Martínez Doblas, Francisco Javier. Iznajar (Granada), 3.XII.1788 – La Habana (Cuba), 1860. Médico.
Era hijo de Francisco Martínez de la Rosa y de Juana Doblas. Estudió en el Real Colegio de San Miguel de Granada, y luego en la Universidad de Alcalá de Henares.
En 1807 ingresó al Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos de Madrid, donde se graduó de médico en 1815. Dos meses después era destinado como 2.º ayudante de cirugía médica al batallón de Regimiento de Burgos, que estaba de guarnición en Granada. En junio de 1816 fue ascendido a primer ayudante del cuerpo expedicionario al Perú. Se embarcó en Cádiz en 1817 y llegó a Lisboa a principios de 1818. Al llegar a Perú se hizo cargo de la sala San José del Hospital Militar de San Lázaro de Lima. En ese año, durante una gran epidemia que sobrevino en los cuarteles, la sala a su cargo fue la que menos sufrió los avatares de la peste, por lo que se aprobó su método curativo. A raíz de este triunfo científico mereció la Cruz de la Orden de Isabel la Católica. En mayo de 1818 fue cirujano del Hospital Militar de San Lázaro y a mediados de ese mismo año, fue nombrado jefe de medicina y cirugía de la Plana Mayor de la División del Centro. En octubre de 1820 se incorporó a la división del coronel Jerónimo Valdés, al que acompañó en toda su campaña. Asistió al encuentro de Chancay, donde cayó herido y fue hecho prisionero por el capitán Herrera, al sublevarse y pasarse al bando enemigo. Recuperada su libertad, se sumó a la división de reserva del brigadier Mariano Ricafort. En la acción de las Pampas de Huancayo, su actuación fue meritoria por las numerosas curas y amputaciones que realizó. Por oficio del virrey del Perú, pasó a desempeñarse en calidad de jefe del servicio de cirugía médica al Ejército de Observación dirigido por el general José de la Serna. Luego partió con la división de Valdés al valle de Jauja. Fue nombrado director del Hospital de San Lázaro. Se hallaba en Callao cuando el general José de San Martín le puso sitio, y el general La Mar capituló. Martínez Doblas, con pasaporte extendido por San Martín, se embarcó y fletó un buque para Arica. Desde este puerto pasó a incorporarse a la división realista a las órdenes del brigadier Pedro Antonio Olañeta. Intervino en la expedición sobre Jujuy y Salta, asistió a las acciones de Tres Cruces, Tablada de Jujuy y Quiaca. Se unió finalmente a las tropas de Valdés. Sirvió en Cuzco, donde se encontraba el cuartel general del virrey. En abril de 1824 fue destinado al ejército del Norte, mandado por Canterac, con el que asistió a la batalla de Junín. En agosto de aquel año fue reconocido como primer médico del Estado Mayor General, y segundo en jefe del Ejército Real.
Participó en la batalla de Ayacucho, donde volvió a demostrar su espíritu de ayuda. Realizó, después, diversas acciones peligrosas, a pesar de hallarse Perú invadido por las fuerzas independentistas. Logró penetrar en la plaza de Callao, sitiada por mar y tierra, y allí se dedicó a la atención de los enfermos sin percibir ninguna retribución. Tampoco abandonó su puesto cuando Callao capituló por segunda vez, debido a la terrible epidemia de cólera que había estallado.
Pasó a Montevideo, donde permaneció hasta noviembre de 1826, en que llegó a Buenos Aires para revalidar sus títulos. Se trasladó a Córdoba, donde tuvo una actuación breve pero destacada. Autorizado a ejercer la medicina en 1830, escribió una Memoria en contestación al Excmo. Gobierno sobre si la tysis es o no contagiosa. Se instaló en Salta, donde contrajo matrimonio con Juana Antonia Álvarez de Arenales, hija de un ilustre general. Dicho matrimonio le posibilitó el ingreso a la elitista sociedad salteña y a su círculo político y económico. En 1833 fue nombrado en Córdoba, médico de la policía y director del Protomedicato de la provincia, realizando una firme campaña contra el curanderismo y los falsos médicos.
Vuelto a Salta, emigró a Bolivia en 1840, ejerciendo su profesión dos años en Chuquisaca, y luego el Protomedicato en La Paz desde 1843 hasta 1848. Al año siguiente se trasladó a Estados Unidos, y más tarde a Cuba, donde lo sorprendió la muerte. Publicó varios trabajos sobre la fiebre amarilla en la isla, sobre el cólera epidémico y otros.
Obras de ~: Memoria en contestación al Excmo. Gobierno sobre si la tysis es o no contagiosa, Buenos Aires, Imprenta de la Universidad, 1831 [E. P. Aznares, “La polémica contagionista de la tuberculosis en el siglo xix y su repercusión en Córdoba. La “Memoria en contestación” del Dr. Francisco Martínez Doblas”, en Revista de la Asociación Médica Argentina (Buenos Aires), 30 de junio de 1944, pág. 464].
Bibl.: F. Garzón Maceda, La medicina en Córdoba, t. I, Buenos Aires, Eudeba, 1916, págs. 217-225; J. Yaben, Biografías argentinas y sudamericanas, t. III, Buenos Aires, Metrópolis, 1938, págs. 688-691; V. O. Cutolo, Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, t. IV, Buenos Aires, Elche, 1975, págs. 445- 446.
Sandra Fabiana Olivero
