Gabriel Elizondo contra Diego Olagüe por impugnar el primero la legítima filiación del segundo.
Fue consultor de las Cortes celebradas en Tudela el año 1744. Se conserva una orden del virrey para que se le paguen 400 ducados por ello. Fue también uno de los siete miembros de la Junta de Pamplona para conocer en las apelaciones que interrogaba el juez conservador de la renta del tabaco en las causas de fraudes.
El 14 de septiembre de 1755 se le jubiló de su plaza de consejero por una Real Cédula expedida por Fernando VI. De todas formas, este documento dejaba a su arbitrio la asistencia o no a los diversos actos que como consejero le correspondían, por lo que, de hecho, no se le apartaba de sus funciones como consejero.
Esta jubilación tan curiosa se mantuvo hasta su muerte en 1757 y no se nombró un nuevo oidor para sustituirle en el Consejo hasta después de su óbito. El 15 de marzo de 1757 se expidió el título para su sucesor, que fue Francisco Iruñela. Francisco de Leoz mantuvo la pretensión de asiento en Cortes para él y sus descendientes por los palacios de Echarren y Soracoiz, que eran propiedad de su esposa.
Pero cuando llegó la Real Cédula (fecha de 4 de octubre de 1757) en la que se accedía por fin a esa gracia de asiento, Leoz acababa de morir, por lo que le sucedió en el asiento recién conquistado su hijo Francisco Joaquín.
El linaje de los Leoz proviene de la villa del mismo nombre en la merindad de Olite, partido judicial de Tafalla. Este linaje se extendió después a la ciudad de Estella y a las villas de Obanos y Muruzábal. Francisco provenía de la rama familiar de Muruzábal.
El escudo primitivo de la familia era: de oro, con una banda azur. Pero en el expediente de pruebas de nobleza de su padre ya aparece el siguiente: de gules con una banda de sinople con perfiles de sable, que será el definitivo del linaje.
El palacio de Echarren, por el que consiguió Francisco asiento en Cortes, está en la Val de Mañeru y consta como de cabo de armería en la nómina del reino. Poseía, además, capilla y enterramiento en la iglesia de Echarren y tenían sus moradores asiento reservado en las ceremonias y antelación en el ofertorio.
El palacio de Muruzábal pertenecía a los Juániz de Echalaz. Su actual fábrica es de 1691, cuando Francisco Juániz de Echalaz fue creado marqués de Zabalegui.
Desde 1407 el mariscal de Navarra se titulaba vizconde de Muruzábal.
Fuentes: Archivo General de Navarra, Archivo del Reino, Protonotaría, lib. 5; Mercedes reales, lib. 35, fol. 545v.; lib. 38, fol. 158; lib. 39, Gayarre, fols. 297v. y 337; Archivo Secreto, título 26, fajo 1, n.º 77; Archivo Histórico Nacional, Consejos, lib. 537, fol. 327.
José María Sesé Alegre