Bahamonde y Villamil, Manuel de. Lugo, m. s. XVIII – ?, c. 1812. Gobernador de Nuevo León.
Aunque nacido en España, ya tenía su familia trayectoria en América, pues varios de sus antepasados directos estuvieron en el Nuevo Continente sirviendo al rey con las armas. Su padre, Agustín de Bahamonde, estaba muy bien posicionado en la Corte española, y, tras ganar la adscripción nobiliaria, no tuvo dificultades en que su hijo Manuel ingresara en el Ejército como cadete.
Después de una breve trayectoria militar por España e Italia, con repetidos y rápidos ascensos, el 20 de octubre de 1788, el recientemente entronizado Carlos III le nombró para el importante cargo de gobernador político y militar del Nuevo León, en el virreinato de Nueva España.
Tras una travesía a América rápida y sin incidentes, el virrey Manuel Antonio Flores le expidió formalmente el título de gobernador el 21 de febrero de 1789, tomando posesión del cargo el 9 de mayo en sustitución de Joaquín de Mier y Noriega.
Esta gobernación tradicionalmente era problemática en orden a la seguridad interior. No eran raras las acometidas de indios ni los asesinatos en los peligrosos caminos que la transitaban. Por eso, y pese a encontrarse una gobernación relativamente en paz, acometió inmediatamente directivas en orden a asegurar los caminos de los salteadores.
Trató de fijar la silla episcopal en la ciudad de Monterrey, para lo cual elevó al virrey informes favorables a esta ciudad, incluyendo la del obispo Llanos y Valdés. En vista a aumentar las posibilidades de Monterrey, mejoró la parroquia local para convertirla en catedral, informando el 4 de julio de 1789 estar concluida parte de las obras.
Prohibió construir casas nuevas en el norte de la ciudad de Monterrey con el fin de limitar su crecimiento, pues abrigaba la esperanza de modificar su emplazamiento.
El 7 de febrero de 1792, ya como coronel, se casó en segundas nupcias con Josefa Treviño, acto que le costó su mandato, pues realizó esta unión sin contar con el preceptivo permiso que debían tener los militares. Aunque pleiteó, finalmente se vio obligado a abandonar el cargo en 1795. Justo poco antes, en 1793, había obtenido el ingreso en la Orden de Alcántara.
Entre 1802 y 1808 obtuvo el mandato de la gobernación de Tlaxacla, aunque ya ésta de mucha menor envergadura e importancia que su anterior gobierno.
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José Manuel Serrano Álvarez
