Cobos, Andrés de los. ?, ú. t. s. XVII – ?, ú. t. s. XVIII. Militar, coronel e ingeniero en jefe.
Era ayudante de ingeniero en Milán en mayo de 1700. Ingresó en el servicio en junio de 1701, destinado tanto en España como en las plazas de África. En Cataluña estuvo “con mucha aprovación del director Don Alejandro de Rez”. En 1711 fue nombrado capitán y, dos años después, ingeniero en segundo. Durante la Guerra de Sucesión estuvo en Cataluña, hallándose en la defensa de Castellciutat, donde fue hecho prisionero.
A partir de 1722 estaba destinado en Ceuta, donde proyectaba en 1725 16 cuarteles a prueba de bomba para soldados y pabellones para oficiales. También, ante el problema de carestía de agua que provocaba que fuera necesario su envío en barcos desde la península, el gobernador de la plaza aceptaba un proyecto de Andrés de los Cobos, que proponía cortar algunos barrancos a la altura de la Almina para comprobar si se mantenía el agua embalsada. De igual forma, escribía una carta al ingeniero general, Próspero de Verboom, acompañada de un plano de un barrano, llamado “del medio”, para construir una presa, proponiendo un lugar determinado donde se podía sacar la piedra necesaria para esa y otras obras.
Volvía destinado a Cataluña en 1727, siendo nombrado ingeniero en jefe de Barcelona en 1729, sucediendo a Alejandro de Retz (o Derretz). Desde la plaza citada, Cobos proyectaba diversas obras, como la reparación de la presa de Flix, muy dañada por las inundaciones, el fuerte Príncipe Pío de Barcelona, un dique sobre el Ter, un plano de una zona de Tortosa para reedificar el convento de los Carmelitas Descalzos, la iglesia de San Sebastián en Barcelona, un camino en Gerona con pilotaje, un camino cubierto de la puerta de Santa María de la plaza de Gerona y del dique que se puso delante del frente de Bourenville, además de la cúpula del arsenal de la ciudadela de Barcelona.
Igualmente, en 1729, daba a conocer un plan para el establecimiento de cuatro Academias, para que “de sus discípulos haya Ingenieros en los Regimientos y que ayuden a los Ingenieros, pasando después al Cuerpo según sus grados”. Una de estas academias fue la de Melilla, que había dirigido con anterioridad a su propuesta, y que fue una de las pocas academias de matemáticas que se fundaron en España durante el siglo XVIII para potenciar el estudio de esta ciencia y de la ingeniería militar. Se ubicó en un edifico histórico tan importante como la ermita de la Victoria de la plaza de Armas y De los Cobos estuvo a su cargo, al menos, desde 1712 hasta 1716, y en ella estudió las matemáticas el gran ingeniero militar Juan Martín Zermeño. También al respecto presentaba De los Cobos su proyecto para la academia de Barcelona, que consideraba que debía ser un centro exclusivamente militar, en el que no podían admitirse civiles, mostrándose también partidario de unas enseñanzas más teóricas, oponiéndose así a los planteamientos de Verboom y de Mateo Calabro.
En 1730 seguía como ingeniero director en Barcelona, donde realizaba un plano de la cúpula del arsenal de la ciudadela, y en 1731 estaba encargado de la dirección de las obras del Principado de Cataluña. En 1733 y durante los siguientes años trabajaba en Gerona, donde levantaba un plano de una porción de los cursos de los ríos Ter y Oñar, así como el plano y perfil del baluarte de Figuerola (1737). De nuevo en 1733, dirigía una carta al ministro José Patiño solicitando la intervención del arquitecto Vicente Acero en el palacio de la Granja de San Ildefonso, declarando, entre otras cosas, “[…] que este sujeto es de los mas hábiles que pueda encontrarse, pues además de tener muy suficiente theórica en las partes de matemática convenientes a su profesión, tiene la de poseer con excelencia la práctica de los cortes de canteria, y un especial gusto en quanto le he visto, y he sabido ha ejercido […]”. El propio Cobos se atrevía a reconocer al ministro Patiño en la misma carta que “como los yngenieros militares no podemos tener tanta practica como los que no hacen, ni han hecho otra cosa en su vida, es forzoso que comprenda el superior juicio de VE. que el mas hábil de nosotros arriesgará el acierto en el gusto y decoración, ya que no en la solidez”.
Fue cuartel maestre general (equivalente al jefe de Estado Mayor actual) del ejército del duque de Montemar, José Carrillo de Albornoz, en su expedición a Italia (1733-1744), y valedor del ingeniero militar y arqueólogo Roque Joaquín de Alcubierre (descubridor e investigador de las ruinas de Herculano, Pompeya y Estabia). Este último había trabajado desde 1731 como ingeniero voluntario a las órdenes de Cobos y le acompañaba en 1733 en la citada expedición a Italia, donde realizaría su carrera como ingeniero militar. En dicha campaña levantaba el Plano de la Plaza de la Mirandola Y del ataque que las armas de su Magestad Catholica hizieron el 22 de julio de este año mandadas por el Ex[celentisi]mo Señor Duque de Montemar, Campo de Cerea, 28 de septiembre de 1735.
Fuentes y bibl.: Archivo de Simancas, Exps. personales.
J. J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, Tello, 1876; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y Ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; H. Capel et al., De Palas a Minerva: la formación científica y la estructura institucional de los ingenieros militares en el siglo XVIII, Barcelona-Madrid, Serbal-CSIC, 1988; F. Fernández Murga, Carlos III y el descubrimiento de Herculano, Pompeyo y Estivia, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 1989; J. M. Muñoz Corbalán, Los Ingenieros Militares de Flandes a España (1691-1718), Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; L. A. de la Sierra Fernández y F. J. Herrera García, “Del estudio en la teórica y del trabajo en la práctica. Observaciones sobre la formación, ideas y obra del arquitecto Vicente Acero”, en Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, 17 (2005), págs. 87-92; C. Laorden Ramos, “Los ingenieros españoles en la creación del Arma”, en Memorial del Arma de Ingenieros, 75 (2005); M.ª S. Pita González, “La labor docente en centros civiles de los ingenieros militares, en la España del siglo XVIII”, en Anales de Historia del Arte, vol. Extraordinario (2011), págs. 413-420; A. Bravo Nieto, “La Academia de Matemáticas de Melilla y el ingeniero Juan Martín Zermeño (1712-1716)”, en Trápana, Revista de la asociación de estudios Melillenses, X, 8 (2013), págs. 67-77.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño