Ascárico. Ascario. ?, s. viii − f. s. viii. Obispo y escritor.
En varios testimonios dispersos alusivos a un tal Ascárico se ha querido ver tradicionalmente la referencia a una única persona: un obispo que en la segunda mitad del siglo viii debió de tener su sede en el norte peninsular (quizá en Pravia o en Astorga).
Se conservan unas palabras del papa Adriano I (fechadas entre 785 y 791) en las que nombra a un Ascárico como compañero de Elipando al frente de los obispos hispanos que sustentaban tesis adopcionistas.
Por ello se identifica a este personaje con un Ascárico corresponsal de Elipando de Toledo. No se conserva ninguna de las cartas que intercambiaron, pero unas palabras de Elipando a su partidario Fidel muestran que un cierto Ascárico en algún momento se interesó cordialmente por las tesis del obispo toledano.
Las palabras de Elipando no indican que Ascárico las compartiera, como nos llevaría a pensar la condena de Adriano I. Por ello se ha dicho que Ascárico podría ser, simplemente, un antiguo amigo de Elipando con quien seguía teniendo contacto. Por último, se considera que el Ascárico mencionado por Adriano e identificado con el corresponsal de Elipando es el autor de dos obras de datación incierta, transmitidas bajo tal nombre. Ambas están dirigidas a Tuseredo, sabio amigo del remitente. El Carmen ad Tuseredum es una composición acroteléstica de nueve versos. Se trata de un diminuto centón de Prudencio (los versos 933-960 de su Hamartigenia) y de Sedulio (Carmen Paschale 1, 346-347) cuya finalidad está por determinar: hasta el momento se ha pensado en estos versos como un epitafio o como broche de una carta. El Carmen se copió en la conocida como Anthologia Latina Hispana, una riquísima colección poética recopilada probablemente en Toledo de la que se conserva una copia realizada en Lyon en el siglo ix (códices Paris, BnF lat. 8093 más Leiden, UB Voss. lat. F. 111). Por su parte, la Epistula ad Tuseredum (Carta a Tuseredo) pone de manifiesto el espíritu dubitativo y quizá tímido de su remitente, que desea obtener consejo teológico (este carácter concuerda bien con la noticia que da Elipando sobre Ascárico en su carta). Ascárico realiza una consulta teológica a Tuseredo sobre la hipotética resurrección de muertos cuando Jesús resucitó, pues era así como algunos de sus contemporáneos parecían entender el versículo 27, 53 del evangelio de Mateo. El estilo de la carta es algo rebuscado, y en el contenido muestra erudición y conocimientos de métrica. Dado que se queja de la escasez de libros que padece cuando la redacta, podría pensarse en una evocación de su procedencia meridional, donde habría vivido en mejores condiciones culturales, y de donde habría salido como consecuencia de las luchas entre musulmanes y cristianos. Esta carta se conserva en el códice &.I.3 del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, del siglo xi, escrito para la reina Sancha.
Obras de ~: Carmen ad Tuseredum, s. l., s. f.; Epistula ad Tuseredum, s. l., s. f.
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María Adelaida Andrés Sanz