Sánchez de Asiaín, Miguel. Navarra, f. s. xiii – Pamplona (Navarra), I.1364. Obispo de Pamplona.
Miembro de una modesta familia nobiliaria oriunda de la Cuenca de Pamplona, protagonizó junto con sus hermanos, los ricohombres Ramiro Sánchez de Asiaín y Fernando Gil de Asiaín, la ascensión definitiva del linaje. Su carrera eclesiástica pudo fraguarse a la sombra de Jimeno García de Asiaín, probable pariente suyo, canónigo y arcediano de la cámara, que fue elegido obispo en 1317 y murió repentinamente a finales de ese año.
La trayectoria de Miguel Sánchez de Asiaín en la curia episcopal comenzó de forma comprometida, pues en 1309, su elección como canónigo junto a otros once aspirantes fue discutida por dos arcedianos. Disfrutó de la prebenda siempre bajo el episcopado de prelados franceses, llamados a desempeñar su tarea en correcta sintonía con las dinastías regias de origen ultrapirenaico.
Especialmente difícil fue su relación con el prelado Arnalt de Barbazán. El 3 de abril de 1321, aprovechando la formulación de una denuncia contra el canónigo, el obispo intervino de manera ilegal en el proceso e incluso le preparó una fallida emboscada. Acusado de contumaz y excomulgado, Miguel Sánchez de Asiaín apeló al metropolitano de Zaragoza. Eximido de cualquier responsabilidad en el asunto, el 21 de octubre de 1323 obtuvo la dignidad de arcediano de la Tabla mediante prácticas simoníacas, según confesó arrepentido él mismo tiempo después. Su fuerte personalidad y ambición personal le enfrentaron en varias ocasiones con el propio Cabildo catedralicio, siempre por cuestión de las rentas y beneficios.
Obligado por sus compromisos de linaje, se vio envuelto en las pugnas nobiliarias con los García de Yániz, un linaje rival entregado igualmente al ascenso social. De hecho, en 1339 acompañó a su hermano, el ricohombre Ramiro Sánchez de Asiaín, en la firma de treguas con sus adversarios. No hay que olvidar que antiguos enemigos de su familia habían colaborado con el prelado pamplonés en la frustrada emboscada de 1321.
El largo episcopado de Arnalt de Barbazán dejó a Miguel Sánchez de Asiaín perfectamente situado para consumar su definitivo encumbramiento eclesiástico. Llegado el momento del recambio, la propia Monarquía, deseosa de una mejor relación con la Iglesia navarra, movilizó sus contactos diplomáticos con el propósito de influir en la designación episcopal. En 1357, dos años después de la muerte de Arnalt de Barbazán y tras el paso fugaz de Pedro de Monteruc por la mitra pamplonesa, el Cabildo designó obispo a Miguel Sánchez de Asiaín, elección confirmada por el arzobispo de Zaragoza el 3 de junio. Durante su prelatura mejoró la organización de la diócesis, como demuestran los sínodos celebrados en 1357 y 1360, este último célebre por la aprobación de varias constituciones, una de ellas sobre diezmos. Con una intención fiscal muy clara encargó en 1363 la elaboración de una estadística del clero diocesano y de un Libro del Rediezmo.
Conocido colaborador de la Corona, sus relaciones fueron cordiales en un primer momento, pero se vieron empañadas por las enérgicas decisiones de un Carlos II recién llegado de sus dominios franceses, y carente de fondos para financiar su vertiginosa política exterior. En 1362, siguiendo el ejemplo paterno, el Monarca esgrimió el desfasado precepto foral que obligaba al obispo a prestar ayuda militar para sus campañas bélicas, esta vez contra Aragón. La negativa de Miguel Sánchez de Asiaín ante tamaña exigencia le costó la confiscación de sus temporalidades, que recuperó en 1363 previo pago de una composición de 6000 florines.
Miguel Sánchez de Asiaín falleció en enero de 1364. Sus restos reposan en el claustro de la Catedral de Pamplona, en un sepulcro de traza gótica decorado con pinturas murales. Con sus bienes muebles se repitió el mismo conflicto ocurrido tras la muerte de Arnalt de Barbazán, pues Carlos II hizo caso omiso del derecho de espolio y se incautó de ellos. En su último testamento instituyó varias capellanías y aniversarios por su alma, para el sufragio de la cual donó a la Catedral un palacio y otros bienes en Acella. El Cabildo se enfrentó judicialmente a su hermano Fernando Gil de Asiaín, que se había apoderado de ellos, pero finalmente quedaron en manos de la Catedral. Otro Fernando Gil de Asiaín, familiar suyo, fue canónigo y arcediano de Eguiarte.
Bibl.: J. Goñi Gaztambide, “El derecho de espolio en Pamplona en el siglo xiv”, en Hispania Sacra, 11 (1958), págs. 161- 162; Historia de los obispos de Pamplona, (siglos xiv-xv), Pamplona, Eunsa, 1979, págs. 154-163 y 210-228; S. Herreros Lopetegui, “Miguel Sánchez de Asiáin”, en Gran Enciclopedia Navarra, vol. VII, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1990, pág. 330; E. Ramírez Vaquero y M. J. Ibiricu Díaz, “Asiaín, linaje”, en Gran Enciclopedia Navarra, vol. II, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1990, pág. 137; B. Leroy, “Les prélats de Pampelune proches des rois Carles II et Charles III de Navarre (vers 1360-1420)”, en Les prélats, l’Église et la société, xie-xve siècle, hommage à Bernard Guillemain, Burdeos, Université Michel de Montaigne, 1994, pág. 299; J. Goñi Gaztambide, “Episcopado y cabildo”, en La Catedral de Pamplona, vol. I, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1994, pág. 39; F. Segura Urra, ‘Fazer justicia’. Fuero, poder público y delito en Navarra (siglos xiii-xiv), Pamplona, Gobierno de Navarra, 2005, págs. 176, 261-262 y 325.
Félix Segura Urra
