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Jerónimo de Feloaga y Ozcoidi

Biografía

Feloaga y Ozcoidi, Jerónimo de. Pamplona (Navarra), p. t. s. xvii – VIII.1667. Procurador de Pamplona, diputado del reino de Navarra, alcalde de la Real Corte Mayor de Navarra y consejero del Consejo Real de Navarra.

Vástago de una familia que descendía de palacios y casas solariegas del valle de Oyarzun, cerca de San Sebastián. Su linaje se distinguió por sus servicios militares a los Monarcas en las confrontaciones con Francia.

Primogénito de Francisco de Feloaga Irigoyen y de Catalina Ozcoidi, nació en Pamplona como el resto de sus hermanos.

Antes de entrar en la Administración, realizó una importante labor como procurador de Pamplona en Cortes Generales, a las que asistió en 1644, y donde fue nombrado diputado para defender los asuntos del reino y reclamar los contrafueros que pudieran producirse.

Al año siguiente, en 1645, realizó el padrón de vecinos y moradores de los pueblos de la merindad de Tudela, en virtud de una comisión otorgada por el virrey, en su calidad de diputado del reino.

Fue alcalde de la Corte Mayor, de lo que recibió nombramiento el 30 de junio de 1647, en sustitución de Martín Martínez Daoíz, ascendido a consejero.

Permaneció, sin embargo, poco tiempo en el puesto, ya que el 6 de marzo de 1651 fue nombrado oidor del Consejo Real de Navarra. También ocupó la vacante de Martínez Daoíz, que acababa de fallecer. Su plaza de alcalde se proveyó en Pedro de Munilla.

Apenas dos años después de su ascenso a consejero, se produjo un serio altercado en los patios del Consejo entre los relatores y los licenciados Legasa y Montero, y Jerónimo de Feloaga fue comisionado en diciembre de 1653 para informar sobre lo ocurrido.

Quizá debido a que había sido miembro activo de las Cortes en el pasado, en la primera reunión del reino que se convocó tras su ascenso al Consejo Real, fue elegido para transmitir una petición urgente del Monarca: que el reino sirviera con quinientos hombres en la guerra de Cataluña durante tres meses. Esta súplica, fechada en septiembre de 1652, se convirtió en enero de 1654 en la solicitud de mil soldados debido a que la situación se había agravado considerablemente.

Durante esas mismas Cortes, el reino solicitó su mediación para resolver los problemas surgidos en la Universidad de Alcalá de Henares (que no admitía que el rector pudiera ser un navarro, debido a que a las gentes de tal procedencia se les consideraba extranjeros), ya que Jerónimo de Feloaga mantenía correspondencia —y amistad— con Agustín del Yerro, miembro del Consejo Real de Castilla.

La petición de tropas navarras para la guerra de Cataluña se reiteró en las Cortes convocadas en 1662, y el encargado de comunicarlo a la asamblea fue nuevamente Jerónimo de Feloaga, que entró en la sala el 27 de marzo. Unos meses después, el 21 de mayo, su comparecencia en las Cortes fue para agradecer al reino el servicio concedido por éste de quinientos cuarenta hombres durante cuatro meses para luchar en la guerra de Portugal. Con tal ocasión solicitó también que transcurrido ese tiempo no se licenciase a las tropas, sino que siguiera el ejército en pie, a costa del Monarca.

No toda su labor en el Consejo estuvo, sin embargo, relacionada con levas y milicia, y así, por ejemplo, en 1664 se ocupó de supervisar que no hubiera abusos y se cumpliera lo dispuesto por un auto acordado del Consejo en el que se especificó la tasa para las corridas de San Fermín de ese año en cuatro ducados cada balcón, dos cada ventana baja y doce reales las altas de la plaza del Castillo.

Ese mismo año, posiblemente, obtenía una de las gracias más ansiadas por los navarros: el derecho de asiento en Cortes por el brazo militar de los Caballeros, solicitada en virtud de sus servicios y los de su familia, algo que, analizada su trayectoria anterior, sin duda debió llenarle de satisfacción y orgullo. La Diputación del reino aprobó esta concesión y ponderó las virtudes y méritos de Feloaga.

Tras más de dieciséis años de servicio en el Consejo, murió en agosto de 1667 y se nombró para sustituirle a Martín José de Badarán, el 26 de agosto de ese año.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Navarra, Mercedes Reales, lib. 27, fols. 146r., 361r. y 363v.; lib. 29, fol. 227r.; Cortes, leg. 20, carpeta 144; Diputación, leg. 1, carpeta 43; Estadística, leg. 19, carpeta 1; Actas de Cortes, t. III, fols. 158v., 196v., 261v., 305r. y 346v.; Actas de Diputación, lib. 4, fols. 222v., 254r.-254v. y 274r.-274v.; Archivo Secreto, tít. 16, fajo 1, n.º 4; tít. 28, fajo 1, n.º 16; secc. Tribunales Reales, subsecc. Tercera, Libros de Gobierno y Administración, Consultas al Rey, lib. 4, fol. 17r.

J. Fayard, Los miembros del Consejo de Castilla (1621-1746), Madrid, Siglo XXI, 1982, págs. 208, 243 y 244; M.ª D . Martínez Arce, Pamplona en el Corazón. Recuerdos de algunos personajes ilustres de los siglos xvi, xvii y xviii, Pamplona, Ayuntamiento, 1996, págs. 21-28; M.ª D. Martínez Arce, Aproximación a la Justicia en Navarra durante la Edad Moderna. Jueces del Consejo Real en el siglo xvii, Pamplona, Fecit, 2005, págs. 28, 121, 129, 142-144, 167, 172, 191, 195, 202, 203, 205, 206, 244 y 251.

 

María Dolores Martínez Arce

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