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Antoni Cumella Serret

Biografía

Cumella Serret, Antoni. Granollers (Barcelona), 31.VIII.1913 – 25.I.1985. Ceramista.

Con una sólida base de alfarero, este ceramista dedicó sus esfuerzos a la investigación de la materia, creando un repertorio de formas que le convirtió en un clásico dentro de la cerámica contemporánea.

Su padre, Joaquín Cumella, relojero de profesión, murió cuando él era niño. Su madre, Francisca Serret, se volvió a casar con el alfarero José Regas, que le enseñó a Antoni el oficio del barro en el taller familiar, en el que trabajó desde 1925.

Sus primeros estudios los hizo en la Escuela de Granollers; allí aprendió Dibujo con Oliver Legares y Roc Graña. Pasó después a la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona, donde se vio rodeado de un ambiente propicio para la creación artística.

Su primera exposición fue en la Biblioteca Popular de Granollers en 1929, aunque la verdadera presentación como ceramista al gran público se produjo en 1933 en la Exposición de Primavera de Barcelona. Se volvió a presentar a las exposiciones de Primavera de los años 1934 y 1935. Como resultado, la Junta de Museos le compró piezas que hoy se conservan en el Museo de Cerámica de Barcelona.

En 1936 hizo su primera exposición individual en la galería Syra de Barcelona, con gran éxito de crítica, y volvió a exponer en esta sala en 1941, 1942 y 1951.

Su presentación en la VI Trienal de Milán, en 1936, se vio recompensada por una Medalla de Oro.

En ese mismo año recibió una beca de la Generalidad de Cataluña para una estancia de un año en París, pero hubo de volver en agosto para alistarse, pues se desencadenó la Guerra Civil española. A pesar de ello, sus vivencias en la capital francesa fueron decisivas en su formación artística, al conocer de primera mano los movimientos vanguardistas, así como las colecciones de cerámica oriental de los museos franceses.

En 1942 se casó con Agnès Vendrell, con la que tuvo dos hijos, Mireia y Antoni. La preparación científica de su esposa fue un apoyo en el campo laboral del ceramista y su familia un punto de referencia siempre la razón principal de su vida, junto con su trabajo.

Su éxito en la VI Trienal de Milán de 1936 hizo que siguiera presentándose, una vez pasadas las tribulaciones de la Guerra Civil española, a las de los años 1942, 1951, 1954 y 1957. Se repitió la misma fortuna y logró un reconocimiento internacional como ceramista sólo equiparable al que tenía en aquellos momentos Llorens Artigas.

En la España de posguerra también empezaron a ser valoradas las cerámicas de Cumella, y en 1947 recibió una Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Artes Decorativas de Madrid. Con la apertura española de los años cincuenta a los movimientos vanguardistas de Europa, alcanzó el reconocimiento pleno y en 1955 expuso en el museo de Arte Contemporáneo de Madrid. Sus cerámicas de gres de alta temperatura habían alcanzado ya una depuración de formas, unas calidades de esmaltes, unos matices de color y unas texturas tan sugerentes, que el éxito de crítica fue total, un claro reconocimiento su valía.

Desde entonces compartió amistades con Camilo José Cela, Julián Marías, Laín Entralgo y otras personalidades del mundo de la cultura española.

En 1956 expuso en Bonn con gran éxito. Esto le animó a seguir presentándose a exposiciones en Europa, lo que implicó que fuera reconocido como ceramista de prestigio en el extranjero antes que en su propio país.

En la segunda mitad de la década de los cincuenta, en España se desarrollaban movimientos de arte informal, como el grupo El Paso, con diversas actividades como la Semana de Arte Abstracto de 1958, en la que participó como invitado Antoni Cumella.

En el ámbito internacional, en 1954 se le otorgó el Premio Cuba en la importante II Bienal Hispano Americana. De 1954 a 1956 fue profesor en la sección de cerámica de la Escola del Treball de la Diputación de Barcelona. El campo de la enseñanza no era nuevo para él, pues ya había dado clases en Barcelona, en el grupo escolar Lluis Vives, requerido por una antigua maestra de Granollers.

En 1960 participó en la creación de la institución privada FAD (Foment de les Arts Decoratives) de Barcelona.

Desde la segunda mitad de los años cincuenta hasta su muerte expuso en numerosas ocasiones en el extranjero: Cerámica de Cumella y Litos de Miró en Städtische Kunstsammlungen de Bonn, 1956; Cerámica de Cumella y Grabados de Picasso en Haus der Heimat de Iserlohn, 1956; Cerámica de Cumella y Esculturas de Berto Lardera en Haus Lange Museum de Krefeld, 1956; Marc Chagall y Cumella en Kunsthalle de Braunschweig, galería L’Entrance de Lausana, Kunstgewerbemuseum de Zürich, 1957; Tejidos de artistas internacionales y Cerámica de Cumella en Kunsthalle de Recklinghausen, 1957; Schönheit aus der Hand-Schönheit durch die Maschine en Kunsthalle de Recklinghausen, 1958; Exposición internacional de Cerámica de Gmunden, 1959; Exposición colectiva en el Smithsonian Institution de Washington, 1959; So whont Europa de Munich, 1959; Art Actuel de Aschaffenburg, 1960; Kölnische Kunstverein de Colonia, 1962; Maîtres Potiers Contemporains en Musée des Arts Décoratifs de París, 1962; Gewerbemuseum de Basilea, 1966; Museo Die Neue Sammlung de Múnich, 1967; Galería Alice Pauli de Lausana, 1968; Museum für Kunst und Gewerbe de Hamburgo, 1971; Kart Ernst Osthaus Museum de Hagen, 1972; Exempla- 73 de Múnich, 1973; Centre Cultural de Toulouse, 1974; Rosenthal Studio de Hamburgo, 1980 y 1981; Palacio de la Unesco en París, 1981; H. Museum en Hetjcns, 1981; Centro Cultural Bayer en Leverkusen, 1981; Museo de Historia de la Cultura en Osnabrück, 1983; Centro de Estudios Catalanes en París, 1983.

Además de las formas cerámicas a torno, Cumella creó también formas escultóricas, con juegos de curvas y contracurvas, contraponiendo los espacios vacíos a los llenos. No es difícil percibir en sus obras la influencia de las esculturas de Henry Moore y Barbara Hepworth.

Otro campo de acción de Cumella fue el de las formas planas, placas con una serie de motivos pictóricos a veces, como una obra del Círculo de Bellas Artes de Madrid (1961) y con relieves en otras ocasiones, como una pieza de la colección de Javier Busquets (1975). A través de estas últimas inició su incursión en el campo de la arquitectura moderna, con la creación de grandes murales, colaborando con arquitectos de la talla de Busquets y Carvajal. El primero de sus murales fue un encargo de la firma Jensen para Barcelona en 1958. Al año siguiente colaboró con Subirach en la Facultad de Derecho de Barcelona. Le siguieron en 1961 el mural para el Beethoven Hall de Bonn y, en 1962, el de la Sociedad Babcock & Wilcox de Bilbao y el INA de Barcelona. En 1964 hizo el mural Homenaje a Gaudí para el pabellón español, diseñado por Carvajal, en la Feria Mundial de Nueva York. En 1966 realizó el mural para el Hall de Olivetti en Madrid. En 1967 creó dos murales para las fábricas Schaefflerwrke de Alemania. En 1972 realizó la decoración y los murales del edificio Sandoz de Barcelona. En 1974 proyectó el mural de la Caja de Ahorros de Granollers y, en 1977, el de la Unidad Hermética de Sabadell.

Si en el 1974 se le concedió el Premio de la Crítica de Arte por la mejor exposición, en los años ochenta los reconocimientos a su labor se prodigaron. En 1980 fue distinguido con el Premio Nacional de Artes Plásticas en el Museo Español de Arte Contemporáneo, en 1982 se le concedió la Gran Cruz de la Generalidad de Cataluña y la Medalla del FAD y en ese mismo año expuso en el palacio de Velázquez de Madrid. En 1983 se le nombró hijo predilecto de Granollers.

En 1986, tras su muerte, se organizó una gran exposición homenaje en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.

Cumella dejó una obra variada, repartida en colecciones de todo el mundo, y difundió en España, junto con Artigas, del que era amigo y por el que sentía un profundo respeto, el uso del gres, con cubiertas mates ligeramente cristalizadas.

En cuanto al repertorio de sus formas cerámicas, es muy variado. Las hechas a torno son muy características, unas con formas globulares casi sin cuello, otras de cuello muy alargado, a veces con una estrecha boca o, al contrario, formas bicónicas y formas de calabaza.

La inspiración oriental, al igual que en la obra de Artigas, se refleja no sólo en las formas sino también en los esmaltes monocromos y en las texturas.

 

Obras de ~: Jarrón del Círculo de Bellas Artes, Madrid, 1951; Jarrón, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 1953; Mural de la firma comercial Jensen, Barcelona, 1958; con Subirach, Mural de la Facultad de Derecho, Barcelona, 1959; mural del Beethoven Hall, Bonn (Alemania), 1961; Mural de la Sociedad Babcock & Wilcox, Bilbao, 1962; Mural del INA, Barcelona, 1962; Mural “Homenaje a Gaudí” para el pabellón español, diseñado por Carvajal, en la Feria Mundial de Nueva York, 1964; Mural para el Hall de Olivetti, Madrid, 1966; Dos murales en las fábricas Schaefflerwrke, Alemania, 1967; Decoración y murales del edificio Sandoz, Barcelona, 1972; Mural de la Caja de Ahorro, Granollers, 1974; Mural de la Unidad Hermética, Sabadell, 1977.

Escritos: El meu Josep Llorens Artigas, Granollers, Plaça Gran, 20 de diciembre de 1980.

 

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Abraham Rubio Celada