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Juan de Villalonga y Escalada

Biografía

Villalonga y Escalada, Juan de. Marqués del Maestrazgo (I). Palma de Mallorca (Islas Baleares), 14.I.1794 – Madrid, 20.III.1880. Teniente general, caballero Gran Cruz de San Fernando.

Era hijo de Francisco de Villalonga y de Juana Escalada. Ingresó en 1808 como cadete en el Regimiento de Infantería de Mallorca, en el que fue promovido al empleo de subteniente en 1811. En 1812 se trasladó a la Península, interviniendo contra los franceses en las acciones de Castalla, Tibi y Cocentaina, y en la defensa de Alcoy, pasando más tarde a combatir en Cataluña, siendo en ese mismo año ascendido a teniente. En 1815, ya con el empleo de capitán, ingresó como alférez en el Regimiento de Reales Guardias Walonas, a partir de 1818 convertido en 2.º Regimiento de Reales Guardias Españolas. Entre 1815 y 1822 permaneció de guarnición en Madrid, y cuando tuvo lugar el pronunciamiento del 7 de julio de 1822 entró a formar parte del batallón llamado de Leales, constituido por los restos de la antigua Guardia.

En 1823 pasó a Palma de Mallorca con licencia indefinida y dos años después tuvo que emigrar a Francia por causas políticas, regresando a España en 1828.

No terminaron entonces sus penalidades, pues en 1832 fue acusado en Palma de “exaltadísimo y francmasón”, viéndose obligado a huir una vez más a Francia. Al año siguiente, una vez concedida la amnistía general, no quiso acogerse a ella y solicitó continuase la causa que se le había formado y de la que terminó saliendo inocente.

En febrero de 1833 obtuvo el ascenso a capitán de la Guardia Real de Infantería, partiendo enseguida hacia Burgos a combatir a las partidas carlistas. Más tarde pasó a Vascongadas, luchando en la provincia de Vizcaya en Marquina y Arrieta, combatiendo el 21 de diciembre en Guernica y el 16 y 17 de febrero del año siguiente en las alturas de dicha población, donde se batió heroicamente, arrebatando a los carlistas muchos caballos y efectos, y hasta las mismas cacerolas donde estaban preparando la comida; habiendo sido reforzados los carlistas el día 19, subiendo su número a siete mil, les atacó con tan sólo mil setecientos hombres, sin casi municiones, derrotando a su vanguardia y desalojándola de las posiciones que ocupaba, no obstante haber sido herido gravemente. Por todo ello recibió la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase, Laureada, que le sería concedida por real orden de 29 de julio de 1834.

En 1835 fue ascendido a segundo comandante de la Guardia Real y, después de combatir en la provincia de Guadalajara al mando de una columna, al año siguiente solicitó el retiro para Palma de Mallorca. En 1838 se le ordenó retornar al servicio, fue ascendido a primer comandante de la Guardia Real y a coronel de Infantería por méritos de guerra, pasando en 1839 a las órdenes del barón de Meer a combatir en Cataluña, donde se distinguió en las acciones de Pons (Lérida), el 17 de marzo, en la que consiguió levantar el sitio de esta plaza, salvando a la guarnición y a sus habitantes, que estaban refugiados en la iglesia por haber incendiado los carlistas el resto del pueblo, siendo recompensado con la Cruz de San Fernando de 1.ª Clase por Real Orden de 26 de mayo siguiente.

Trasladado al Ejército del Centro en ese mismo año, ganó el empleo de brigadier en la acción de los Ángeles de Chulilla. Finalizada la guerra, en 1841 intervino en la sofocación de los movimientos revolucionarios del Norte, y en el mes de noviembre del año siguiente en el de Barcelona al frente del Regimiento de Saboya, cuyo mando ostentaba desde 1840, siendo por ello ascendido a mariscal de campo en enero de 1843, causando baja en el Saboya y concediéndosele el mando de la 1.ª División del Ejército de Cataluña.

Producido el alzamiento contra Espartero, solicitó pasar a la situación de cuartel en Murcia, pero a finales de año fue nombrado comandante general de las tropas del Maestrazgo, trasladándose a Valencia para ponerse a las inmediatas órdenes del capitán general del Distrito. Habiéndose hecho cargo en enero de 1844 del mando de las citadas tropas, les dio una nueva organización, formándolas en columnas móviles con las que entró en operaciones y actuó con gran dureza, consiguiendo rápidamente la pacificación de aquel territorio. En el mes de julio se le dio el mando de las fuerzas que debían intervenir en Marruecos, realizó varios viajes a Ceuta con el fin de mejorar sus fortificaciones y consiguió solucionar la cuestión por medios pacíficos. A finales de 1844 fue nombrado capitán general de Burgos, cuando ya habían sido ajusticiados los dos hijos del general Zurbano, siendo éste fusilado poco después por orden del Gobierno.

El 11 de septiembre de 1845 recibió a SS. MM. los Reyes en su visita a Logroño, e Isabel II le comunicó la concesión de la Cruz de San Fernando de 5.ª Clase, o Gran Cruz, que le sería oficialmente otorgada por real decreto de 19 de noviembre siguiente en reconocimiento al comportamiento que siempre había observado. En marzo de 1846 se le trasladó a la Capitanía General de Galicia, donde reprimió sangrientamente la rebelión que estalló en ese año, siendo recompensado con el ascenso a teniente general, pero en el mes de abril del año siguiente presentó su renuncia al cargo, siéndole aceptada, tras lo cual se trasladó a residir en Valencia. En abril de 1848 se le confió la Capitanía General de Navarra, donde le sorprendió dos meses después el levantamiento montemolinista, contra el cual actuó con gran decisión y rapidez, impidiendo su expansión y persiguiendo a las partidas que se habían formado, consiguiendo en veinte días sofocarlo. En agosto fue trasladado a la Capitanía General de Valencia, donde a su llegada supo que los generales carlistas Forcadell y Arnau habían pasado el Ebro e internado en el Maestrazgo, abandonando enseguida la Plaza al mando de todas las tropas que pudo reunir, dirigiéndose a Castellón, desde donde empleó sus tropas con el mismo sistema que en 1844, consiguiendo enseguida neutralizar y reducir las acciones de los carlistas. Habiendo sabido en el mes de septiembre que Cabrera pensaba cruzar el Ebro y ocupar el Maestrazgo, se trasladó a Tortosa, desde donde vigiló los pasos de dicho río, consiguiendo que en el mes de noviembre se diese fin a toda la actividad carlista en el Bajo Aragón y Maestrazgo. Por esta victoria y su actuación en el Maestrazgo, la reina Isabel II le concedió al mes siguiente el título nobiliario de marqués del Maestrazgo, con el vizcondado previo de Alduides.

En febrero de 1851 fue relevado de su cargo y destinado de cuartel a Barcelona y posteriormente a Palma de Mallorca, hasta que en 1854 fue nombrado de nuevo capitán general de Valencia. En 1859 se hizo cargo de la Capitanía General de Andalucía y en 1863 de la Dirección General de los Cuerpos de Estado Mayor del Ejército y de Plazas.

Era caballero Gran Cruz de las Órdenes de San Fernando (1845), San Hermenegildo, Carlos III (1851) e Isabel la Católica (1844). Estuvo casado con María de los Ángeles Soler Lacy.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. B-2702.

P. Chamorro Baquerizo, Estado Mayor General del Ejército español, t. I, Madrid, 1851-1854; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.

 

José Luis Isabel Sánchez

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