Muñoz García, Emilio. Béjar (Salamanca), 19.XII.1885 – 6.IX.1966. Empresario, político y escritor.
Pertenecía a una familia de modestos fabricantes textiles. Sus hermanos fueron también destacados personajes de la vida política e industrial salmantina; de ellos sobresale la figura de Juan, historiador y continuador de la empresa familiar. Fue a lo largo de su vida una persona viajera y cosmopolita.
Su primera actividad profesional fue la de joyero. Pronto se especializó en labores de troquelado para satisfacer la demanda de botones y emblemas metálicos, proveniente principalmente de los encargos textiles para el Ejército. Esta nueva orientación le llevó a abandonar su primera profesión y a crear una empresa (en 1913) que le proporcionó una elevada fortuna. Presidió instituciones locales como la Cámara de Comercio, el Casino Obrero, etc.
Políticamente, fue un hombre independiente y de talante liberal. Se opuso a la dictadura de Primo de Rivera por considerarla un sistema tiránico. Durante la República, aunque estuvo vinculado a Filiberto Villalobos por lazos de amistad; no militó en ningún partido ni se sintió atraído por el ejercicio de la actividad política. En 1936 se pronunció contra los actos violentos realizados en la ciudad por izquierdistas radicales, por lo que, al estallar la Guerra Civil, fue designado miembro de la comisión gestora encargada de dirigir el Ayuntamiento de Béjar y, desde noviembre hasta mayo de 1937, alcalde, cargos que aceptó con afán de “concordia y paz”; sin embargo, no pudo evitar la cruenta represión que se desencadenó, y se retiró definitivamente de la actividad política.
Como escritor, fue autor de novelas, dramas y libros de poesía. Colaboró además con asiduidad en la prensa salmantina y bejarana y, ocasionalmente, en periódicos norteamericanos. En la revista Béjar en Madrid, uno de cuyos fundadores fue su hermano Julio, se encuentra lo más granado de su obra literaria: los artículos costumbristas.
Fue un filántropo que realizó diversas donaciones a la ciudad, entre las que destacan las que hizo en memoria de su hijo primogénito Mario-Emilio, muerto en la Guerra Civil: la donación de un campo de deportes y la construcción de la iglesia de Santa María del Pilar (1963-1975), inspirada en edificios románicos italianos. En el templo depositó algunas obras de Mateo Hernández, con el que mantuvo una estrecha amistad desde sus años escolares, que cultivó después con una prolongada relación epistolar. También estuvo muy vinculado con otro gran escultor bejarano, Francisco González Macías.
Obras de ~: Por la región azul. Versos, Béjar, F. Muñoz, 1914; Lo que debe salvarse. Comedia en dos actos, Béjar, F. Muñoz, 1917; Historia del buen duque don Manuel de Zúñiga, Béjar, Francisco Muñoz, 1926; Rincón de Provincia, Barcelona, Juventud, 1935; Estrella de la tarde. Versos, Salamanca, Talleres Gráficos Núñez, 1951; Sierra de Francia (relato caballeresco de nuestros días), Madrid, Gráficas González, 1957.
Bibl.: VV. AA., Ofrenda a la Santísima Virgen del Castañar, Madrid, Prensa Española, 1954, págs. 1081-1082; A. Gutiérrez Turrión, Rincón de Provincia. Discurso de ingreso en el Centro de Estudios Bejaranos, Béjar, Centro de Estudios Bejaranos, 1994; J. C. Brasas Egido y L. Bernáldez Villarroel, Mateo Hernández (1884-1949). Un escultor en París, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1998.
José Ignacio Díez Elcuaz
