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Salvador Gómez de Espinosa y Estrada

Biografía

Gómez de Espinosa y Estrada. Salvador. España, c. 1610 – Manila (Filipinas), 1660. Letrado, oidor en Filipinas.

Después de graduarse de bachiller y licenciado, por Real Provisión fechada en Madrid el 2 de marzo de 1650 se le despachó título de oidor de la Real Audiencia de Manila para ocupar la vacante por promoción de Francisco López de Solís a oidor en Guatemala, y con la misma fecha se dirigió Real Cédula al presidente y jueces de la Contratación para que le despacharan la licencia necesaria para dirigirse a su destino en compañía de dos criados.

Mientras se encontraba en México en espera de navío para las Filipinas, el visitador de Nueva España, Pedro de Gálvez, le nombró el 27 de noviembre de 1651 como subdelegado de la visita, durante el tiempo que él se retiraba a la ciudad de Cuernavaca a recuperar su salud, y aunque el visitador regresó a Ciudad de México, el 29 de abril de 1652 confirmó la subdelegación de la visita en el oidor Gómez de Espinosa.

Ya en Manila dio a la imprenta en el año de 1657 un Discurso parenético en defensa de los indios naturales de estas islas, pidiendo se les supriman los servicios reales y personales, cuya publicación molestó vivamente a las órdenes religiosas, lo que obligó al oidor Gómez de Espinosa a retirarlo de circulación, pero, no contentos los regulares con ello, dieron cuenta al Tribunal del Santo Oficio de Lima para que lo censurase y por ello el oidor escribió a la Corte informando sobre la materia y solicitando que le trasladara a otro tribunal, no sin que antes, en el año de 1658, el gobernador Manrique de Lara hubiera despachado auto para ordenar que se cumplieran las cédulas reales que prohibían los servicios personales y reales de los indios. El Consejo de Indias, enterado de estos sucesos, acordó, el sábado, 3 de junio de 1662, dar las gracias a Gómez de Espinosa y ordenó despachar real cédula al gobernador para que cumpliera e hiciera cumplir las reales cédulas que declaraban relevados a los indios del servicio personal, y lo mismo se rogó y encargó al arzobispo de Manila.

El gobernador de Filipinas Sabiniano Manrique de Lara se formó una muy buena opinión del oidor García de Ocampo, y así escribía a la Corte en 1661: “El licenciado Don Salvador Gómez de Espinosa es subjeto lúcido y aventajado en todo género de letras, procede con entera y general satisfacción, celo y justificación en el servicio de V. M. y de la causa pública con rectitud y limpieza y todo desvelo, y en la noticia de todas las cédulas de V. M. ha trabajado incansable con actividad sacando a la luz las más olvidadas y menos usadas, ha vencido muchas dificultades y dado forma a las materias que no la tenían, y expediente a los negocios que halló confusos, todos han corrido por su mano, los unos por la regalía de oydor, y los otros por habérselos yo encargado, como a mi asesor y auditor general de la guerra y en estas funciones ha cumplido con gran crédito y fatiga sin que le embaracen unas a otras, y atendiendo a mi conciencia y obligaciones de mi oficio, hablando con la verdad y celo que debo, merece, Señor, que V. M. le haga merced promoviéndole a plaza en que pueda lucir con mayores ventajas y mejoras, por ser docto y de mucha asistencia y aplicación en el estudio”.

En medio de las controversias generadas por su Discurso, sobre consulta de Cámara fechada en Madrid el 8 de marzo de 1658, en la que ocupaba el primer lugar de la terna, fue ascendido a una plaza de oidor en la Real Audiencia de Guatemala para servir la vacante por muerte de Juan González Cid, despachándosele su título por Real Provisión fechada en Madrid a 11 de abril de ese mismo año, pero no llegó a asumir este oficio debido a su muerte e, incluso, la noticia de su promoción llegó a las islas Filipinas cuando ya era difunto.

 

Obras de ~: Discurso militar sobre la jurisdicción de los Capitanes Generales de Filipinas, para conocer y proceder en las causas militares y casos criminales de la gente de guerra en primera y en segunda instancia, Manila, 1654; Memorial o discurso informativo, histórico, jurídico y político de la Real Audiencia de Manila en las Islas Philipinas, y grande archipiélago de la China. Sobre restituirla al gobierno político y militar en las vacantes de su gobernador presidente, de que se le ha pretendido despojar, Manila, 1655; Discurso parenético en defensa de los indios naturales de estas islas, pidiendo se les supriman los servicios reales y personales, Manila, Imprenta de la Compañía de Jesús, s. f.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.429, n. 56; Filipinas, 28, n. 67; Filipinas, 9, r. 2, n. 35; Filipinas, 22, r. 8, n. 33; Filipinas, 22, r. 9, n. 51; Filipinas, 330, l. 2, fols. 21r.-23v.; Filipinas, 522; Guatemala, 2, 503; Indiferente General, 114, n. 52.

E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1947, págs. 476 y 521; M. Luque Talaván, Un universo de opiniones. La literatura jurídica indiana, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2003, págs. 428-429.

 

Javier Barrientos Grandon