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Jorge Sicre y Béjar

Biografía

Sicre y Béjar, Jorge. Barcelona, 1731 – 1801. Militar, brigadier e ingeniero director.

Era hijo del ingeniero director y mariscal de campo D. Jaime Sicre. Ingresó en el Cuerpo de Ingenieros el 23 de agosto de 1752 como ingeniero delineador, siendo destinado al levantamiento topográfico de los bosques reales y cordón de El Pardo. A partir del 24 de marzo de 1753 estaba trabajando en la nivelación del Canal de Castilla, para lo que realizó los reconocimientos, nivelaciones y mapas necesarios para tal obra. Asistió a la traza y construcción del mapa ejecutado en el ramal de Campos y al de Herrera de Pisuerga para unirlo al ya hecho. El 30 de marzo de 1755 ascendía a ingeniero extraordinario continuando con sus trabajos en el canal.

Estuvo en la construcción del citado canal hasta 1761, año en el que, ascendido a ingeniero ordinario, pasaba destinado a las obras de construcción del Real Sitio de Aranjuez. De allí, en ese mismo año, pasaba a Navarra con el fin de revisar la realización de un azud y la acequia imperial, volviendo a continuación nuevamente a Aranjuez, de donde era enviado al Ejército de Castilla. En 1762 participaba en la campaña de Portugal (Guerra de los Siete años), hallándose en la toma de Castelo, puesta en estado de defensa del fuerte de la Concepción (Aldea del Obispo), al tiempo que levantaba los planos de las plazas portuguesas de Miranda y Almeida.

El 23 de marzo de 1763 era promovido a teniente coronel e ingeniero en segundo, y desde ese año hasta 1766 estuvo destinado en Cataluña, donde trabajó en la reforma del castillo de Montjuic y en la construcción del castillo de San Fernando de Figueras (Gerona), para el que añadiría al proyecto inicial otros proyectos de fortificación para el citado castillo y un plano para la iglesia del mismo. Su planta es concéntrica, con una nave ovalada transversal al eje de la iglesia. También firmaba en 1766 otro plano de la fachada principal de la citada iglesia y para el citado catillo, realizaba los planos del hornabeque de San Zenón y del de San Miguel.

En 1766, relevado por el ingeniero José Rius, era comisionado para trasladarse a Madrid, con objeto de elaborar un proyecto para llevar el agua del río Jarama a la ciudad además de hacer regable la vega del citado río, con la construcción de una acequia desde Pesadilla a San Fernando. En 1760, el alcalde de Viñuelas había sugerido hacer una presa en el Jarama y derivar el agua hacia la ciudad, pero no aportaba la necesaria nivelación ni los datos técnicos de su viabilidad. Se proponía un canal hasta Hortaleza, y de allí una bifurcación hacia Fuencarral, de donde partían tres ramales hacia el resto de la ciudad, según el plano que se acompañaba. La llegada del conde de Aranda a la presidencia del Consejo de Castilla impulsó los estudios de canalización del río Henares, así como la traída de agua del Jarama a Madrid. Para analizar la viabilidad de estos últimos, encargó al coronel Jorge de Sicre y Béjar que considerase la alternativa de abastecer a la capital con aguas del Jarama.

Jorge de Sicre trabajó en dos proyectos distintos en el Jarama entre 1767 y 1770. En el primero estudiaba la traída de las aguas del Jarama desde la confluencia con el Lozoya hasta los altos de Santa Bárbara, y en el segundo se ocupaba del posible regadío de la ribera derecha del Jarama, desde la confluencia con el río Guadalix hasta la del Manzanares. Este proyecto estaba relacionado con el que estaba elaborando el ingeniero Manuel de Navacerrada y Vergés Ruiz Mercader en el valle del Henares, relativo a las obras de construcción de las acequias para el riego en la campiña de Guadalajara y Alcalá, para lo que realizaría numerosos planos y proyectos. A Sicre se le puede considerar como precursor del Canal del Lozoya.

En 1771 alcanzaba la jefatura de la Brigada de Ingenieros de Madrid, realizando el plano de un cuartel para un Regimiento de Infantería, “en el cual cada soldado debe ocupar una cama, proyectado en la puerta de los Pozos de Madrid”. Además, Sicre era designado para establecer y dirigir la Escuela Militar de Ávila, academia fundada en 1774 para oficiales, que siguiese los modelos europeos más avanzados de la época. Su elección había ido auspiciada por Alejandro O’Reilly, nombrado en 1773 gobernador y comandante militar de Madrid. Desde esta posición llevó a cabo una de sus mayores ambiciones profesionales, el establecimiento de la citada Academia en Ávila de la que fue su director.

En 1775 tomó parte en la desgraciada expedición a Argel, en la que realizó diversos reconocimientos de su costa, resultando herido y un año más tarde, era ascendido a Coronel. En noviembre de 1778 era promovido a ingeniero en jefe, siendo enviado a Aragón para formar el proyecto del Camino Real de Zaragoza a Lérida, por Monzón o por Fraga, y posteriormente el de un puente en esa última ciudad. También era comisionado como delegado en las conversaciones para establecer los límites de la frontera con Francia. Siempre en 1778, se le enviaba a Lérida para “hacer el reconocimiento del puente de esta plaza y formalizar el proyecto de su promulgación en caso de ser útil”.

En 1779 era destinado de nuevo a las obras de construcción del castillo de San Fernando en Figueras, y en 1782 pasaba a servir en el sitio de Gibraltar. Posterior y sucesivamente, se le otorgaba el mando de las Guardias Walonas, pasaba a las islas Chafarinas levantando su plano, se trasladaba a Melilla y Cádiz, a su paso por Tánger, plaza de la que realiza un croquis, y finalmente regresaba a Madrid.

 

Fuentes y bibl.: Archivo de Simancas, Exps. Personales.

H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad, 1983; H. Capel et al., De Palas a Minerva. La formación científica y la estructura institucional de los Ingenieros Militares en el siglo XVIII, Barcelona, Serbal-CSIC, 1988; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1994; F. Arroyo Llera, “Arbitrismo, población e higiene en el abastecimiento hídrico de Madrid en el siglo XVIII”, en Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 37 (2004), págs. 257-278; C. Díaz Capmany, “Els enginyers de la fortalesa de Sant Ferran de Figueres”, en Annals de l'Institut d'Estudis Empordanesos, 38 (2005), págs. 279-304; M. Silva Suárez (comp.), Técnica e ingeniería en España. III, El Siglo de las Luces, de la industria al ámbito agroforestal, Zaragoza, Real Academia de Ingeniería-Institución “Fernando el Católico”, 2005; “El origen del apellido Sicre en Cádiz”, en Sicre. Nuestros orígenes. Construyendo un árbol genealógico, 4 de diciembre de 2008 [en línea], disponible en http://apellidosicre.blogspot.com/2008/12/el-origen-del-apellido-sicre-en-cadiz_4.html; R. Vila, “Metodología y sistemas de composición geométricos en las iglesias proyectadas por los ingenieros militares en Cataluña en el siglo XVIII”, en La ilustración en Cataluña. La obra de los Ingenieros Militares, Madrid, Ministerio de Defensa, 2010; J. Navarro Loidi, “Las Matemáticas en la Escuela Militar de Ávila (1774)”, en Gaceta de la Real Sociedad Matemática Española, 14, 2 (2011), págs. 309-332; O. Recio Morales, “Un intento de modernización del ejército borbónico del XVIII: la Real Escuela Militar de Ávila (1774)”, en Investigaciones históricas, 32 (2012), págs. 145-172; F. Fernández Izquierdo, A. Alloza Aparicio y F. J. Moreno Díaz del Campo, La presa del vado y el canal del Jarama, Madrid, Fundación Canal, 2016, pág. 103.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño