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Francisco Miguel Ximénez de Alanis

Biografía

 

Ximénez de Alanís, Francisco Miguel. Sevilla, 1717 – 1793. Pintor.

Nació en Sevilla en 1717. De formación tradicional, obtenida en el taller de Domingo Martínez de acuerdo con el espíritu barroco tardío, evoluciona hacia un rococó cargado de estereotipos. Su producción es amplia y abarca los campos de la pintura de caballete y el dorado de retablos. En esta última faceta se han podido documentar varias obras, asociadas con algunos de los escultores y retablistas más relevantes del período, en especial Benito de Hita y Castillo y Julián Jiménez, como el retablo del Cristo atado a la columna de iglesia utrerana de Santa María de la Mesa. En 1727 aparece citado como oficial de pintor y avecindado en la collación de San Juan de la Palma, donde se inicia en el conocimiento de la pintura de feria.

En 1761 pinta por encargo de la hermandad de la Carretería un cuadro con el que se celebraba el decreto de la Concepción, mostrando a La Inmaculada con Clemente XIII y Carlos III. Para esta misma congregación, hizo en 1788 las pinturas del arco triunfal que se levantó con motivo de la proclamación de Carlos IV. Al año siguiente hizo los retratos de Carlos IV y de María Luisa de Parma para la Academia de Medicina. Y en 1790 firma el cuadro que muestra a Paulo III concediendo la Bula de fundación a las religiosas del Espíritu Santo (convento del Espíritu Santo), en el que Ximénez más parece haberse interesado en el marco arquitectónico que en la representación de los personajes, por lo que trastoca el equilibrio compositivo y hace de lo accesorio un elemento principal. Ello responde, sin duda, a la creciente importancia que había adquirido entre los integrantes de la escuela el conocimiento de la arquitectura, haciendo gala en muchos de gran destreza en la interpretación del proyecto. Posiblemente este espíritu creativo tiene que ver con el maestro Domingo Martínez, que llegó a ser pintor y arquitecto de la Catedral. Prueba de ese interés es la pintura firmada con Perspectivas de edificios con varias figuras, que se encuentra en la Capitanía General de Sevilla. Pero el testimonio más claro de esta perfección formativa son las obras de la iglesia parroquial de Algodonales, donde intervino en 1786. El pintor se hizo cargo de diseñar el retablo donde iba a colocarse la imagen del Rosario “para cuyo efecto está hecho un plano por el insigne maestro de dibujo y primer director de la Real Academia de las Tres Vellas Artes de la dicha ciudad”. También la hermandad de las Ánimas quiso tener su propio aditamento, una estructura de madera realizada por Diego Meléndez, de acuerdo con el diseño de Ximénez “con arreglo a un plan delineado por el dicho Don Francisco Ximenez”. Ambos artífices se ocuparon de atender las mismas necesidades de la congregación de la Vera Cruz. Por último, tuvo parecida participación en el altar mayor, que se construiría “con arreglo a un excelente plano que por orden del mencionado Sr. vicario hizo”. Pocas veces se había visto con tanta claridad a un pintor implicado en la concepción de una estructura arquitectónica, en una circunstancia que había sido criticada cuando se había producido por intromisión profesional.

En línea con esta producción arquitectónica y asociada a la policromía de retablos, se encuentra la pintura mural, de la que se ha identificado un conjunto de Ximénez, la que decora los paramentos del cuerpo de iglesia del convento de San Clemente, ejecutada hacia 1770. Conjuga en esta obra una densa decoración en la que predominan las rocallas, con efigies de santos de la orden cisterciense y otras figuras de devoción, como San Ildefonso o San Esteban. La soltura con que Ximénez trabaja el temple induce a pensar en una producción mayor, que de momento no es conocida. A este respecto, recuerda Ceán Bermúdez que fue responsable de la decoración de la desaparecida iglesia de San Felipe Neri, de la que restan algunos lienzos, que han sido atribuidos en consecuencia al propio pintor y hoy se encuentran en San Alberto Magno, de los que se ha destacado el que representa a San Felipe Neri iniciando la construcción del Oratorio de Roma, donde se ha querido identificar un posible retrato del artista.

 

Obras de ~: La Inmaculada con Clemente XIII y Carlos III, 1761; Pinturas murales de la iglesia conventual de San Clemente, 1770; Retrato de Carlos IV, 1789; Retrato de María Luisa de Parma, 1789; San Felipe Neri iniciando la construcción del Oratorio de Roma, s. m. s. XVIII; Perspectivas de edificios con varias figuras, s. m. s. XVIII.

 

Bibl.: J. Guerrero Lovillo, “La pintura sevillana del siglo XVIII”, en Archivo Hispalense (AH) (Sevilla), 69 (1955), págs. 7-52; F. García de la Torre, Estudio histórico artístico de la Hermandad del gremio de los toneleros de Sevilla, Sevilla, Patronato Ricardo Cantú, 1979; T. Falcón, Iglesias de la Sierra de Cádiz (Estudio documental), Cádiz, Caja de Ahorros, 1983; E. Valdivieso, Historia de la pintura sevillana. Siglos XIII al XX, Sevilla, Guadalquivir, 1986; M. I. López Garrido, “La colección artística de la Real Academia de Medicina de Sevilla”, en AH, 221 (1989), págs. 125-144; A. de la Banda y Vargas, “Semblanza del pintor sevillano Francisco Miguel Ximénez en el segundo centenario de su óbito”, en Boletín de Bellas Artes (Sevilla), XXXIII (1995), págs. 13-25; E. Valdivieso, Pintura barroca sevillana, Sevilla, Guadalquivir, 2003.

 

Fernando Quiles García