Ayuda

Fernando Ulloa y de la Torre-Guiral

Biografía

Ulloa y de la Torre-Guiral, Fernando. Sevilla, c. 1730 – ?, c. 1790. Ingeniero militar, coronel de Ingenieros.

Ingresó en el Cuerpo de Ingenieros como ingeniero extraordinario el 5 de marzo de 1752. Era hijo de Bernardo de Ulloa, caballero veinticuatro y alcalde mayor de Sevilla, y hermano del marino y naturalista Antonio de Ulloa. Su padre fue autor de importantes escritos de carácter económico, especialmente, Restablecimiento de las fábricas y comercio marítimo español; errores que se padecen en las causales de su decadencia, cuales son los legítimos obstáculos que le destruyen, y los medios eficaces de que florezca, publicada en dos volúmenes en Madrid en 1740 y Del comercio y tráfico marítimo que tiene España en las naciones y en la América (Madrid, 1741). Por su parte, su hermano Antonio era consejero del primer ministro Ensenada y asesor de cuestiones náuticas e hidráulica, por lo que Fernando de Ulloa estaba en relación con lo más avanzado de la ciencia europea del momento. Además, adquiriría una amplia experiencia hidráulica, trabajando en la construcción del canal de Castilla entre 1753 y 1757, convirtiéndose en uno de los principales expertos españoles en ingeniería hidráulica de la segunda mitad del XVIII.

Poco antes, y por consejo de Antonio de Ulloa, se había decidido la construcción de los canales de Castilla, concebidos como canales de navegación y de riego, para lo que se contrató a un ingeniero hidráulico francés, Carlos Lemaur, que se incorporó al Cuerpo de ingenieros militares con el grado de ingeniero ordinario y capitán. Lemaur realizó el “Proyecto general de los Canales de Navegación y Riego para los reinos de Castilla y León” (1753), donde se preveía la construcción de cuatro grandes canales interconectados, de los que finalmente se construirían tres.

En julio de 1758, Fernando de Ulloa era nombrado director de las obras del ramal del norte del Canal de Castilla, debiendo ocuparse del proyecto realizado anteriormente por el ingeniero Silvestre Abarca. Comenzó con la creación de una idea nueva para el citado ramal, al comprobar la poca viabilidad de los proyectos de Lemaur y de Silvestre Abarca para el tramo de Nogales y Calahorra de Ribas. En este trayecto se preveía la construcción de una gran presa sobre el río Pisuerga, 25 esclusas y cuatro puentes-acueductos, además de otras obras de cantería de menor importancia. El presupuesto de Ulloa era un poco más de 20 millones de reales.

En 1760 levantó un plano general del canal de Campos en Castilla, donde seguía destinado como director de las obras, en la parte de las provincias de Santander y Valladolid. En 1767 publicó el Discurso político en que se trata de las utilidades que traen al Estado las acequias de riego y de los obstáculos que se les oponen. Ulloa redactaba su documento en un momento muy importante para el reformismo ilustrado de la agricultura, ya que, en los años anteriores la preocupación por aumentar la producción agrícola había conducido a medidas sobre el libre comercio de granos, y en 1765 se dictaron normas para evitar el acaparamiento. Se intentaba estimular la producción, para lo cual se inició en 1766 una política decidida de reparto de tierras baldías y bienes pertenecientes a los concejos. Se entiende que en ese contexto el acuerdo sobre la conveniencia de aumentar el riego fuera muy amplio, traducidos en esfuerzos para mejorar la producción e introducir la nueva agricultura. Como consecuencia de esta coyuntura, la atención al regadío en el canal fue más intensa, aceptándose que el tramo del Canal de Campos pudiera ser utilizado para el regadío, además de para la navegación, construyéndose cinco tomas para otras tantas acequias.

El prestigio de Fernando Ulloa llegó a ser muy grande en la década de 1770, durante la cual realizó comisiones en relación con las más importantes obras hidráulicas de la Monarquía. En 1771 fue llamado para reconocer el proyecto que había realizado el ingeniero Sebastián Feringán Cortés para el trasvase de los ríos Castril y Guardal a la cuenca del Segura, en un momento en que la Compañía de Pradez se planteaba la continuación del canal.

A finales del verano de 1775, Francisco Sabatini, “Director y Comandante del Ramo (brigadier del Cuerpo de Ingenieros del Ejército) de Caminos, Puentes, Edificios de Arquitectura Civil, y Canales de Riego y Navegación”, visitaba el canal, quedando satisfecho del desarrollo de las obras. En consecuencia, mandó un aviso al secretario de Hacienda para dar una mayor asignación económica y acelerar el ritmo de los trabajos. Los aumentos se verían frenados por gastos militares, disminuyéndose el presupuesto a partir de enero de 1779, frenándose también el ritmo de construcción y excavación. Finalmente, las obras se terminaban en 1781. Ulloa ya tenía preparado el cuarto tramo desde Requena hasta Calahorra de Ribas. Este tramo constaba de una longitud de 31.325 varas, nueve esclusas y un puente-acueducto y tenía un coste de unos 8.700.884 reales. Las obras avanzaron lentamente a causa de la insuficiencia económica. Había ascendido a ingeniero en segundo el 1 de noviembre de 1774.

En 1780 Ulloa estaba en Santander, donde levantó un plano de la ciudad, en el que manifestaba las “nuevas obras ejecutadas en su dársena y las que debían construirse para el abrigo de los barcos mercantes o de comercio”, y otro plano de los almacenes proyectados. Finalmente realizaba un segundo plano de la citada ciudad de Santander, con su dársena ya construida y el proyecto de otra que debía ser “capaz de abrigar navíos y fragatas de guerra y un gran número de embarcaciones de comercio con la comodidad de aumentar la ciudad de un espacio muy ventajoso por su extensión y situación, sin detrimento de los edificios que actualmente la componen”.

En 1781, siendo coronel, se le ordenaba examinar las obras del canal de Huéscar (Granada) y del de Murcia, y en 1782 reconocía las aguas de Daifontes y la Real Acequia de Albolote para el riego de Granada.

En julio de 1786, se retiraba Fernando de Ulloa, después de 30 años como ingeniero jefe y director de las obras del Canal. Tras su jubilación, sería sustituido en la dirección por el ingeniero militar Juan Homar, que había sido durante más de una década ayudante de Ulloa en las obras del canal. El canal de Castilla sería reconocido como una de las grandes obras hidráulicas del siglo XVIII, incluso como una de las mayores de la época, siendo de visita obligada para los extranjeros que recorrían la Península en la segunda mitad del siglo.

En 1791, ya sin la dirección de Ulloa, se habían construido 125 kilómetros en total, con sus esclusas, dársenas, puentes, acueductos caminos de sirga e instalaciones industriales, especialmente molinos harineros.

 

Obras de ~: Discurso político en que se trata de las utilidades que traen al Estado las acequias de riego y de los obstáculos que se les oponen, 1767; Relación Histórica del Canal de Castilla, s.f.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas (AGS), Exps. Personales.

J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, 1876; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Universidad, 1983; H. Capel, De Palas a Minerva. La formación científica y la estructura institucional de los Ingenieros Militares en el siglo XVIII, Madrid, Serbal - Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1988; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; H. Capel, “El discurso político sobre el regadío del ingeniero militar Fernando de Ulloa, 1767”, en Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, 7, 348 (10 de febrero de 2002); A. Gil Albarracín, Documentos sobre la Defensa de la Costa del Reino de Granada (1497-1857), Barcelona, INGOPRINT S. A., 2004; M. Novoa, “La obra pública de los Ingenieros Militares”, en Los Ingenieros Militares de la Monarquía Hispánica en los XVII y XVIII, Madrid, Ministerio de Defensa - Asociación Española de Amigos de los Castillos, 2005; M. Silva Suarez (ed.), Técnica e Ingeniería en España. II, El siglo de las Luces, de la ingeniería a la nueva navegación, Zaragoza, Real Academia de Ingeniería - Institución “Fernando el Católico”, 2005; C. Martín Escorza, Geología, aguas, romanos y románico en Tierra de Campos (Palencia), Madrid, Museo Nacional de Ciencias Naturales - CSIC, 2010; J. A. de las Heras, Cartagena y sus arsenales en el siglo XVIII, a través de su maqueta, Cartagena, Museo Militar de Cartagena, s.f.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje