Rodríguez de Bureba, Gonzalo. Castilla, c. 1138 – ?, 1203. Noble, alférez y mayordomo regio.
Noble castellano, hijo del conde Rodrigo Gómez y de su esposa Elvira Ramírez. Era aún menor de edad cuando falleció su padre, juventud que no le impidió sucederlo en la tenencia de Bureba, que ya había ostentado en 1147 bajo la tutela paterna. Fue precisamente en este año cuando murió el conde Rodrigo y su viuda se hizo cargo del asesoramiento del infante, que mantuvo el control de esta comarca. Por eso no sorprende que intervenga junto a su madre en algunos documentos regios, al menos hasta que accedió a la mayoría de edad. Poco después, entre 1152 y 1155, fue nombrado alférez de Sancho III, coronado rey de Castilla en vida de Alfonso VII. Iniciaba así su intervención en la Corte, que se vio continuada en 1157 con el desempeño de la mayordomía regia.
Al fallecer el Emperador, Castilla se vio sumida en una década de inestabilidad política, marcada por la minoría de edad de Alfonso VIII (1158-1169) y la tutoría ejercida por Manrique y Nuño Pérez de Lara.
Gonzalo no fue ajeno a estos acontecimientos, apoyando a los regentes o, cuanto menos, permaneciendo junto al Monarca. En premio a su fidelidad, el Soberano le otorgó en 1173 la dignidad condal y, poco después, amplió sus ocupaciones gubernativas con las tenencias de Saldaña y la mitad de Carrión. Sin embargo, en 1178 se enemistó con Alfonso VIII y marchó al vecino reino leonés, donde Fernando II lo acogió, lo incluyó en sus privilegios y le otorgó temporalmente el gobierno de Asturias. Quizás se enojó por la pérdida de su tenencia burebana, pues consta en manos de otros nobles entre 1177 y 1180, año, este último, en el que regresó a la Corte castellana.
El conde no debió de aceptar el fulgurante auge de Diego López de Haro II, quien había ostentado la Bureba en 1179 y la volvió a recibir en 1185, aunque en esta ocasión Gonzalo permaneció en Castilla. Es posible que no se hallara capacitado para desempeñar este oficio, pues a partir de esta fecha deja de confirmar en los privilegios alfonsíes. No obstante, contrariamente a lo que se ha supuesto, el conde Gonzalo Rodríguez de Bureba —así se autodenomina en más de una ocasión— no falleció entonces. A partir de esta fecha parece que se dedicó a la gestión de su patrimonio, muy extendido por las comarcas orientales de Castilla Vieja; su última referencia data de 1203.
No se conoce el nombre de su esposa, aunque se sabe que tenía una hija, Elvira González. Sin embargo, las referencias documentales parecen indicar que no lo sobrevivió, como tampoco su sobrino Rodrigo Sánchez, de quien heredó algunas propiedades.
De hecho, las fuentes indican que, ante la falta de herederos, el conde se deshizo paulatinamente de su patrimonio en beneficio de instituciones religiosas castellanas, principalmente el Monasterio de San Salvador de Oña. Respecto al conde Gómez González, algunos autores lo han querido identificar con un hijo de este magnate, aunque la documentación evidencia la incongruencia de tal afirmación.
Bibl.: R. Menéndez Pidal (ed.), Primera Crónica General de España, Madrid, Gredos, 1955; J. González González, El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, Escuela de Estudios Medievales, 1960; S. Barton, The aristocracy in twelfth-century León and Castile, Cambridge University Press, 1997; A. Sánchez de Mora, “Aproximación al estudio de la nobleza castellana: Los llamados Salvadórez-Manzanedo y sus relaciones con el linaje de Lara (ss. XI-XIII)”, en Medievalismo, 8 (1998), págs. 35-64; M. Torres Sevilla-Quiñones de León, Linajes nobiliarios en León y Castilla (siglos ix al xiii), Salamanca, Juan de Castilla y León, 1999; A. Sánchez de Mora, La nobleza castellana en la Plena Edad Media: El linaje de Lara, tesis doctoral, Sevilla, Universidad, 2006.
Antonio Sánchez de Mora