Martínez de Haedo, Francisco Javier. Ampuero (Cantabria), 1728 – Buenos Aires (Argentina), 20.X.1805. Comerciante, hacendado.
Era hijo de Francisco Martínez de la Cuadra y de María de Haedo. Llegó muy joven a Buenos Aires, y en 1762, a raíz de la campaña emprendida por el virrey Pedro de Cevallos contra los portugueses establecidos en Colonia del Sacramento, les entregó un barco de su propiedad con víveres y útiles para la expedición. Concluidas las hostilidades, las Cajas Reales le adeudaron 3.000 pesos en concepto de fletes, avíos y manutención, suma con la que adquirió un campo realengo en la Banda Oriental, situado entre los ríos Uruguay y Negro. Tuvo la posesión del inmueble en 1763, que de inmediato pobló con más de cuatro mil quinientos vacunos unos siete mil ciento cinco animales más entre mulas, ovejas y equinos. Cinco años más tarde dicho ganado se reprodujo de tal manera que decía poseer 15.679 cabezas. En 1773 su número se elevó a 59.562 animales. Sus campos fueron invadidos por los indios, quienes se apoderaron de gran parte de su ganado para extraerle el cuero. Martínez de Haedo pudo, sólo en forma temporaria, atender sus negocios en la Banda Oriental, pues se hallaba muy comprometido con el comercio de la ciudad de Buenos Aires, donde residía. Debió de cambiar varias veces de capataces en sus estancias, por haber sido muertos a mano de los salvajes, hasta que terminaron haciéndose cargo de las mismas sus esclavos negros.
El hecho de ser uno de las más acaudalados propietarios absentistas de la campaña rioplatense, aumentó la avaricia de los administradores y las disputas que se entablaron entre éstos y su propietario. En 1784 Martínez de Haedo debió trasladarse a su estancia “Nuestra Señora de la Merced” en Río Negro, para defender sus legítimos derechos, debiendo afrontar el avance de los indios. Durante este período, su esposa, Micaela Bayo, en representación de su marido, inició un pleito contra los administradores de sus otras propiedades, que se ventiló en los tribunales de Buenos Aires y Entre Ríos, y que sólo se resolvió veintisiete años después.
Hombre de gran fortuna, Francisco Javier realizó donativos a Su Majestad, en julio de 1793, como contribución a la guerra que España llevaba contra Francia e Inglaterra. Algunos historiadores aseguran que dejó de existir en España hacia 1804, aunque lo más probable y documentado es que falleciera en Buenos Aires en 1805. Tuvo cuatro hijos que heredaron su inmensa fortuna: Ana María, Josefa, Manuel Ventura y Francisco Ramón.
Bibl.: A. Barrios Pintos, Historia de la Ganadería en el Uruguay, 1574-1971, Montevideo, Universidad, 1973, págs. 93- 154; V. O. Cutolo, Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, t. IV, Buenos Aires, Elche, 1975, pág. 440.
Sandra Fabiana Olivero
