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José Bernardino Servín

Biografía

Servín, José Bernardino. Asunción (Paraguay), 1643 – 1704. Obispo, “primer doctor paraguayo”.

El 15 enero del mismo año fue bautizado por fray Bernardino Cárdenas. Hijo del maestre de campo general José Servín, perteneciente a una de las familias de condición noble y de largos y valiosos servicios en el Paraguay. Realizó sus estudios primarios en Asunción, a la edad de quince años, fue llevado por su padre a Córdoba del Tucumán para proseguir sus estudios iniciados en Asunción. Estudio y se alojó en el Convento de San Francisco de la Universidad del Córdoba matriculándose. El obispo de la diócesis daba fe y certificación de su dedicación del estudio y a las buenas costumbres que lo distinguía. José Bernardino Servín se graduó en “maestro de artes”, se ordenó de sacerdote en 1666 y obtuvo el título de doctor en Teología en el año 1688. Se dispuso a prestar servicio en Asunción, se opuso con éxito al curato de indios de San Lorenzo de Altos. Varias veces ocupó la diócesis con sede vacante y sin proveerse las dignidades y prebendas del Cabildo de la catedral y quedando tan distante Chuquísaca asiento metropolitano del Clero, se reunieron para designar un “provisor y vicario general” en el Paraguay, recayendo en la persona de José Bernardino Servín.

El doctor Servín no se encontraba en la ciudad cuando fue designado, estaba en su curato y al regresar se resistió en asumir, mas sus pares le hicieron comprender la necesidad eclesiástica por lo que se dispuso a ejercer su ministerio. Se logró la aprobación de su elección por el arzobispo de Charcas, el doctor Melchor Liñán Cineros quien le designó con el título de “gobernador episcopal” rubricando el fray Faustino de Casas, nuevo obispo electo del Paraguay quien arribaba a estas tierras. Ya en posesión de su cargo dicho prelado mantuvo a Servín como provisor y vicario general, funciones a las que éste debió renunciar en 1676, al ser distinguido con la dignidad de deán del Cabildo eclesiástico. A comienzo de ese mismo año y en ocasión de la gran invasión portuguesa a los pueblos de indios de la zona de la Villa Rica del Espíritu Santo, el cabildo-gobernador de Asunción había movilizado todos los recursos de la provincia y enviado una gran expedición militar para ahuyentar al enemigo. Como resultado de ello, la ciudad quedó desamparada y bajo la amenaza de los indios del Chaco: en estas circunstancias el Dr.

Servín, con el concurso del Cabildo de la catedral, dispuso entonces que todos los clérigos y religiosos físicamente aptos participaran de las guardias y demás funciones militares.

Durante su gestión en el gobierno episcopal, había practicado personalmente la visita de los pueblos de indios y valles habitados de su jurisdicción, y había ofrecido hacer dejación de su importante empleo para tomar a su cargo el lejano curato de San José de Caazapa.

En 1678, recomendaba al Rey que se facilitase la venida de mayor numero de religiosos de la Compañía de Jesús, para la conversión de los infieles y años después, era comisionado por el obispo Casas para resolver sobre el terreno la mejor manera de asegurar la permanencia de la nueva reducción de Itapé, en trance de asentarse unas leguas al Sur del definitivo emplazamiento de la Villa Rica del Espíritu Santo.

Al fallecer el benemérito fray Faustino de Casas el 2 de agosto de 1686, el Cabildo eclesiástico nombra como “previsor y vicario general” al doctor Servín, encomendándole una vez más el gobierno de la diócesis en Paraguay.

El doctor Servín fue comisario del Santo Oficio de Inquisición, por breve tiempo, ejerció igual cargo en la Santa Cruzada, aunque en ésta lo sustituyó pronto el canónigo Juan Caballero Irrazabal. En sus treinta y cinco años de actuación eclesiástica, se ganó el doctor Servín el aplauso y la adhesión de connotados vecinos y funcionarios. Fray Faustino de Casas le reconocía “muy lucidas prendas en lo escolástico y expositivo”, así como también “modestia, honestidad de costumbres y vida ajustada a la estimación y dignidad en que se halla”. Y al recomendarlo al Rey, expresaba que “creo desempeñara las obligaciones de otro mayor puesto, con toda rectitud y acierto”. En 1696, se vio envuelto en controversia con el gobernador Sebastián Félix de Mendiola, por el apoyo que frente a ésta había presentado al maestre de campo Pedro Domínguez de Ovelar y al capitán Francisco Gómez Rabanal, familiares ambos del Santo Oficio.

Y tres años más tarde, otro gobernador, Juan Rodríguez Cota, se quejaba del natural sedicioso del mismo Domínguez de Ovelar y del capitán Antonio de Gamarra y Mendoza, también familiar del Santo Oficio, los cuales, protegidos y avalados por el doctor Servín, alteraban la paz pública e inquietaban al gobierno. Falleció con disposición testamentaria en 1704 en Asunción.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Nacional de Asunción, vol. 184 N.E. f. 114; vol. 18 y 291; vol. 128 N.E; vol. 162 N.E. 24-1661.

R. A. Molina, Hernandarias, el Hijo de la Tierra, Buenos Aires, Editorial Lancestremere, 1948; E. Cardozo, “Orígenes de la Enseñanza superior en la Colonia”, en Historia Paraguaya, 2 (1957); R. E. Velásquez, La educación Paraguaya en el siglo xvii”, en Historia Paraguaya (1963-1965); “José Bernardino Servín. Primer Doctor Paraguayo”, en Dimensión (Asunción) (1965); V. Ayala Queirolo, Historia de la Cultura en el Paraguay, Asunción, Ed. Zamphiropolos, 1966; O. M. de Kostianovsky, La instrucción pública de la época colonial, Asunción, Nizza, 1967; Figuras ilustres de la Colonia, Asunción, ABC, 28 de mayo de 1972; M. de Kostianovsky, La instrucción pública de la época colonial, Asunción, 1967; “Figuras ilustres de la Colonia”, en ABC Cultural (Asunción), 28 de mayo de 1972; La Ilustre Universidad de Córdoba y su influencia durante el Régimen Colonial”, en ABC Cultural (Asunción), 4 de mayo de 1973; E. Cardozo, Breve Historia del Paraguay, Asunción, El lector, 1994.

 

Olinda Massare de Kostianovsky