Valderrama y Haro, Baltasar Francisco. Osuna (Sevilla), ú. t. s. xvii – ?, s. t. s. xviii. Gobernador de Costa Rica.
Militar con el grado de sargento mayor, no hay noticias sobre su etapa formativa, pero residía en León de Nicaragua antes de asumir el cargo. Fue nombrado por Real Cédula de 10 de noviembre de 1724 y asumió la gobernación el 22 de mayo de 1727. Como todos los gobernadores, se preocupó por incentivar la única actividad económica que permitía a la provincia vincularse con el mercado, el cacao cultivado en plantaciones en Matina, en el litoral caribe. Por ello, apenas asumió la gobernación, arregló el camino entre Cartago y Matina, el cual en realidad era una senda que atravesaba la selva.
El hecho más relevante de su gobernación, sin embargo, fue el enfrentamiento con los representantes de la iglesia, aunque cumplió con su función de representante de un estado confesional ordenando a los tenientes que obligaran a los indios a asistir a misa. Pero como la población indígena de la meseta central era reducida y no permitía los sistemas de explotación que existían en otras provincias, Valderrama y Haro aprovechó la consolidación de los pueblos de Quepo, Térraba y Boruca, las dos últimas reducciones establecidas a finales del siglo xvii, para nombrar teniente de gobernador. Fueran las que fuesen las intenciones del gobernador, los frailes doctrineros sublevaron a los indígenas y un fraile del Convento Franciscano de Cartago intentó asesinar al gobernador. La Audiencia de Guatemala dejó sin efecto el nombramiento y desterró al fraile de la provincia.
Al enfrentamiento con los franciscanos siguió otro conflicto más grave por afectar a toda la provincia. En 1734 importantes vecinos de Cubujuquí (Heredia) presentaron graves denuncias ante el Tribunal de la Santa Inquisición contra el cura del vecino pueblo de indios de Barva que incluían negar auxilios espirituales a quienes no lo incluyeran en su testamento, llevar “hijas de familia” a la fuerza a su casa y encarcelar al pariente que se quejara. El tribunal inició el proceso y solicitó el auxilio de las autoridades para encarcelarlo, pero el cura por su parte requirió el auxilio de sus superiores. El obispo de Nicaragua y Costa Rica solicitó que se dejara al cura en libertad y, al negarse el gobernador Valderrama y Haro lo excomulgó y puso la provincia en entredicho, es decir, prohibió la administración de todos los sacramentos. Ésta era el arma simbólica más poderosa en manos de los obispos, pero para el estado confesional español representaba una amenaza a su estabilidad. Por ello la Audiencia de Guatemala obligó al obispo a levantar el entredicho, apoyando la actuación del gobernador.
Fuentes y bibl.: Archivo Nacional de Costa Rica, Cartago, 326.
R. Obregón Loría, De nuestra historia patria. Los gobernadores de la colonia, San José, Oficina de Publicaciones de la Universidad de Costa Rica, 1979.
Jose Antonio Fernández Molina