Biedma y Pazos, Nicasio. La Coruña, 14.XII.1807 – Buenos Aires (Argentina), 15.XI.1859. Militar.
Era hijo de Francisco de Biedma y de Tomasa Pazos. Arribó a Buenos Aires a temprana edad. En 1826 se incorporó como alférez 2.º en el Regimiento 4.º de Caballería de Línea. Intervino en la guerra del Brasil, participando entre otras en la batalla de Ituzaingó en 1827, a las órdenes del coronel Félix de Olazábal, mereciendo en esta campaña sucesivos ascensos hasta alcanzar el grado de capitán. Fue el fundador de la Legión Española en Buenos Aires. El 1 de diciembre de 1828, cuando se produjo el pronunciamiento del general Lavalle contra el gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego, fue incorporado a las fuerzas federales y destinado por el general Juan Manuel de Rosas a combatir contra las tropas de Lavalle. De férreas convicciones federales, militó junto a Rosas prestando diversos servicios a la causa hasta ser promovido a sargento mayor en 1832. Tomó parte activa en la Revolución de los Restauradores y figuró en la plana mayor del ejército del gobernador Rosas hasta su caída en 1852.
Nicasio Biedma llegó a Buenos Aires en circunstancias políticas muy complejas. Unitarios y federales se enfrentaban por el control de la ciudad, y en el interior del país la lucha entre caudillos engendraba la inestabilidad. Pronto se decantó por la causa federal y prestó sus servicios militares y políticos al gobernador Dorrego. Tras la ejecución de éste, se puso a las órdenes del caudillo federal porteño, Juan Manuel de Rosas y no dudó en enfrentarse a las tropas de los unitarios, que bajo las órdenes del general Lavalle intentaban adueñarse de los gobiernos provinciales.
Con el triunfo federal y la elección de Rosas como gobernador de Buenos Aires al frente del manejo de las relaciones exteriores de la confederación, defendió sus ideales y la figura misma del restaurador en la lucha interna que se suscitó en el partido en 1833. Una vez lograda la reelección de Rosas pasó a formar parte de uno de sus hombres de confianza y acompañó militarmente al caudillo en sus enfrentamientos contra los unitarios hasta su derrota en Caseros en 1852.
Tras la batalla de Caseros el general Urquiza asumió la representación federal con el compromiso de organizar constitucionalmente al país, e hizo causa común con el Estado de Buenos Aires cuando esta provincia se separó del resto de la confederación. A la lucha contra el caudillismo del interior se sumó el enfrentamiento contra el general Mitre que encarnaba los ideales porteños supremacía y secesión. Nicasio Biedma defendió con las armas la autonomía de Buenos Aires y la muerte lo sorprendió antes de ver resuelto el conflicto y consolidada la unión nacional. En noviembre de 1854 era nombrado comandante militar de San Nicolás. Ese mismo año había sido designado para prestar servicios en el Ministerio de Guerra, cargo en el que fue reemplazado por el teniente coronel Mariano Artayeta. En marzo de 1856 se ordenó que Biedma pasase a Tandil en calidad de 2.º jefe de la División San Martín. En junio del año siguiente, Biedma se dirigió al comandante en jefe del Ejército del Sud, coronel Pedro José Díaz, solicitando, a causa de su enfermedad, la baja del comando militar; pasó entonces a ocupar su puesto en el Ministerio de Guerra. Hacia abril de 1858 era fiscal militar permanente de Buenos Aires; en junio de ese año se reincorporó al Ejército de Operaciones del Sud, como jefe del Detall, cargo que ejerció hasta marzo de 1859, en que regresó a Buenos Aires a causa de su enfermedad. Fue, sin lugar a dudas, un hombre comprometido política y militarmente con la causa federal porteña hasta sus últimas consecuencias.
Bibl.: J. R. Yaben, Biografías argentinas y sudamericanas, Buenos Aires, Metrópolis, 1938, págs. 591-592.
Sandra Fabiana Olivero
