Soriano Sánchez, Eduardo. Madrid, 2.III.1903 – c. 1952. Primer piloto de Transportes Públicos de España con antigüedad de 17 de julio de 1929.
Hijo del que fuera jefe de la Aviación Militar Española, general de Ingenieros Jorge Soriano Escudero (1924-1926), en el año 1919 fue admitido a examen como aspirante a la Escuela Naval Militar sin que conste, en su expediente en el Archivo de Marina (El Viso del Marqués, Ciudad Real), ningún dato posterior a la citada fecha. En aviación pasaba por ser marino mercante sin documentar.
En cuanto a su formación como piloto tampoco se han localizado datos. Eduardo Soriano aparece en la aviación comercial con la salida al mercado, en el año 1925, de la compañía Unión Aérea Española donde voló de comandante. Más adelante, cuando se produjo la nacionalización de las líneas aéreas, fue comandante piloto en las compañías CLASSA y LAPE.
Cuando en el año 1929 la Dirección General de Aeronáutica decidió regular la situación profesional de los pilotos de las líneas aéreas otorgó el primer título a Soriano, aunque es evidente que había pilotos con más antigüedad en la profesión, como Coterillo, Ansaldo y Tonda entre otros. Existe una filmación, realizada por el Servicio Fotográfico de Aviación (Getafe, 1930) con motivo del vuelo inaugural a Las Palmas, en la que se puede ver a Soriano posando ante el avión Ford con que realizó el vuelo. Según Francisco Batet, mecánico que voló mucho con Soriano, era un piloto excepcional.
Al iniciarse la Guerra Civil, Soriano, como la mayoría del personal de la LAPE, permaneció fiel al Gobierno de la República, lo que le permitió intervenir para proteger a José María Ansaldo (cuñado suyo al estar casado con su hermana Margot) cuando éste fue detenido y un grupo de tripulantes de la LAPE evitó males mayores al actuar de forma contundente en favor de Ansaldo. Durante la guerra voló normalmente en las misiones que le fueron encomendadas.
El día 6 de marzo de 1939, había muchos aviones de la LAPE concentrados en Caudete (Albacete) por lo que Soriano sugirió mandar la mitad a Monóvar (Alicante) trasladándose él a Monóvar y realizando, desde este campo, su último vuelo profesional.
Efectivamente, la tripulación compuesta por Eduardo Soriano, Francisco Batet y Gerardo Ramírez, tripulando el Douglas DC-2 EC-XAX n.º 21 de LAPE, despegó a las 0400 horas transportando al exilio a Líster, Uribe e Hidalgo de Cisneros y aterrizando en Toulouse-Francazale a las 0800 horas.
Después de la Guerra Civil la pista de Soriano se pierde (no afloran datos) hasta que, coincidiendo con el indulto general decretado por el Gobierno el 9 de octubre de 1945, aparece de nuevo tratando de hacerse un hueco en las líneas aéreas. El mes de agosto de 1946 publicó un artículo en la Revista Avión sobre “El vuelo nocturno regular en las líneas aéreas”.
El 14 de octubre de 1947 fue requerido por escrito por el director gerente de Iberia, César Gómez Lucía, para “tratar asuntos que le interesan relacionados con la 2.ª Bis”, es decir, asuntos de los servicios de información (2.ª Bis) del Ejército del Aire. El día 19 de noviembre fue dado de alta, con carácter eventual, en Iberia como auxiliar de protección de vuelo asimilado a oficial de 2.ª El día 11 de diciembre de 1947 dirigió una carta a Gómez Lucía solicitando que le fuera reconocida la antigüedad en las Líneas Aéreas que le correspondía, con el mismo criterio que se había aplicado a otros incluyendo a Gómez Lucía. La respuesta del director fue contundente al negarle tanto la posibilidad de pasar fijo a la plantilla por “su especial situación respecto al ministerio del Aire” como el reconocimiento de antigüedad en las Líneas Aéreas, privilegio reservado a los ganadores de la guerra y que “no se ha concedido a nadie de los que no han estado prestando servicio en el Ejército Nacional o prisioneros de los rojos”.
En su última carta al director, Soriano lamentaba la actitud de Gómez Lucía ya que “el Excmo. Sr. Ministro del Aire, el cual aun conociendo mis graves defectos, tanto pasados como actuales, tuvo conmigo la suficiente bondad, que nunca podré agradecerle bastante, de compadecer mi situación y comunicar a esa Compañía su conformidad para mi admisión”.
A partir de 1948, en su expediente se registran numerosas bajas motivadas por enfermedad que requiere su internamiento en el Sanatorio de Ciempozuelos (Madrid), apreciándose la intervención de su cuñado, José María Ansaldo, que le protege para evitar que sea despedido. El último documento conservado tiene fecha de septiembre de 1951, por lo que cabe deducir que falleció poco después.
Bibl.: Dirección General de Aeronáutica, Anuario Español de Aeronáutica, Madrid, Heraldo Deportivo, 1929-1933; C. Gómez Lucía, Diagonal Histórica del Tráfico Aéreo Español, Madrid, Iberia, 1964; Ayer y hoy del Tráfico Aéreo Español, Madrid, Afrodisio Aguado, 1967.
Cecilio Yusta Viñas