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Mateo Magariños y Ballinas

Biografía

Magariños y Ballinas, Mateo. San Fernando (Cádiz), 27.II.1765 – Arequipa (Perú), IX.1838. Jurisconsulto, comerciante, funcionario.

Viajó a América con tan sólo ocho años de edad, en compañía de su padre, Juan Antonio Magariños y Valenzuela. Radicado en Buenos Aires, cursó estudios en el colegio de San Carlos, y se recibió de abogado en 1787, anotándose en la matrícula que llevaba la Audiencia en 1792. En 1789 se trasladó a Montevideo, donde se radicó definitivamente. Fue un naviero poderoso y un rico comerciante, propietario de la Escribanía Mayor, y militar que prestó servicios importantes a la causa realista. Alcanzó, gracias a su fortuna y su prédica política, gran reconocimiento en el Río de la Plata. En su círculo de amigos y conocidos fue llamado el rey chiquito o el godo. Fue amigo y consejero de varios gobernadores, especialmente de Francisco Javier de Elío y de Gaspar Vigodet. Su prestigio, fundado en los innumerables servicios prestados a la Corona y al Cabildo oriental, se acrecentó con motivo de las Invasiones Inglesas, en las que colaboró con gran desinterés. Además de prestar colaboración pecuniaria, creó y mantuvo con su dinero el Grupo de Cazadores de Montevideo, al cual se lo denominó popularmente “Cazadores de Magariños”. Facilitó sus barcos para el traslado de la expedición reconquistadora de Buenos Aires en 1807, lo que le valió el reconocimiento público y varias distinciones. Desempeñó los cargos de oidor del Cabildo, ministro de la Real Audiencia de Charcas y del Supremo Tribunal de Justicia.

Producidos los acontecimientos que determinaron la separación de la Banda Oriental de las autoridades del virreinato, fue elegido diputado del pueblo para asistir al Cabildo Abierto de 1808. También intervino en el Cabildo del 14 de junio de 1810, rechazando la unión con Buenos Aires y el reconocimiento de su Junta de Gobierno, exigiendo el acatamiento previo por parte de ésta al Consejo de Regencia. Se mostró entonces, como uno de los más tenaces defensores de la política de resistencia a Buenos Aires y a la tendencia revolucionaria que ya asomaba en la campaña oriental.

Cuando el dominio español desapareció en el Río de la Plata, con la caída de Montevideo en 1814, Magariños, fiel a sus principios, no resistió mucho tiempo, y en 1815 emigró a Río de Janeiro. Se transformó en un eterno conspirador del movimiento patriota en el Río de la Plata y en toda Latinoamérica. Durante nueve años de exilio preparó el terreno para el ataque de las tropas españolas, conquistando voluntades, multiplicando informes, memorias y planes, que su hijo Francisco de Borja, desde Madrid, se afanaba en hacer llegar a los ministros de la Corte. Magariños figuró en primera línea en las conjuras realistas de Río de Janeiro en 1815, y en Montevideo en 1819. Empleó buena parte de su fortuna en socorrer a sus compatriotas y en promover los intereses de su patria. En 1824 se resignó a abandonar sus ilusiones ante el fracaso de las proyectadas expediciones españolas, y pasó a ocupar su puesto en la Audiencia de Charcas. Durante el viaje cayó prisionero de las fuerzas revolucionarias, pero una enfermedad que lo postró durante meses impidió la ejecución de la pena de destierro que le había sido impuesta. Este episodio sirvió para que, radicado en Arequipa, se dedicase al ejercicio de su profesión, con la que alcanzó una posición respetable en la sociedad local, olvidándose de la política que tantos sinsabores le había deparado. En los últimos años de su vida fue condecorado con la placa de comendador de la Orden Americana de Isabel la Católica. Estaba casado con Manuela Cerrato Chorroarín.

 

Bibl.: R. Mora Magariños, “Los primeros Magariños venidos al Río de la Plata”, en Revista Histórica de la Universidad (Montevideo), IX (1919), págs. 443-447; A. Palomeque, “Vida de Mateo Magariños Ballinas, muerte de Isabel”, en La Democracia (Montevideo), 20 (1923), págs. 25-29; R. Monner Sans, Los catalanes en la Argentina, Buenos Aires, Coni, 1927, pág. 17; M. J. Magariños de Mello, “Defensa de la Junta de Montevideo (1808)”, en Anuario de Historia Argentina. Año 1940, Buenos Aires, 1941, págs. 279-294; V. O. Cutolo, Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, t. IV, Buenos Aires, Elche, 1975, págs. 349-350.

 

Sandra Fabiana Olivero

 

 

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