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Miguel Gómez de Lara

Biografía

Gómez de Lara, Miguel. Murcia, p. t. s. xvii – Cartago (Costa Rica), f. s. xvii-p. s. xviii. Gobernador y capitán general de Cartago.

Sus padres fueron Francisco Gómez de Lara y Quinteria Brocal, vecinos de Cartagena de Levante, en Castilla. Se casó con Isabel Ana de Torres, en Lérida.

Fue nombrado gobernador y capitán general de Cartago por el rey de España el 7 de agosto de 1680, en sucesión de Juan Francisco Sáenz. Tomó posesión el 24 de julio de 1681, y fue reelecto por Real Cédula de 14 de mayo de 1686. Gobernó hasta el año de 1693.

Había servido en el ejército de Cataluña y en las galeras de España. Durante su gobierno se dieron serias invasiones de piratas. Ya desde el 5 de agosto de 1681, Gómez de Lara informaba al Rey que había recibido aviso del cabo de vigía de Matina que los piratas habían invadido aquel valle, tomando a los vigías y cortándole un brazo a uno de ellos, mientras que el cabo y otros dos hombres habían podido escapar.

En vista de los continuos y peligrosos ataques piratas, Gómez de Lara se quejaba de las pocas armas y municiones que había en Costa Rica para hacerles frente, y, por lo tanto, señalaba la necesidad de establecer una compañía de Infantería de cien plazas. Por tal situación, colocó siete puestos de vigías, distribuidos de la siguiente manera: dos en el puerto de Caldera y uno en Matina, en Suerre, en Reventazón, en el río Colorado y en el río Pocosol.

Para el mes de septiembre de 1681, el Rey accedió a los reclamos del gobernador, enviándole una Real Cédula en la que le ordenaba la ejecución a los proyectos de su antecesor, Juan Francisco Sáenz, de fortificar Matina y Suerre. Además, en agosto de 1682 llegaron a Cartago setenta y siete soldados enviados por el presidente de la Audiencia, los cuales, sumados a los treinta que allí habían, completaban la compañía pagada de cien soldados. Se recibieron, igualmente, 2.000 pesos enviados por el mismo presidente para los gastos de construcción de las torres o fortín de Matina y El Portete; el gobernador tomó aquella cantidad, considerándola insuficiente, para los múltiples gastos de guerra.

En el mes de diciembre de 1682, el gobernador Gómez de Lara informaba al presidente de la Audiencia que había recorrido la costa y el río de Matina junto al maestre de campo Juan Francisco Sáenz, su antecesor que aún estaba en Costa Rica, y en compañía de algunos soldados. Por entonces, Gómez de Lara recomendaba también la construcción de un fuerte en una isla situada en la boca del río Matina o en Punta Blanca.

Por otra parte, en un memorial de negros, mulatos y mestizos de la Puebla de Cartago, del año 1682, se dice que fue el gobernador Gómez de Lara quien los redujo a población.

En 1684, al mando de William Dampier, nuevamente los piratas atacaron Nicoya, pero fueron rechazados por los indios de la región, que los obligaron a retirarse. Tales invasiones ocurrieron en los meses de julio y agosto, y en una de ellas, la del mes de julio, los piratas contaban con dos buques de guerra, uno de los cuales contenía prisioneros y presas de cuatro barcos que habían tomado en las costas del Perú. Para el mes de agosto, los piratas habían recorrido por tierra el Darién desde el Atlántico hasta el Pacífico, apresando un barco grande y tres bergantines en las islas del Rey, dirigiéndose luego al golfo de Nicoya en cuatro navíos tripulados por cien hombres, quienes tampoco pudieron vencer la resistencia de los indios. En los enfrentamientos de ese mes murieron entre ocho y diez piratas, así como su capitán; mientras que entre los indios solamente hubo un muerto y un herido.

Los piratas volvieron a atacar Nicoya en 1685 y 1686. Al año siguiente saquearon e incendiaron Esparza, salvándose únicamente la iglesia y el convento de San Francisco; los habitantes de este lugar huyeron, y por algún tiempo se negaron a volver. En 1687 los corsarios asaltaron de nuevo la población de Nicoya. Fue en el año de 1686 cuando, mediante Real Cédula, se prorrogó por cinco años la gobernación de Miguel Gómez de Lara. El gobernador, además de agradecer el nuevo nombramiento, hizo saber a su Rey el miserable estado en que se hallaba la provincia de Costa Rica, así como las continuas hostilidades de los piratas, por lo cual reiteraba la necesidad de dinero para continuar la defensa de la provincia; en este caso, hizo petición de 15.870 pesos para realizar el pago de la compañía de infantería, a cuyos soldados se les debían muchas pagas.

El gobernador Gómez de Lara mandó en 1691 levantar un padrón general de la provincia de Costa Rica. En esta época había en Matina cincuenta y cinco haciendas de cacao con setenta y ocho mil quinientos árboles. Asimismo, durante su gobierno se construyó la iglesia, actualmente en ruinas, del pueblo de Ujarraz. También fue durante su administración cuando se construyeron las iglesias de adobe en San Luis de Aserrí, en San Antonio de Curridabat y la de San Francisco de Cartago. Igualmente hizo reparar la iglesia parroquial de Cartago y la iglesia de San Lorenzo de Esparza.

En 1694, el Cabildo de Cartago lo acusó de haber alimentado a los piratas que saquearon Esparza, de explotar a los indios, de venderlos, y de haber tenido comercio ilícito con los piratas.

Una de las capellanías fundadas por Gómez de Lara, fue tomada a cargo en junio de 1795, por un valor de 100 $, por el presbítero Diego de Campos Quirós, quien la hipotecó sobre su casa de habitación en Cartago.

 

Bibl.: L. Fernández, Historia de Costa Rica, San José, Editorial Costa Rica, 1975 (Biblioteca Patria t. 7); R. Obregón, De nuestra historia patria: los gobernadores de la colonia, San José, Universidad de Costa Rica, 1979; B. A. Thiel, Datos Cronológicos para la Historia Eclesiástica de Costa Rica, ed. de J. A. Quirós, San José, Ediciones CECOR, 2002.

 

Carmela Velázquez