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Vicente Rocafuerte Rodríguez de Bejarano

Biografía

Rocafuerte Rodríguez de Bejarano, Vicente. Guayaquil (Ecuador), 1.V.1783 – Lima (Perú), 16.V.1847. Estadista, diplomático, político y presidente de la República.

Nació en el seno de una de las principales familias guayaquileñas. Fue hijo de Juan Antonio Rocafuerte y Antoli y de María Josefa Rodríguez de Bejarano.

Por ambos lados sus ascendientes habían ocupado los más altos cargos de la ciudad. Aparte de esto su familia era propietaria de la hacienda Naranjito dedicada al cultivo de cacao para la exportación. Esta era la gran fuente de riqueza de la época. Recibió una educación esmerada y elitista. En España cursó estudios en el Colegio de Nobles de Granada. Posteriormente completó su formación en Francia matriculándose en el Colegio de Saint-Germain-en-Laye.

En esta institución se familiarizó con los clásicos y con el pensamiento ilustrado y liberal de la época.

Aquí también conoció a Simón Bolívar, C. Montufar, Cabal, Landaburu, etc. En 1807 se vio forzado a retornar a su Guayaquil natal donde al poco tiempo fue nombrado alcalde ordinario. Permaneció soltero hasta muy tarde. Se casó en 1842 a la edad de cincuenta y siete años con su prima Baltasara Calderón y Garaicoa. No dejó descendencia.

Provisto ya de ideas independentistas, mantuvo contacto con Eugenio Espejo y con el insurgente Juan de Dios Morales. Conoció y se mantuvo próximo al círculo de notables que protagonizó la revuelta ocurrida en Quito el 10 de agosto de 1809.

Esto le valió la animadversión de las autoridades realistas y muy en especial la del gobernador Bartolomé Cucalón. Hacia 1812 se embarcó hacia Inglaterra en donde contactó con otros americanos comprometidos con la emancipación. Un año más tarde realizó un viaje por Noruega, Suecia y Finlandia. Posteriormente llegó a Rusia en donde incluso, llego a frecuentar la Corte. Al parecer mantuvo correspondencia ocasional con el futuro zar Nicolás. En 1814 fue nombrado representante por Guayaquil a las Cortes de Cádiz situándose en el bando de los liberales moderados.

A consecuencia de los acontecimientos que siguieron a la llegada de Fernando VII al trono, tuvo que huir a Francia. En 1817 logró obtener un pasaporte que le permitió retornar a Guayaquil donde se hizo cargo de los negocios familiares. Su estadía en el puerto fue de pocos años. En 1820 ya se hallaba en La Habana frecuentando círculos revolucionarios criollos y logias masónicas.

Rocafuerte no participó directamente en las luchas armadas por la independencia. Siempre se mantuvo alejado de los campos de batalla. Él se destacó más bien como un hábil conspirador y como un destacado organizador de redes revolucionarias. De hecho mantuvo contactos directos o indirectos con casi todas las principales figuras de la insurgencia criolla hispanoamericana. También frecuentó a grandes magnates para lograr que participaran en la financiación del movimiento independentista de la América hispana.

Una nueva etapa de su vida la llevó a cabo en los Estados Unidos. Su misión fue la de lograr el apoyo, tanto de políticos como de banqueros, a la causa de la independencia americana. Gestionó un préstamo para la Gran Colombia pero no tuvo éxito debido a la desconfianza que generaba su política financiera.

En esta nación entró en contacto con personajes comprometidos directamente con la independencia como Manuel Torres, fray Servando Teresa de Mier, etc. Pero la estadía en la Unión Americana, también operó en su pensamiento una fuerte influencia. Fue ahí donde sus convicciones republicanas quedaron definitivamente afirmadas. Creyó firmemente que el modelo norteamericano podía ser aplicado a las naciones que estaban a punto de nacer una vez que se consumara la caída del imperio. Muy a tono con su modernidad, se pronunció en contra de las monarquías y contra todos los intentos por establecer senados vitalicios.

Desde 1824 hasta 1829 ejerció de diplomático en Londres en la legación mexicana. Primero lo hizo en calidad de secretario y luego como encargado de negocios.

Su principal cometido fue lograr que el imperio británico reconociera formalmente la independencia de México. Esto ocurrió seis meses después de posesionarse de su cargo. Posteriormente también lograría el reconocimiento diplomático de otros países europeos. Desde Londres también se dedicó a administrar y gestionar la deuda mexicana. Al final de su carrera diplomática regresó a México donde tuvo que afrontar relaciones muy tensas con el gobierno del general Anastasio Bustamante.

Un momento muy significativo de su vida, fue su estancia en el Ecuador. Apenas llegado, se embarcó en un movimiento armado que pretendía remover de la presidencia de la República al general J. J. Flores.

Pese al fracaso del movimiento, esta acción le permitió llegar a un acuerdo con el presidente, el mismo que en 1835 le permitió acceder a la jefatura del Estado hasta el año 1839. Fue partidario de un gobierno fuerte cuya prioridad debía ser el mantenimiento del orden y la represión de las numerosas revueltas propias de un país convulsionado. No dudó en ordenar fusilamientos y uno de sus lemas era: “palo y más palo es el único medio de gobernar estos países plagados de inmoralidad”. Se calcula que durante su presidencia se llegaron a ejecutar cincuenta y dos soldados rebeldes y cuarenta y cinco criminales confesos. Proponía instituir un régimen basado en la democracia representativa más que en la directa. Por las condiciones mismas del país creía que el progreso debía sostenerse en “experiencias aprobadas antes que en especulaciones indisciplinadas”.

Estuvo totalmente comprometido con la modernización del país. Como buen liberal de la época, sostuvo la importancia de la libertad de creencias y el fomento de la ilustración. Dio impulso a la educación pública y estableció las primeras escuelas que funcionaban bajo el sistema lancasteriano. Todo ello bajo la dirección del Isaac Wheelwright, un cuáquero norteamericano que enseñaba la versión protestante de la Biblia. Su proyecto político buscaba borrar de raíz un pasado que consideraba un lastre para el progreso material e intelectual del Ecuador. Trató de volver a habilitar las rutas comerciales de la costa sudamericana del Pacífico, sobre todo entre Lima, Guayaquil y Panamá.

Esto resultaba fundamental para la economía ecuatoriana dependiente mayoritariamente de las exportaciones de cacao. Sus proyectos pasaban por animar a inversores norteamericanos a que establecieran una línea naviera de cabotaje que, finalmente no pudo llevarse a cabo. A lo mucho logró construir un vapor que sirvió para enlazar Guayaquil con la población fluvial de Bodegas (Babahoyo). Desplegó grandes esfuerzos en orden a organizar las aduanas del país y modernizar la política fiscal. Finalmente dio impulso a la creación de la escuela de marina y al primer colegio militar. Esto resultaba fundamental a efectos de disciplinar a un ejército que por entonces era el mayor foco de desorden en el país.

Después de concluido su período presidencial, fue nombrado gobernador de la provincia del Guayas.

Más tarde fijó su residencia en Lima, donde organizó una conferencia hispanoamericana con miras a coordinar la defensa de Ecuador y Perú ante una proyectada invasión a estos países por parte de su antiguo amigo y aliado, el general Juan José Flores. Murió en 1847 mientras asistía a un acto público.

 

Obras de ~: “A los indios americanos”, en Discurso sobre las mitas de América de Olmedo, Londres, c. 1812; Ideas necesarias a todo pueblo americano independiente, que quiera ser libre, Filadelfia, 1821; Bosquejo ligerísimo de la revolución de México desde el grito de Iguala hasta la proclamación imperial de Iturbide, Filadelfia, Imprenta de Teracrouef y Naroajeb, 1822; Ensayo político: El sistema colombiano, popular, electivo y representativo, es el que más conviene a la América independiente, Nueva York, 1823; Ensayo sobre el nuevo sistema de cárceles, por el ciudadano Vicente Rocafuerte, México, Imprenta de Galván, 1830; Consideraciones generales sobre la bondad de un gobierno, aplicadas a las actuales circunstancias de la República de México, México, Imprenta de la calle Escalerillas, 1831; Ensayo sobre la tolerancia religiosa, por el ciudadano Vicente Rocafuerte, México, Imprenta de M. Rivera, 1831; Colección Rocafuerte, prol. y notas de Neptalí Zúñiga, Quito, Talleres gráficos nacionales, 1947, 16 vols.; Epistolario, ed. de C. Landázuri, Quito, BCE, 1988, 2 vols.

 

Bibl.: P. Carbo, Biografía del ilustre ecuatoriano Sr. Vicente Rocafuerte, Lima, 1884; I. J. Barrera, Rocafuerte: estudio histórico biográfico, Quito, Imprenta Nacional, 1911; C. Destruge, Biografía de Don Vicente Rocafuerte, Guayaquil, Imprenta de la Opinión Pública, 1925; VV. AA., Rocafuerte. Estudios sobre su compleja personalidad. Homenaje del gobierno del Ecuador, Quito, Talleres gráficos nacionales, 1947; L. Robalino Dávila, Rocafuerte, Quito, Talleres gráficos nacionales, 1964; J. E. Rodríguez, El nacimiento de Hispanoamérica. Vicente Rocafuerte y el hispanoamericanismo, 1808-1832. México, FCE, 1980; K. B. Mecum, Vicente Rocafuerte. El prócer andante, Guayaquil, BCE, 1983.

 

Fernando Hidalgo Nistri

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