Cruz Herrera, José. La Línea de la Concepción (Cádiz), 1.X.1890 – Casablanca (Marruecos), 11.VIII.1972. Pintor orientalista y regionalista andaluz.
Hijo y nieto de litógrafos radicados en La Línea, con sendas imprentas en la población y en la colonia británica de Gibraltar, da muestras de su temprana vocación por la pintura, lo que decide a sus padres a enviarlo en 1907 a Sevilla, donde recibe lecciones de Gonzalo Bilbao. En 1909 marcha a Madrid y con el salario que obtiene, primero como empleado de la compañía de seguros del Fénix Agrícola y, después, como pensionado de su director, superado el ingreso en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando en 1910, asiste a sus aulas hasta 1914, fecha en la que consigue una pensión del Círculo de Bellas Artes con la que viaja a Roma y París. regresa a España en 1915. Participa en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1912 y 1915, en la que su cuadro Capilla del Cristo de la Misericordia de los Duques de Osuna obtiene medalla de 3.ª clase, y se hace asiduo expositor en las mismas, de las que destacan la de 1924 con Al mercado, obteniendo en ella medalla de 2.ª, y la de 1926, con La ofrenda de la cosecha que corona con una primera medalla. Una estancia de dos años le retiene con éxito en Buenos Aires y Montevideo, de donde regresa en 1923. En 1927 abre estudio en Casablanca y, tras el éxito obtenido en esta colonia francesa, se traslada en 1929 a París, capital en la que también abre estudio en una prolongada estancia que corona con una Medalla de Oro de las Artes, las Ciencias y las Letras parisina, en 1930, y el nombramiento de Socio de Honor del Salón de París en 1936. En 1938 regresa a Casablanca, donde se le condecora con la Orden de la Medhaouia. En 1939 expone una serie de ciento veinticuatro lienzos con temas marroquíes en la legación española de Tánger y, seguidamente, en Madrid en enero de 1940. En el mismo año es condecorado con la Cruz de Caballero de Isabel la Católica. En la Exposición Nacional de 1941 aspira a la Medalla de Honor con Moros al mercado y Judíos, pero el galardón se declara desierto.
En 1939 es nombrado miembro correspondiente de la sevillana Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y, en 1943, de la de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. En 1949, creada una convocatoria anual para temas africanos, se lleva la Primera Medalla de Pintura con Esclavo moro. Abre nuevo estudio en San Roque (Cádiz), compatibilizando estancias entre ésta localidad, próxima a La Línea, y Casablanca. Es homenajeado por la Asociación de Pintores y Escultores en 1950 y, en 1957, habiendo aspirado nuevamente, y sin conseguirla, a la Medalla de Honor en la Nacional correspondiente, es galardonado no obstante con la Medalla de Honor por dicha asociación con motivo del XXVIII Salón de Otoño.
En 1958 es condecorado con la Encomienda de Alfonso X el Sabio, en 1959 con la del Mérito Civil y, en 1961, con la de la Orden de África. Sigue exponiendo con éxito principalmente en Madrid y Casablanca, en especial en la Galería Venise-Cadre, al tiempo que realiza los encargos de particulares, retratos sobre todo.
Su pintura, que surge inicialmente dentro del figurativismo finisecular español, partiendo de un ecléctico simbolismo hasta llegar a una pintura más colorista y de tipos populares, afín a la corriente del regionalismo andaluz, se consolida con su viaje a Marruecos y el contacto con la clientela cosmopolita, francesa, que determina una obra colorista, suelta de trazos, reiterativa en el tratamiento de los temas, fundamentalmente escogidos entre los tipos marroquíes y completados con escasos paisajes, naturalezas muertas meramente ornamentales y, sobre todos desnudos femeninos y retratos de elegancia convencional. Tanto su obra como sus convicciones son declaradamente tradicionales por lo que, salvo en la ligereza del trazo y en el aclaramiento de paleta, ambos basados en sus esquemas originales, no hay una evolución significativa, en especial desde 1940 en que su estilo queda definido. Su papel como director del grupo de crítica y opinión autodenominado “Grupo Velázquez”, fundado en Madrid en 1956 y sin proyección significativa, manifiesta su completa aversión a las corrientes de renovación estética, incluidas las ya pasadas vanguardias históricas.
Su amplia producción está esparcida por colecciones particulares e instituciones y sus temas han sido frecuentemente utilizados para la cartelería festiva.
Los museos de Granada y Cádiz, entre otros, cuentan con cuadros suyos. Empero, la principal colección en número y épocas de Cruz Herrera se puede contemplar en el Museo Municipal Cruz Herrera de La Línea de la Concepción, fundado en su honor en 1969 e inaugurado en 1975, cuyos fondos proceden de un legado de cincuenta y dos obras, hecho por el pintor, para su ciudad natal. En la parroquia de ésta cuelgan asimismo una Inmaculada Concepción y una temprana copia del Cristo velazqueño.
Obras de ~: Capilla del Cristo de la Misericordia de los Duques de Osuna, 1915; ¡Hagan juego, señores!, 1917; Al mercado, 1924; La ofrenda de la cosecha, 1926; Mujeres linenses, 1926; Mercado árabe, 1936; Moras al mercado, 1941; Inmaculada Concepción, 1963.
Bibl.: F. Cuenca, Museo de pintores y escultores andaluces, La Habana, Rambla, Bouza y Cía., 1923; B. de Pantorba, Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, Madrid, Alcor, 1948; C. Barberán, Cruz Herrera (Visión española de la obra de un pintor), Madrid, Ediciones de Arte Urgabo, 1954; F. Pompey, Pintores españoles, Madrid, Temas Españoles, 1954; VV. AA., Siglo y medio de arte gaditano 1834-1984, Jerez de la Frontera, Caja de Ahorros, 1984; J. Riquelme Sánchez, Vida y obra del pintor José Cruz Herrera, Sevilla, Alfar, 1987; E. Dizy Caso, Los orientalistas de la escuela española, París, ACR, 1997; VV. AA., José Cruz Herrera (1890-1972), Cádiz, Diputación Provincial, 1999; VV. AA., Museo Cruz Herrera, Cádiz, Ayuntamiento de La Línea, 2002.
Fernando Pérez Mulet