Fernández de Castro, Gutierre. Castilla, c. 1110 – c. 1167. Noble, mayordomo y tutor regio.
Noble castellano vinculado a la localidad de Castrojeriz, que dio nombre a su linaje. Aunque tradicionalmente se le ha supuesto hijo de Fernando Ruiz, investigaciones posteriores prueban que Gutierre y Rodrigo Fernández de Castro eran hijos de Fernando García de Hita y Tigridia Fernández, nietos, por tanto, del conde García Ordóñez. Tampoco resulta creíble su identificación con el mayordomo de la reina Urraca que en 1117 capturó al conde Pedro González de Lara, pues Gutierre Fernández de Castro inicia su andadura al acceder al trono Alfonso VII.
De hecho, sus primeros datos indican que ascendió al más alto escalafón de la nobleza por mediación del joven Monarca, por más que la política matrimonial le hubiera unido familiarmente a las principales familias de Castilla y León.
Aunque acató inicialmente al sucesor de la reina Urraca, no se incorporó a la Corte alfonsí hasta dos años después, distanciamiento que, al igual que ocurrió con su tío García de Aza y otros miembros de la nobleza, se enmarca en las tensas relaciones con Alfonso I el Batallador. De regreso a la obediencia regia en 1128, obtuvo la mayordomía entre 1135 y 1139 y asistió a la proclamación de Alfonso VII como emperador de Hispania. Intervino en la captación del musulmán Zafadola y en la guerra contra Navarra, al tiempo que se ocupaba de la crianza del heredero al trono. Participó en la conquista de Oreja y, ya en la década de 1140, en la de Almería. Desempeñó las tenencias de Calahorra, Soria, Arnedo, Roa y Amaya, oficios territoriales que fueron ampliados en la década siguiente con el gobierno de Castrojeriz.
Además, al constituirse la Corte de Sancho III, aún en vida de su padre, fue nombrado su mayordomo, cargo que se documenta entre 1153 y 1155. No sorprende, por tanto, que el nuevo monarca castellano le confiara la custodia de su primer hijo, el futuro Alfonso VIII, hecho que resultó trascendental al fallecer Sancho III (1158). Consciente de la difícil situación política, el Monarca había encomendado al conde Manrique de Lara que se hiciera cargo de la regencia, aunque mantuvo a Gutierre Fernández en el puesto de tutor. Esta medida, no obstante, desagradó al conde, que convenció al noble de que entregara la custodia del Soberano a García García de Aza I.
La maniobra de los Lara se completó cuando, al año siguiente, el nuevo tutor renunció a su cometido en beneficio del regente, asunto que, según la historiografía tradicional, derivó en una tenaz oposición entre Castros y Laras. No obstante, las revisiones genealógicas demuestran que, en realidad, el de Aza estaba emparentado con ambos personajes y, además, la documentación revela que Gutierre Fernández nunca abandonó la Corte, por lo que, si bien es probable que no aplaudiera todas las acciones del regente, permaneció junto a quien defendía Castilla y su corona.
Ni siquiera lo abandonó cuando su sobrino Fernando Rodríguez se enfrentó a los Lara, aunque sus intervenciones se prodigan menos en 1163 y 1164.
Las últimas referencias a Gutierre Fernández de Castro corresponden a los años marcados por la regencia del conde Nuño Pérez de Lara, en la que, lejos de desempeñar oficios importantes, apenas conservó el gobierno de algunas tenencias, entre ellas la de Castrojeriz. Redujo su presencia en la Corte, a tenor de lo expuesto por los privilegios, aunque gozó de amplio reconocimiento en Castilla hasta el día de su muerte.
Había casado con Toda Díaz, hija de Enderquina Álvarez y nieta de Álvaro Díaz de Oca y Teresa Ordóñez, junto a quien está documentada en 1124. Su matrimonio no le aportó descendencia por lo que transmitió el liderazgo familiar a su sobrino Fernando Rodríguez de Castro. Respecto a su hacienda personal, concentrada en la Castilla Vieja, fue a parar al monasterio de San Salvador del Moral —vinculado a sus parientes políticos— y al de San Cristóbal de Ibeas, donde fue enterrado.
Bibl.: R. Jiménez de Rada, De Rebus Hispanie sive Historia Gothica, s. l., s. f. (en Historia de los hechos de España, introd., trad., notas e índices de J. Fernández Valverde, Madrid, Alianza Editorial, 1989); L. de Salazar y Castro, Historia Genealógica de la Casa de Lara, Madrid, Imprenta Real, 1696 (ed. facs., Bilbao, Wilsen, 1988); R. Menéndez Pidal (ed.), Primera Crónica General de España, Madrid, Gredos, 1955; J. González González, El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, Escuela de Estudios Medievales, 1960; M. Recuero Astray, Alfonso VII Emperador, León, Centro de Estudios e Investigación San Isidro, 1979; R. Jiménez de Rada, Corpus Christianorum. Continuatio Mediaevalis, t. LXXII, Turnholt (United States), 1987 (en Historia de los hechos [...], op. cit.); J. de Salazar y Acha, “El linaje castellano de Castro en el siglo xii: consideraciones e hipótesis sobre su origen”, en Anales de la Real Academia matritense de heráldica y genealogía, I (1991), págs. 33-68; A. Sánchez de Mora, La nobleza castellana en la Plena Edad Media: El linaje de Lara, tesis doctoral, Sevilla, Universidad, 2006; Los Lara: un linaje castellano de la plena Edad Media, Burgos, Diputación, 2008.
Antonio Sánchez de Mora
