Guillamet y Coma, Ramón. Olot (Gerona), 23.III.1856 – Barcelona, 14.IV.1926. Eclesiástico, canónigo, obispo.
Ingresó a los nueve años en el seminario conciliar gerundense, donde estudiaría tres cursos de Latinidad, dos de Retórica y Poética, tres de Filosofía y siete de Teología, en junio de 1873 recibió el bachillerato en Artes en el instituto de enseñanza media de Figueras.
Licenciado y doctor en Teología por el seminario central de Valencia en 1882, un año más tarde —junio de 1883— obtendría por la Universidad de Barcelona la licenciatura en Derecho Civil y Canónico. En agosto del mismo año, el prelado de Gerona Sivilla y Gener lenombró su secretario particular y de visita. Canónigo doctoral de la sede tarraconense en 1885, sería el primer decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Tarragona. En los muchos cargos y funciones que desempeñara como colaborador dilecto del arzobispo Costa y Fornaguera, descubriría un alto sentido del deber y una escrupulosa conciencia ministerial, así como una amplia cultura en las disciplinas eclesiásticas. Designado pastor de la mitra legionense el 8 de enero de 1909, el cuatrienio en que estuvo a su frente fue fructífero por lo acertado de sus medidas y el trabajo que desplegó de modo incansable. El 18 de julio de 1913 fue consagrado obispo de Córdoba, silla en que revalidó sus dotes organizadoras y apostólicas a través de una de las tareas más descollantes registradas por su episcopologio, ratificando una vez más su ejemplo la indiscutible superioridad, en términos globales, de los obispos de oriundez catalana en las filas de la jerarquía hispana contemporánea. Toda la diócesis experimentó una completa renovación en su corto pontificado, desde la liturgia hasta el seminario, sin olvidar aspectos como los polifónicos. El 16 de febrero de 1920 fue trasladado a la sede barcelonesa, la más remecida por aquel entonces por los conflictos sociales, a los que siempre había prestado particular atención, aunque en un contexto más rural y menos complejo. Muy prudente y alejado de la política, pretendió lubrificar las numerosas tensiones de su última mitra, acrecidas con la implantación de Primo de Rivera. Desbordado y cansado y siempre bienquisto de la Santa Sede, en 1925 se le nombraría un obispo coadjutor, J. Miralles i Sbert, quien sería su sucesor.
Bibl.: J. M. Cuenca Toribio, Pueblos y gentes de Córdoba, Córdoba, Caja Provincial de Ahorros, 1989; M. Nieto Cumplido (coord.), Historia de las diócesis españolas, VIII.
Iglesias de Córdoba y Jaén, Madrid-Córdoba, Biblioteca de Autores Cristianos-Cajasur, 2003; J. M. Cuenca Toribio, Figuras y semblanzas cordobesas, Córdoba, Real Academia de Córdoba, 2004.
José Manuel Cuenca Toribio
