Ballester y Zafra, Juan. Palma de Mallorca, 1688 - 1766. Mariscal de Campo del Ejército e Ingeniero Director.
Ingresó en el ejército en 1705, pasando por los Regimientos de Dotación del Castillo de San Felipe de Mahón, el de Medina Sidonia y el de Lombardía. En 1710 entraba como cadete en el Regimiento de Infantería de Soria, tomando parte, a partir de 1711 en todas las acciones en las que intervino su unidad, en el marco de la Guerra de Sucesión Española, integrado en la compañía que mandaba su padre. En el desarrollo de estas acciones, también formó parte de la expedición de Mallorca de 1715 en la que se recuperó la isla a la causa de Felipe V.
Ascendía a ingeniero ordinario el 2 de diciembre de 1715, siendo destinado a Palma de Mallorca. El marqués de Lede le consideraba falto de experiencia, por lo que Verboom le destinaba a Cataluña, para las obras de la ciudadela. En 1717 se le encargaba la comisión de señalar los límites de los ganados entre Francia y España. En 1718 participaba en la expedición a Sicilia con el ingeniero general D. Jorge Próspero de Verboom, mandada por el marqués de Lede y donde resultó herido. Verboom solicitaba, el 22 de junio de 1720, el ascenso a ingeniero en segundo con grado de capitán para Ballester por sus méritos y servicios, aunque no le fue concedido hasta el 13 de diciembre de 1726. Era posteriormente destinado a Alicante, donde realizaba, entre otros trabajos de fortificación, un plano y un importante proyecto para las defensas de la citada plaza. En su proyecto resolvía el nuevo cinturón amurallado con cinco baluartes, situando delante del baluarte de San Carlos un elemento de fortificación que mejoraba la defensa de la aproximación desde la playa de Babel. En el frente abaluartado dispuesto delante del convento de San Francisco, establecía un revellín asimétrico para su adaptación a la pequeña montaña en el que se asentaba. En el frente contiguo, próximo a la puerta de la Huerta, sus baluartes eran también asimétricos.
En 1721, pasaba a formar parte del séquito del ingeniero general para el reconocimiento de plazas y puestos, interviniendo en la mejora de las fortificaciones de la plaza de Ceuta. En el año 1723 solicitó que se le igualase en pagas a los otros ingenieros que acompañaban al marqués de Verboom en la visita a las plazas, petición que se le concedió por Real Orden de 10 de agosto del mismo año. De 1723 a 1725 siguió, junto a Verboom en el viaje que este efectuó para reconocer las obras en el sur de España. En los años 1725 y 1726 trabajó en las obras que se ejecutaron en Pamplona, pasando por Real Orden de 19 de noviembre de
Por Real Orden de 29 de junio de 1737 se le designaba como miembro de la Real Junta de Fortificaciones, junto con los ingenieros Juan de Laferriere, brigadier, y Diego Bordick, coronel. En agosto de 1737 solicitó que le equipararan su sueldo al de otros ingenieros como Diego Bordick y Pedro Superviela. En la primavera de 1738 elevó conjuntamente con Laferriere (con fecha de 22 de mayo y relativa a la Expedición de Menorca), un informe sobre los puertos y calas de las Islas y el paraje más idóneo para efectuar el desembarco y, posteriormente, dos informes: uno, sobre la isla de Menorca y otro, sobre el castillo de San Felipe. En diciembre, siempre de 1738, encontrándose en Madrid, solicitaba la dirección del Cuerpo de Ingenieros de Mallorca para poder restablecer su salud muy quebrantada. El duque de Montemar, don José Carrillo de Albornoz y Montiel, le respondió, seguramente por considerar necesarios los servicios de Ballester en la corte, que lo procuraría más adelante. El 14 de noviembre de 1739, por una Real Orden, se le concedió licencia por seis meses para pasar a curarse a Mallorca, de donde era natural.
En 1739 estaba destinado en la isla de Ibiza como ingeniero director con el grado de coronel del ejército, realizando a partir de ese año numerosos planos y perfiles de las fortificaciones que proponía se hicieran en la isla, así como de las mejoras de sus puertos: baterías y fuertes para la defensa del puerto de San Antonio, del reducto que se propone construir sobre la altura de los Molinos y la batería a construir en la Punta del Portichol. A lo largo de la costa de la isla proyectaba numerosas torres de vigilancia, como la Torre des Molar, torre de defensa también llamada Torre de Sant Miquel, situada sobre un acantilado de 95 metros sobre el nivel del mar. Es una de las cuatro torres proyectadas en las Pitiusas por Ballester (las otras tres son la del puerto de Portinatx, la de es Savinar y la del Cap de Barbaria), que constan de planta baja, planta primera y plataforma.
Por Real Orden de 10 de enero de 1740, fue nombrado director de las fortificaciones de Mallorca (aunque seguiría trabajando esporádicamente en Ibiza y en Alcudia), aunque a partir de ese momento trabajaba intensamente en el nuevo destino. En ese mismo año levantaba diversos planos sobre la Bahía y plaza de Palma de Mallorca, así como otros tantos sobre sus fortificaciones: planos del baluarte de la cabeza del muelle de la ciudad citada; plano del frente del Mar, y del frente de Tierra; y sobre otras obras, como un plano de la cárcel de la misma plaza. Respecto a Alcudia, levantaba ocho planos de otros tantos baluartes de la plaza, cuatro de la propia plaza, planos de la Puerta de Tacaritx, y planos de una batería para la isla de Cucanada en la bahía de Alcudia. En 1756, como coronel del ejército e ingeniero director de Mallorca, seguía realizando numerosos trabajos de fortificación, entre ellas nuevos planos de cinco de las torres del litoral de Ibiza: Torre de Comte, Torre del Molar o de Sant Miquel, la del Puerto de Portinatx, la de es Savinar y la del Cap de Barbaria. Constaban de planta baja (generalmente para polvorín), planta primera y la plataforma, que admitía artillería. Permaneció en la Isla hasta su fallecimiento en 1781. En 1780 mandó interinamente la Capitanía General de Mallorca.
Fuentes y bibl.: Archivo de Simancas, Exps. personales.
J. M. Bover y Roselló, Noticias Histórico-Topográficas de la Isla de Mallorca, Palma, Imprenta Real de Juan Guaps, 1836; J. M. Bover y R. Medel, Varones Ilustres de Mallorca, Palma de Mallorca, Imprenta de Pedro José Gelabert, 1847; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y Ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; J. B. Vilar, “Ciudades Fortificadas Españolas en el Norte de África: Orán-Mazalquivir como compendio y modelo de enclave español en el Magreb”, en II Jornadas sobre Fortificaciones Modernas y Contemporáneas, Cartagena, Actas, 1999; J. Tous Meliá, Palma a través de la cartografía (1596-1902), Palma de Mallorca, Ayuntamiento de Palma, 2002; J. A. Rodríguez-Villasante, “Protagonistas de la construcción española en el siglo XVIII. Los Ingenieros Militares y la Academia de Matemáticas de Barcelona”, en La Academia de Matemáticas de Barcelona. El legado de los Ingenieros Militares, Barcelona, Ministerio de Defensa, 2004; V. Echarri Iribarren, “El proyecto general para las fortificaciones de Alicante en 1721”, en Hispania, vol. LXXIV, 247 (2014), págs. 411-438; F. Lasheras Merino y S. Niar, “El Fuerte de Santa Cruz, modelo de fortificación española en Orán”, en Jornada sobre investigaciones recientes en Historia, arquitectura y construcción fortificada, 2014, págs. 209-229.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño