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Manuel Crespo Cebrián

Biografía

Crespo Cebrián, Manuel. Minglanilla (Cuenca), 8.III.1793 – 6.IV.1868. Militar y político.

Fueron sus padres Manuel Antonio Crespo y Ana María Cebrián. Ingresó en el Ejército como soldado distinguido en 1809 en el Cuerpo de Artillería, pasando dos años después en clase de cadete al Batallón de Infantería Ligera de Valencia, en el que, en 1812, fue promovido al empleo de subteniente. Seguidamente fue trasladado al Batallón Ligero de Campo Mayor.

Hizo toda la campaña de la Guerra de la Independencia.

En 1810 intervino en el sitio de la plaza de Valencia y fue hecho prisionero ese mismo año en la batalla de Ulldecona (Tarragona); a los pocos días consiguió fugarse e intervino en el siguiente mes de septiembre en la acción de la Puebla de Benaguacil (Valencia).

En 1811 se encontró en la batalla de Puzol (Valencia) y al año siguiente en el segundo sitio de la capital.

Volvió a caer prisionero tras la capitulación de la plaza y, tras su fuga, se presentó en Cuenca al general Bassecourt, que mandaba las tropas que operaban en esta provincia. En 1813 tomó parte en el sitio de Pamplona y en la batalla de Sorauren (Navarra), penetrando seguidamente en Francia en persecución del enemigo.

Finalizada la guerra, estuvo prestando servicios de guarnición en diversos puntos de la provincia de Cádiz.

En 1815 se embarcó hacia Costa Firme con la expedición del general Morillo, combatiendo a los rebeldes en la isla Margarita. Sublevada de nuevo la isla, embarcó en Caracas y llegó a Pampatar, trasladándose a la ciudad de La Asunción para socorrer al castillo de Santa Rosa, sitiado por los rebeldes. Tras conseguir romper el sitio, marchó al valle de San Juan, y las tropas españolas tuvieron que efectuar una penosa retirada cargadas y perseguidas por numerosos enemigos.

Permaneció en la isla durante el resto del año 1816, conduciendo convoyes de víveres y municiones desde Pampatar a La Asunción, que tuvo que ser abandonada en el mes de mayo, sufriendo a continuación el sitio que por mar y tierra pusieron los rebeldes a Pampatar, hasta que finalmente hubo que abandonar la isla por falta de recursos.

Entre los meses de enero y junio de 1817 intervino en la defensa de Cumaná, hasta que fue levantado el sitio, efectuando a continuación una penosa marcha hasta Carúpano, donde se volvió a enfrentar a los rebeldes.

A finales de junio embarcó por segunda vez hacia isla Margarita, y reconquistó las plazas de Porlamar, Pampatar, La Asunción y San Juan Bautista, pero otra vez hubo de ser abandonada la isla, para pasar a Puerto Cabello e internarse a continuación en el país, resistiendo el bloqueo puesto a la villa de Calabozo por Bolívar y enfrentándose a sus fuerzas en la acción del Sombrero y en la batalla de la Puerta, en la que fueron derrotadas las fuerzas independentistas.

En 1819 efectuó una larga y fatigosa expedición por el desierto del Arauca, forzando el paso a través de este río y persiguiendo al enemigo hasta Cunaviche.

Continuó en operaciones durante este año y el siguiente.

Combatió el 24 de junio de 1821 en la batalla de Carabobo, en la que fue derrotado el ejército realista, destacando por su valor durante la retirada que el Regimiento de Valenncey efectuó a Puerto Cabello, que quedó sitiada por los insurrectos. A lo largo de trece meses, se mantuvo a la defensiva en la plaza, sufriendo continuos bombardeos y efectuando algunas arriesgadas salidas para destruir las trincheras y parapetos del enemigo, hasta que, faltos de recursos, hubo que abandonarla por mar, para dirigirse en el mes de agosto de 1822 a las costas de Maracaibo. Desembarcó en la península de la Guajira, desde donde continuó a pie hasta Maracaibo, y consiguió entrar en esta ciudad tras enfrentarse al enemigo en Sinamaica y en el paso del río Socuy, encomendándosele por su destacado comportamiento el mando del Regimiento de Valenncey.

Una vez en la ciudad de Maracaibo, se le encomendó la toma del castillo de San Carlos, que protegía la entrada a la laguna, cuya rendición consiguió. En el mes de noviembre se encontró en la batalla de Garabulla, donde debido al ataque que efectuó sobre la retaguardia enemiga se consiguió la victoria. En el mes de septiembre alcanzó el empleo de segundo comandante.

Puesto sitio a la ciudad de Maracaibo por mar y tierra en el mes de mayo, mantuvo su defensa hasta que la falta de recursos y socorros le obligó a capitular en el mes de agosto, y fue conducido a la isla de Cuba, donde embarcó hacia la Península.

En septiembre de 1824 fue ascendido a primer comandante y se le confió el mando del Regimiento de España, de guarnición en Ferrol, para posteriormente ser nombrado gobernador político-militar de dicha plaza.

En 1825 se incorporó al Regimiento de España en la isla de Cuba, y al año siguiente fue trasladado al Regimiento Ligero de Cataluña n.º 2, de guarnición en el Departamento Oriental, donde también desempeñó el cargo de gobernador político y militar de la villa de Bayamo.

En marzo de 1835 fue ascendido a coronel y dos años después embarcó hacia la Península, donde en el mes de septiembre fue destinado al Ejército del Norte, en el que se le dio el mando de la columna de operaciones de Castilla la Vieja, con la que combatió en 1838 a los carlistas en Extremadura y La Mancha, batiendo al general Basilio García en el mes de mayo en Almadén (Ciudad Real) y a “Perdiz” en julio en Navamorcuende (Toledo). Por tal motivo, dos meses después sería recompensado con el ascenso a brigadier, ganando la Cruz de San Fernando de 3.ª clase en el mes de agosto en Oropesa (Toledo), al conseguir batir a doscientos jinetes enemigos que habían descendido de los Montes de Toledo capitaneados por el cabecilla Felipe Muñoz, haciéndole ciento treinta y cinco muertos y heridos, veinticinco prisioneros y apoderándose de ciento veintidós caballos con sus armas y monturas. A continuación marchó a los Montes de Toledo, donde persiguió y combatió al cabecilla “Palillos” hasta aniquilar su cuadrilla.

En 1839 pasó al Ejército del Centro y fue nombrado comandante general de la provincia de Cuenca.

En ese mismo año volvió al Ejército del Norte, donde se le dio el mando de la 1.ª Brigada de la 4.ª División, con la que combatió en Aragón, encomendándosele, en 1840, la 4.ª División, con la que tomó parte en la provincia de Teruel en el mes de abril en el sitio y rendición de los castillos de Aliaga y de Alcalá de la Selva, por la primera de cuyas acciones recibió como recompensa una segunda Cruz de San Fernando de 3.ª clase; a continuación, pasó a actuar en la provincia de Castellón, interviniendo en la toma del fuerte de Villahermosa y de las plazas de Cantavieja y Morella.

En el mes de junio se le concedió el mando del Regimiento del Infante y, siguiendo al mando de su división, intervino en la provincia de Barcelona en la toma de Berga, y fue ascendido al mes siguiente al empleo de mariscal de campo por méritos de guerra.

Una vez finalizada la guerra fue puesto al frente de la 1.ª División del 5.º Cuerpo de Ejército, con la que marchó a Madrid, pasando más tarde a mandar dicho 5.º Cuerpo.

En 1841 fue nombrado gobernador militar de Cartagena, cargo en el que cesó para mandar la 2.ª división del Ejército de Operaciones del Norte. Más tarde volvió a su cargo de gobernador, que abandonó en 1842 al ser nombrado segundo cabo y subinspector general de Filipinas, para regresar a la Península dos años después, siendo entonces aprehendido y encerrado en un calabozo sin conocer los motivos, pasando posteriormente a la situación de cuartel en Madrid, donde en 1846 fue acusado de conspiración y juzgado en Consejo de Guerra, en el que resultó absuelto de los cargos que se le imputaban.

En agosto de 1854 obtuvo el empleo de teniente general y en noviembre fue nombrado capitán general de Filipinas, cargo que ocupó hasta diciembre de 1856, en que regresó a España y fijó su residencia en Madrid, aunque pasaba largas temporadas en Minglanilla, donde a partir de 1867 se agravó la enfermedad que sufría y que le ocasionó la muerte.

Durante su larga carrera militar estuvo en noventa y cinco acciones de guerra y nueve sitios de plaza, y recibió dos heridas. Estaba en posesión de las Grandes Cruces de San Hermenegildo (1841) e Isabel la Católica (1842). En 1848 fue elegido diputado a Cortes por el distrito de Requena y senador vitalicio a partir de 1860.

En 1840 había contraído matrimonio con Francisca de la Guerra y Montero.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. C-3778.

H. Priego Sánchez-Morate y J. A. Silva Herranz, Diccionario de personajes conquenses (nacidos antes del año 1900), Cuenca, Diputación Provincial, 2002.

 

José Luis Isabel Sánchez

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