Carrasco Ferreira, Fernando. Ferreira. Bollullos Par del Condado (Huelva), 8.III.1925 – Sevilla, 6.V.2006. Pintor.
El séptimo de ocho hermanos, ya de pequeño llamaba la atención por su extraordinaria habilidad en el dibujo. Ingresó en 1941 en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, donde tuvo como profesores a José María Labrador, Santiago Martínez, Sebastián García y Antonio Díaz Fernández, entre otros. Expuso por primera vez en 1946, en la Sala Hernán, de Sevilla. Destinado como alférez de complemento a El Ferrol, hizo en 1950 una exposición en el Casino ferrolano y en la Asociación de Artistas de La Coruña.
Estableció estudio en su pueblo natal, donde trabajó ininterrumpidamente para clientes particulares. El Retrato de Isabelita y Mari León fue un éxito en la Exposición de primavera del Ateneo de Sevilla, en 1948, año en que fue seleccionado para la Beca Murillo, de la Diputación Provincial de Sevilla. Casado con Mercedes Mairena Camacho (1959), tuvo dos hijas, una de ellas, Ana María, también pintora. A partir de 1961, ejerció la docencia en los Institutos de Enseñanza Secundaria de Bollullos, Almonte, Porriño y Huelva, hasta su jubilación en 1991, residiendo desde entonces entre Sevilla, Bollullos y Mazagón. Tenía exposición permanente en la galería sevillana de Pueyo.
Sus temas preferidos representan la belleza de la vida ordinaria, percibidos de la observación inmediata, de los estudios del natural: bodegones, frutas, floreros, paisajes, retratos y, últimamente, estampas de ambiente festivo popular, romería del Rocío, feria de Sevilla, gitanas, etc. En el tema religioso, ocasionalmente tratado, logró crear espacios y perspectivas inéditas en escenas del Evangelio —Ecce Homo, Entierro de Cristo, Asunción (c. 1955)—, experimentando una veta que luego no continuó. Consigue admirablemente el retrato, al que otorga frescura y vitalidad, desde las jóvenes Isabelita y Mari León (1948) hasta el Retrato del obispo Noguer Carmona (2003). En 1961 decoró el palacio de las Rocinas (Almonte).
Se desenvuelve en un lenguaje directo, ajeno a planteamientos intelectuales. Destaca en él el dibujo, seguro y sólido, que luego desdibuja, desenfoca y envuelve en brumas. Las figuras, que a veces no pasan de leves insinuaciones, quedan delineadas y ubicadas en el espacio, por medio de ligerísimas pinceladas. Su paleta cromática es sobria y reducida, y en ella predominan los blancos, sienas y ocres. Quizás, por eso, destacan más las manchas de color de los bodegones de frutas y flores. Los temas costumbristas supusieron para él un avance importante en cuanto a la personalización de su estilo, refrescando la paleta y dando movimiento a su pintura. Mantuvo su actividad hasta días antes de su fallecimiento.
Obras de ~: Retrato de Isabelita y Mari León, 1948; Ecce Homo, c. 1955; Entierro de Cristo, c. 1955; Asunción, c. 1955; Decoración del Palacio de las Rocinas, Almonte (Huelva), 1961; Retrato del obispo Noguer Carmona, 2003.
Bibl.: M. J. Carrasco Terriza, “Fernando Carrasco Ferreira, merecido homenaje”, en Huelva Información, 16 de septiembre de 2002, pág. 16; J. Velasco Nevado, Historia de la Pintura Contemporánea en Huelva: 1892-1992, Huelva, Diputación Provincial, 2003, pág. 220. E. Montenegro Pinzón, 400 artistas plásticos onubenses a través de la crítica, Huelva, Ayuntamiento de Huelva, Fundación Caja Rural del Sur, Atlantic Cooper, Ership, 2003, pág. 51.
Manuel Jesús Carrasco Terriza