Lecocq Onesy, Bernardo. La Coruña, 10.II.1734 – Montevideo (Uruguay), 7.XII.1820. Ingeniero militar.
Era hijo de Pedro Lecocq, teniente de ingenieros, natural de Landruy (actual Bélgica), y de María Onesy, irlandesa. Era nombrado cadete del Regimiento de Infantería de Asturias el 1 de junio de 1755. Estudió en la Real Academia de Matemáticas de Barcelona. Al terminar los estudios reglamentarios ingresaba en la carrera castrense el 3 de agosto de 1763, graduándose de ingeniero militar y subteniente, con destino en el Principado de Cataluña. En 1770 fue destinado a la Banda Oriental del Uruguay, donde, en la frontera del Este construyó las defensas necesarias para contener el avance de los portugueses: el fuerte de Santa Tecla y el castillo de San Miguel. Asimismo, reparó por completo la fortaleza de Santa Teresa.
En 1772, como “Ingeniero Extraordinario”, servía en Buenos Aires, pasando a “Ordinario” en 1776. En ese año, realizaba el plano del fuerte de Santa Teresa, en Montevideo, concluidos sus parapetos y el proyecto de los edificios interiores.
Años más tarde, como jefe del Detall, dirigió las obras de fortificación de la ciudadela de Montevideo, y luego el virrey Vértiz lo envió a la Colonia del Sacramento a fin de que pusiera en condiciones las baterías pesadas de ese puerto, y para que estudiara también las posibilidades de artillar la isla Martín García.
Dada su pericia, en 1783 fue designado miembro de la primera partida para trazar los límites entre las posesiones rioplatenses de España y Portugal. Durante seis años consecutivos Lecocq compartió estos trabajos fronterizos con Diego de Alvear, Juan Francisco de Aguirre, Félix de Azara, José Cabrer, Pedro Cerviño, Pablo Zizur y Andrés de Oyarvide, marinos, ingenieros militares, geógrafos y naturistas que integraron las distintas comisiones demarcatorias. A causa de estas tareas y su excelente desempeño, Lecocq en 1787 ascendió a ingeniero en segundo y a teniente coronel de Infantería (los Cuerpos facultativos, Ingenieros y Artillería, podían ascender por méritos hasta en tres escalas, Grado, Ejército e Infantería, y solo por antigüedad en el suyo). Más tarde culminó su carrera con los más altos grados de coronel e “Ingeniero en Jefe” en 1792, ingeniero director en 1800 y brigadier en 1802. Fue comandante del Real Cuerpo de Ingenieros.
Además de su actuación militar, tuvo autoridad como ingeniero civil en ambas orillas del Plata. Proyectó un faro en la isla de Flores en 1791, plano del Farol o linterna que se proyecta ejecutar en la isla de Flérez, Montevideo, prosiguió con la construcción de la iglesia matriz de Montevideo y en 1793 el Hospital del Rey, delineó una plazuela junto al foso del Fuerte de Buenos Aires. En 1795 construía la Iglesia del Cordón de Montevideo y también la Iglesia de San José en San José, Uruguay. En 1796 levantaba el Plano y perfiles, en 2 hojas, de una parte de la nueva fortificación de Montevideo, en la que se manifiestan las excavaciones hechas en la Peña y lo que hay de obra nueva en la contraescarpa, cara y flanco del medio, baluarte del norte, Tajamar y revestimiento de la Vega.
Participó en la última campaña contra los portugueses de 1799 a 1801, en cuya circunstancia llevó a su lado como ayudante al oficial de blandengues José de Artigas. En enero de 1807, durante el asalto inglés a la plaza de Montevideo, como comandante de dos mil trescientos hombres, que salieron al encuentro del enemigo, y tras un sangriento combate, fue derrotado. En 1809, producida la insurrección de Chuquisaca, el virrey Cisneros envió un destacamento de mil hombres al mando del mariscal de campo de los Reales Ejércitos Vicente Nieto, y el brigadier Lecocq como segundo jefe, quienes apresaron a los revolucionarios sometiéndolos a proceso.
El 22 de mayo de 1810 Lecocq asistió al Cabildo Abierto de Buenos Aires en calidad de brigadier subinspector y director general del Real Cuerpo de Ingenieros.
En dicha asamblea reprodujo el voto del general Ruiz Huidobro, en el sentido de que debía cesar el virrey en el mando y reasumir el Cabildo la autoridad hasta que se formara un Gobierno provisorio dependiente de la legítima representación que en la Península ejerciera la soberanía de Fernando VII.
Cuando tres días después el Cabildo citó a los jefes de los cuerpos militares y les requirió su opinión a propósito del nombramiento de Cisneros como presidente de la nueva Junta de Gobierno, Lecocq, que revistaba como comandante de Ingenieros, Francisco Orduña, de Artillería, y José Ignacio de la Quintana, de Dragones, permanecieron leales a Cisneros, mientras que los restantes doce comandantes contestaron que el disgusto era general en el pueblo y que las tropas no podían sostener el Gobierno establecido. Ocurrido en Buenos Aires el cambio de autoridades que trajo la revolución de mayo de 1810, Lecocq, a pesar de su españolismo notorio, resultó nombrado por la Junta Provisional de Gobierno presidida por Cornelio Saavedra, presidente del Tribunal, encargado de la causa criminal contra Alzaga. Años después fue convocado por el Primer Triunvirato, junto a San Martín, Alvear, Azcuénaga, Ruiz Huidobro, Anchorena, Irigoyen, Luzuriaga y Chiclana, para integrar una Junta de Guerra que tratara de conjurar el posible desastre del ejército del Norte que planeaba su retirada del Alto Perú.
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Sandra Fabiana Olivero