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Diego Osorio Rubín de Celis

Biografía

Osorio Rubín de Celis, Diego Ramiro. Señor del Infantado del Torío. León, c. 1653 – p. t. s. xviii. Noble.

Fue hijo de José Osorio del Águila, señor de las villas de Mestajas (Zamora), Otero de Centenos (Zamora) y Valdesandinas (León), y de Juana Rubín de Celis y Menchaca; nieto por línea materna de Diego Rubín de Celis y Villafañe, “caballero de la orden de Alcántara, comendador de las casas y juro de Badajoz, regidor perpetuo de León y señor del Valle e Infantado de Torío”, y de Beatriz de Menchaca; y biznieto a su vez del preclaro Gaspar Rubín de Celis y de Inés de Villafañe.

Su abuelo Diego Rubín había asumido la administración de dicho feudo en 1651 tras el óbito de su padre. Nombrado corregidor de la ciudad de Toledo, falleció en el ejercicio de sus funciones unos años después, en 1662. Este hecho desencadenó una disputa por la sucesión de sus dominios entre Juana, hija de su primer matrimonio con Beatriz de Menchaca, y Gaspar, hijo de su segundo matrimonio con Leonor de Roa y Fajardo, teniendo que dirimirse el asunto judicialmente, nombrándose legítimo heredero a Gaspar por ser varón. Este último se trasladó con su madre a Alemania, y entró a formar parte del servicio del emperador Leopoldo I de Habsburgo (1658-1705), que estaba casado con la española, Margarita de Austria (1651- 1673), y que le concedió el título de conde del Sacro Imperio. Su prolongada ausencia del Reino llevó a José Osorio del Águila a reclamar los bienes del mayorazgo para su mujer, Juana Rubín de Celis y Menchaca, que le fueron adjudicados por auto de 2 de mayo de 1668. Sin embargo, cuando Gaspar regresó a la Península fue él quien volvió a gestionarlos hasta su muerte, acaecida en Madrid el 16 de marzo de 1685. A partir de esta fecha retornaron de nuevo al linaje del señor de Mestajas.

La transmisión legal se llevó a cabo el 11 de abril del mismo año, y Diego Ramiro tomó posesión del infantado de Torío (León), de las casas solariegas de Celis (Cantabria) y Rabago (Cantabria), de la torre fuerte de Obeso (Cantabria) y de la regiduría perpetua de León. Un tiempo después, Diego mantuvo un litigio para hacer prevalecer sus derechos en materia judicial en el valle de Torío con Francisco Casimiro Pimentel y Quiñones (1670-1709), XI conde de Luna, y Baltasar de Prado (1683-1707), abad de San Isidoro de León, dictándose sentencia a su favor el 30 de agosto de 1691.

 

Fuentes: Archivo Histórico Provincial de León, Sección Protocolos Notariales, caja. 84, fol. 448r.; caja 113, fol. 170r.; caja 233, fol. 191r.; caja 268, fol. 41r.; caja 323, fol. 271r.; caja 339, fol. 41r.; caja 374, fol. 64r.; caja 426, fol. 494r.; caja 431, fol. 344r.; caja 565, fol. 444r.

 

Manuel I. Olano Pastor