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Felipe Casado

Biografía

Casado, Felipe. ?, p. s. xvii – Madrid, 6.I.1686. Religioso hospitalario de San Juan de Dios (OH), siervo de Dios, limosnero.

Tomó el hábito en el convento y hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios y Antón Martín en el año 1642 y profesó el día 22 de julio de 1643. Fue siempre muy humilde, modesto y obediente, dando un gran ejemplo a todos. No quiso aceptar prelacías, que por sus méritos le confirió la Orden, diciendo que él sólo había venido a ser criado de los pobres y a obedecer a los superiores.

Treinta y seis años continuos pidió limosna para los pobres enfermos en la iglesia del Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, calle de Toledo, plaza Mayor y provincia, con tal modestia y ejemplo, que causaba veneración a cuantos le veían y trataban; manifestaban cuantos lo conocieron que este venerable varón encerraba dentro de sí un espíritu valiente y fervoroso para todo cuanto era virtud, y con este conocimiento hicieron de él el aprecio y la estimación que sus amables prendas merecían. Del ejercicio de la demanda tantos años sacaba dos frutos maravillosos: el uno, que con su ejemplo y santas palabras estorbaba y quitaba muchas ofensas a Dios, y el otro, que esta misma veneración que todos le tenían, y respeto reverencial con que le amaban, era imán atractivo para que los pobres enfermos de su hospital tuviesen mucho alivio, así enlos dulces y conservas de que siempre estaban abastecidos por medio de este siervo de Dios, como por lo cuantioso de las limosnas que diariamente juntaba y traía. Proveía de cuanto podían necesitar los pobres enfermos. No llegaba necesidad a sus oídos que no volviese remediada. Dios se lo daba con liberal providencia para que lo distribuyese a los pobres, y él se lo daba a los pobres para que volviese a Dios.

Fue muy observante en la guarda de la regla y constituciones de la Orden. Muchos años fue consiliario del ya citado hospital y muy respetado y comprometido en sus deberes de hospitalario. Fue un perfecto imitador de San Juan de Dios en el ejercicio de todas las virtudes. Tuvo espíritu de profecía y eran muchos los que acudían a él, entre ellos un ministro de justicia, quien manifestó que muchos acontecimientos se los había adelantado antes de que sucediesen.

Se ocupaba fray Felipe de cuidar del aseo, limpieza y culto de la Virgen Santísima de Belén y de Nuestra Señora del Populo, celebrándoles muchas fiestas a expensas de muchos devotos que tenía adquiridos para este culto. Poníase de rodillas delante de la Virgen Santísima de Belén y le decía con gran ternura y devoción: “Señora, aquí tenéis al hermano Felipe, vuestro monaguillo”. Fue grande el cuidado que tuvo siempre con estas santas imágenes y sus muchas virtudes, fue admirado y querido y es tenido como una figura muy popular y señera en la Orden Hospitalaria, porque escribió con su vida el mejor testimonio de hospitalidad evangélica que es el que más perdura en la historia de los tiempos.

Es recordado como modelo de hospitalario al servicio del pueblo desde su carisma de la hospitalidad como lo hacía san Juan de Dios, sirviendo a los más necesitados por espacio de cuarenta y cuatro años seguidamente en el hospital de Antón Martín de Madrid, día y noche. Este santo varón murió en Madrid el 6 de enero de 1686 y fue enterrado en la bóveda debajo del altar mayor. En 1694, al tener que fundamentar el pedestal del retablo, sacaron su cuerpo y estaba entero y conservaba el color rojo de una mejilla.

Fue depositado debajo del altar de Nuestra Señora de Belén, tan popular en Madrid.

 

Bibl.: J. Santos, Chronología hospitalaria y resumen historial de la Sagrada Religión del Glorioso Patriarca san Juan de Dios, Madrid, Imprenta de Francisco Antonio de Villadiego, 17151716; E J. C. Gómez Bueno, “Juan Ciudad”, en Historia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Granada, Archivo Interprovincial, 1963.

 

José Luis Martínez Gil, OH

 

 

 

 

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