Montemayor y Mansilla, Francisco. La Rioja, 9.IV.1622 – Océano Pacífico, 1683. Letrado, oidor en Manila.
Hijo de Antonio Fernández de Montemayor, natural de Cenicero, y de Luisa de Mansilla y Duque de Estrada, natural de Aranda de Duero.
Fue nombrado relator de la Real Audiencia de México, despachándosele el título correspondiente el 19 de febrero de 1650, y de inmediato organizó su viaje a la Nueva España, en el que le acompañó su mujer, Juana de Prado, con la que había contraído matrimonio en Madrid el 3 de febrero de ese mismo año de 1650.
Al arribar a su destino, el visitador de la Nueva España Pedro de Gálvez le nombró, el 20 de julio de 1650, como relator de la dicha visita, y también sirvió la relatoría del Juzgado General de Indios y del Tribunal de la Santa Cruzada.
Por Real Provisión fechada en Buen Retiro el 7 de junio de 1661 se le despachó título de oidor de la Real Audiencia de Manila, para ocupar la vacante por dejación que había hecho Benito Novoa de la plaza de Álvaro García de Ocampo que se le había concedido.
En Filipinas tuvo a su cargo la comisión del Juzgado de la Media Anata, y en 1672 se le encomendó que tomase residencia al gobernador Diego Salcedo y a su asesor, el oidor Francisco Coloma. Con este oidor había protagonizado un singular incidente, pues, cuando en 1670 fue puesto en prisión el gobernador Salcedo, se planteó la controversia sobre cuál de los dos debía ser tenido como oidor más antiguo, y decidieron echarlo a suertes, lo que fue desaprobado por la Corona y se les dirigió real cédula de reprensión desde Madrid el 18 de marzo de 1673.
Enviudó en Filipinas, y allí, sin real licencia, contrajo matrimonio con Jerónima Pascual de Paño, viuda que era del sargento mayor Alonso de Peralta, de lo que, enterado el Consejo, acordó multarle en 2.000 pesos y así se ordenó al gobernador, por real cédula de 30 de noviembre de 1680 que se los hiciera sacar de su salario, lo que ocurrió cuando Montemayor y Mansilla ya había muerto.
Por Real Provisión fechada en Madrid a 21 de junio de 1680 se le hizo merced de plaza de fiscal de la Real Audiencia de Guatemala, para ocupar la vacante por promoción de Diego Ibáñez de Faria a plaza de oidor, pero no viajó a tomar posesión de esta plaza porque, sobre consulta del 14 de julio de 1681, fue nombrado fiscal del Crimen de la Real Audiencia de México para ocupar la vacante por ascenso de Francisco Fernández Marmolejo, y se le despachó su título por Real Provisión fechada en Madrid el 2 de agosto de 1681, embarcándose en 1683 con destino a México, pero pereció durante la navegación.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Filipinas, 12, r. 1, n. 19; Filipinas, 32, n. 37; Filipinas, 33, n. 2, d. 17; Filipinas, 331, l. 7, fols. 45v.-47r.; Filipinas, 348, l. 4, fols. 296r.-298r.; Filipinas, 522; Guatemala, 503; Indiferente General, 119, n. 10; Indiferente General, 1.517; Méjico, 54, r. 2, n. 46; Méjico, 1.640; Archivo General de la Nación de Méjico, Bienes Nacionales, 268, exp. 13.
E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, t. II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947, págs. 466, 479 y 522; G. Lohmann Villena, Los americanos en las órdenes nobiliarias, t. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1947, págs. 278-279.
Javier Barrientos Grandon