Rubio Muñoz Bocanegra, Ángel. Córdoba, 27.VI.1901 – Panamá, 30.XI.1962. Geógrafo.
Procedente de una familia acomodada, desde muy joven estuvo vinculado a los ambientes intelectuales, ya que su padre, Luis Rubio Moreno, fue archivero y segundo director del Archivo de Indias de Sevilla.
Este hecho probablemente influyó en su interés por la cartografía, que sin duda fue una de sus constantes y principales vocaciones a lo largo de su vida.
Estudió bachillerato en Ciencias Naturales y, seguidamente, se matriculó en la Universidad de Sevilla obteniendo su licenciatura en Filosofía y Letras (sección Historia) por dicha Universidad con Premio Extraordinario en 1921.
Fue profesor de enseñanzas medias en los institutos de Sevilla, Teruel, Cáceres y Barcelona. Asimismo concursó al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos de España. Fue perito calígrafo, trabajando en el Archivo General de Indias de Sevilla; de igual manera obtuvo por oposición la Cátedra de Geografía e Historia, y fue profesor en la Universidad de Barcelona.
Junto a su labor docente e investigadora, participó en la política activa; así fue nombrado delegado oficial de Extremadura en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, donde dirigió y organizó el Pabellón de Extremadura. Igualmente fue diputado en Cortes por la provincia de Cáceres (1931-1933) durante la Segunda República.
Sus vínculos con Panamá se iniciaron al contraer matrimonio, en Madrid, con Eusebia Laso de la Vega, hija del profesor Melchor Laso de la Vega, quien ejerció de enviado especial y ministro plenipotenciario de Panamá ante el Gobierno de España. Los trágicos sucesos de la Guerra Civil Española hicieron que el matrimonio marchara a Panamá en 1937, instalándose allí definitivamente.
Durante sus años españoles, Ángel Rubio llevó a cabo una importante labor docente e investigadora.
Desde el punto de vista de la enseñanza, participó en la renovación pedagógica que tuvo lugar durante las décadas de 1920 y 1930. En esa labor renovadora participó junto a figuras tales como Juan Carandell, Solé Sabarís, Rafael Ballester, Martín Echevarría, y Manuel de Terán. Puede decirse que todos ellos contribuyeron a renovar los estudios de Geografía, disciplina que aún no había evolucionado hacia una ciencia geográfica verdaderamente moderna, como ya había ocurrido en Alemania, Francia o el Reino Unido a finales del siglo xix (Bosque Maurel, 2004).
Su labor investigadora se desarrolló en torno a la Real Sociedad Geográfica, participando en sus reuniones y discusiones como miembro de número.
Su etapa panameña fue probablemente la más madura y fecunda, impregnada siempre de un gran amor por la Geografía; en este sentido puede afirmarse, que reorganizó los estudios de Geografía en Panamá, por lo que se le considera, de manera indiscutible, como el padre de la Geografía Contemporánea Panameña (Vilá Valentí, 1989).
En efecto, al profesor Rubio le encargó el Gobierno panameño, en 1939, la tarea de organizar los estudios universitarios para profesores de Geografía. Así, ese mismo año nació la Escuela de Geografía e Historia, punto de partida de todo el desarrollo geográfico posterior en el país, ya que ella produjo un buen número de profesionales, 237 egresados hasta el año de fallecimiento de Ángel Rubio.
De la misma manera y desde dicho centro, emprendió labores de divulgación e investigación de gran valor para Panamá. Para ello se guió por los presupuestos teóricos de la geografía vidaliana francesa, y más concretamente de sus postulados posibilistas. Este progreso científico en torno a la geografía panameña tuvo su proyección internacional a través del Instituto Panamericano de Geografía e Historia.
La investigación sobre Geografía de Panamá fue otro de sus grandes logros. Gracias a sus sólidos conocimientos naturalistas, cartográficos, archivológicos, bibliográficos e históricos, acopió gran cantidad de fuentes documentales, estadísticas y cartográficas.
Muchas de ellas correspondían a la época colonial, pero no es menos cierto que también redactó documentos de tipo técnico y especializados derivados de la gestión gubernamental o de las operaciones de planificación, construcción y administración del Canal de Panamá por el Gobierno de los Estados Unidos.
Entre sus obras, caben destacar en Didáctica, su Iniciación geográfica, de 1942; en Cartografía, el Atlas Geográfico elemental de Panama de 1947; en geografía física Regiones y compartimientos morfológicos del Itmo de Panamá, de 1949; el País natural, de 1950, y Los ríos Panameños, de 1956. En Geografía Humana, La vivienda rural panameña, de 1950. En suma, escribió un total de ciento cinco títulos, la mayoría de Geografía, aunque algunos de ellos fueron sobre Historia, Antropología, Geología o Planificación.
Defensor de la Geografía Aplicada, trabajó para la Administración panameña en no pocas ocasiones. En 1940 actuó como asesor cartográfico para la oficina del Censo Panameño; de 1944 a 1951 fue director de la Sección de Información, Estadística y Archivos del Banco de Urbanización y Rehabilitación, circunstancia que le permitió publicar numerosos estudios sobre vivienda, puertos, barrios y ciudades. Fue asimismo asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores en materia referente a la consolidación legal de la soberanía de Panamá sobre la plataforma continental y el golfo de Panamá.
En 1958 fue delegado de Panamá ante la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Mar, celebrada en Ginebra (Suiza), donde defendió la tesis panameña de un mar territorial de 12 millas náuticas de extensión, entonces rechazada por las grandes potencias.
Trabajó igualmente para el Ministerio de Obras Públicas y para el Servicio Interamericano de Cooperación Agrícola.
En el campo internacional, asistió a numerosos congresos en Europa y América, y trabajó en el Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH) desde 1944 hasta su fallecimiento. En dicho organismo ocupó los cargos de presidente de la Sección Nacional de Panamá, vocal de la Comisión de Cartografía, presidente del Comité Panamericano de Geografía Urbana, y autor de numerosas obras, entre las cuales fueron frecuentes sus colaboraciones con la Revista de Geografía de América, y el libro Bibliografía de Geografía urbana de América. En 1961 fue condecorado por los gobiernos de Argentina y Paraguay, al igual que por el Instituto Panameño de Geografía e Historia. La Universidad panameña en recuerdo y homenaje creó una cátedra que lleva su nombre, e igualmente hizo con un centro de investigación. El centenario de su natalicio fue conmemorado tanto por la Universidad de Panamá como por el IPGH; no podía ser de otro modo dado su protagonismo y relevancia intelectual para la nueva Panamá.
Bibl.: J. A. Susto, “D. Angel Rubio”, en Revista Cultural Lotería, vol. VII, n.º 85 (1962); J. Vilá Valentí, El conocimiento geográfico de España. Geógrafos y obras geográficas, Madrid, Síntesis, 1989; J. Bosque Maurel, Geografía y geógrafos en la España contemporánea, Granada, Universidad, 1992; La Geografía española ante los retos de la sociedad actual. Aportación española al XXX Congreso de la Unión Geográfica Internacional, Madrid, Comité Español de la Unión Geográfica Internacional, Asociación de Geógrafos Españoles, Real Sociedad Geográfica, 2004, págs. 209-234.
Pilar Almoguera Sallent