Laguarda y Fenollera, Juan José. Valencia, 22.IV.1866 – Barcelona, 4.XII.1913. Eclesiástico, obispo, canónigo.
De familia modesta, realizó sus estudios primarios y secundarios en el seminario diocesano de Almería, en el instituto de enseñanza media de Valencia y en el célebre colegio de Santo Tomás de Villanueva de la misma ciudad, licenciándose en Derecho y doctorándose en Sagrada Teología y en Sagrados Cánones.
Antes de la llegada a Valencia del arzobispo Ciriaco Sancha, quien le consideraría desde su pontificado valentino uno de sus más cercanos y estimados colaboradores, su experiencia ministerial y pastoral se mostró muy acendrada, no obstante su juventud: coadjutor, profesor del seminario diocesano, familiar del prelado, canónigo mayordomo, fiscal eclesiástico...
Provisor y vicario general de la sede primada a partir del traslado a ella de Sancha y Hervás y obispo auxiliar de éste como prelado titular de Tiziopoli (19 de junio de 1899), el 9 de junio de 1902 fue designado para regir la mitra de La Seo de Urgel, dentro de la línea tradicional en el régimen de Sagunto de enviar a Cataluña obispos oriundos de Valencia.
Como uno de los prelados más jóvenes de la historia de la jerarquía española contemporánea, su labor al frente de dicha mitra se caracterizó por el dinamismo, bien que sus esquemas pastorales estuvieran implementados más en función de una temática urbana que rural. En todo caso, su rápida marcha —9 de diciembre de 1906— a la sede jiennense impediría la recogida del fruto de sus afanes. Aunque su promoción a la mitra del “Santo Reyno” obedeciera probablemente al deseo de la nunciatura y de su mismo protector de fortalecer su cursus honorum cara a un arzobispado, su breve pontificado en tierras andaluzas tampoco supuso un campo de significativa experiencia pastoral, pese a la viva simpatía que logró despertar entre sus fieles por su incesable trabajo.
Como fue espectáculo cotidiano en la trayectoria del episcopado de la época, las urgencias volvieron a imponerse y, antes de poder entrojar el resultado de su esfuerzo jiennense, se vio enviado a Barcelona para cubrir, con un valor sustantivo y una figura en alza, el hueco dejado en la Ciudad Condal por el insigne cardenal Casañas i Pagés. En la capital del Principado, el núcleo de su gobierno giró en torno a una respuesta eficaz a la tenebrante situación dejada al descubierto por la Semana Trágica. Llegado a Barcelona inmediatamente después de dichos sucesos, su primera pastoral —“Lágrimas y enseñanzas”, octubre de 1909— encierra, dentro del hieratismo de la jerarquía eclesiástica de la época, un diagnóstico más certero y realista de lo afirmado apodícticamente por una historiografía radical.
Bibl.: J. Benet, Maragall y la Semana Trágica, Barcelona, Ediciones Península, 1966; J. M. Cuenca Toribio, Sociología del Episcopado Español e Hispanoamericano (1789-1985), Madrid, Ediciones Pegaso, 1986; Catolicismo social y político en la España contemporánea (1870-2000), Madrid, Unión Editorial, 2003; Estudios sobre el catolicismo español contemporáneo, IV, Córdoba, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 2005.
José Manuel Cuenca Toribio